sábado, 2 de abril de 2011

Gestos para acordar un nuevo polo alternativo

Laura Serra
LA NACION


Por ahora son sólo diálogos informales, gestos incipientes, más voluntad de los actores de intentar un acuerdo que hechos concretos. Pero lo cierto es que las vías de comunicación entre el vicepresidente Julio Cobos, el precandidato radical Ernesto Sanz, el también aspirante a la Casa Rosada Mauricio Macri (Pro) y el candidato a gobernador de Buenos Aires Francisco de Narváez están más abiertas que nunca, y no se descarta la posibilidad de conformar, en las próximas semanas, un nuevo polo opositor.

Quienes impulsan este espacio común están convencidos de que será el único capaz de enfrentar y ganarle al Gobierno en las elecciones presidenciales de octubre, ya que en él comulgarían expresiones muy diferentes al progresismo de centroizquierda que encarnan, respectivamente, la presidenta Cristina Kirchner y el radical Ricardo Alfonsín, que apuesta a sellar la semana próxima una alianza con el Partido Socialista y GEN, que lidera Margarita Stolbizer.

En el entorno de Sanz y de Cobos cunde la misma certeza: para ganarle al Gobierno en las elecciones de octubre próximo no basta con una alianza de tipo progresista. Ese electorado ya es compartido con el Gobierno, aducen. El problema es la gobernabilidad: salvo el radicalismo, que cuenta con enclaves propios en buena parte del territorio federal, ni el socialismo ni GEN aportan la estructura capaz de afrontar un escenario político que estará signado por un Congreso sin mayorías propias y buena parte de las provincias dominadas por gobernadores peronistas.

Ante este panorama, los sectores opositores no progresistas imaginan una veta electoral atractiva al electorado de centro que se conjugaría con el macrismo en la Capital; De Narváez en Buenos Aires, y Cobos y Sanz aportando un perfil de radicalismo moderado que podría seducir a los independientes.

"Por ahora son sólo conversaciones preliminares, pero la vocación está. Debemos definir quién se sienta a la mesa de las decisiones, y en esa mesa no deberían estar ausentes [Carlos] Reutemann ni [Eduardo] Duhalde", deslizó a LA NACION uno de los promotores del acuerdo.

Cerca de Cobos y de Sanz se confirmó que hay vocación de tejer algún tipo de acuerdo, pero que todavía está lejos. "No se trataría de una alianza electoral, sino más bien de enhebrar un acuerdo que contemple políticas de Estado en común. Después se verá el tema de las candidaturas", afirman en ese espacio.

Los contactos son aún embrionarios, pero lo que sobran son gestos. El miércoles pasado, Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez, y Federico Pinedo, hombre de confianza de Macri, asistieron al acto de presentación de un libro de Cobos sobre educación. Un día antes, Macri le dio un guiño a Sanz.

"Yo mantengo la mejor relación posible con todos, con el radicalismo, con Sanz, con Aguad", dijo Macri, y agregó: "Necesitamos sensatez para armar como mínimo una propuesta de valores a defender y comprometerse para que al que le toque gobernar tenga el apoyo de los otros y, como máximo, ver si puede aspirar a unificar todo en una única propuesta, que es la demanda de la ciudadanía", sostuvo.

El paso al costado que dio Sanz el martes pasado, cuando anunció que no participaría de la preinterna radical del 30 de abril, fue más que bien recibido por los actores que pretenden configurar este nuevo espacio. No así por el alfonsinismo, que intuye que Sanz pretende un esquema de alianzas de centroderecha que la estructura partidaria, avisó, no está dispuesta a aceptar.

La proclamación de Alfonsín
Por esa razón, el jueves próximo los máximos órganos de la UCR pretenden dar un golpe fuerte en claro desafío a Sanz y a Cobos: proclamar a Alfonsín como el candidato oficial. No se trata de un simple formalismo; la intención de Alfonsín es cerrar el partido para confirmar las alianzas con el socialismo y GEN.

El golpe de gracia sería la incorporación de Proyecto Sur. A esta tarea están abocados Stolbizer y el socialista Hermes Binner. El primer ensayo sería la Capital. "Es la única forma de repeler la centroderecha", afirman cerca de Alfonsín.

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