La enfermedad es un aviso de lo que esta sucediendo con el alma (a nivel espiritual, emocional, mental)y lo refleja a nivel físico, o sea en el cuerpo, como síntomas, dolores, problemas de salud, etc.
Muchas veces:
El resfrío "chorrea" cuando el cuerpo no llora.
Hay dolor de garganta y se cierra la garganta cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.
La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Y tus dolores callados hablan en tu cuerpo.
Si mas de un sintoma te quedan y te encuentras en un circulo sin fin, te sugiero que te des el permiso y busques apoyarte en alguien que te pueda guiar y orientar profesionalmente, para poder revisar desde una nueva plataforma esa serie de ideas, que te ayude a entender como poder armonizar esas sensaciones tan dolorosas y recuperar la conexión contigo mismo y con Dios.
Somos seres que necesitamos sentir apoyo, guía, orientación, y eso no es co-dependencia, es tener la humildad de pedir ayuda cuando más la necesitamos. La persona que necesita desear ayudarse eres tu mismo, "Coopera en tu proceso de ser ayudado".
ESCUCHEN BIEN SU CUERPO EN VEZ DE TAPARLE LA VOZ CON MEDICINAS QUE SOLO APAGAN LOS SINTOMAS SIN SOLUCIONAR LA RAIZ DEL PROBLEMA.
Mostrando entradas con la etiqueta conciencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta conciencia. Mostrar todas las entradas
miércoles, 21 de septiembre de 2011
domingo, 9 de diciembre de 2007
Londres: develan el misterio del "hombre que regresó de la muerte"
El misterio de John Darwin, que atrapa desde hace unos días a los británicos, comenzó ayer a disiparse. El "hombre que regresó de entre los muertos" cinco años después de que supuestamente se ahogara al naufragar su canoa fue acusado de estafa y falso testimonio luego de que su esposa empezara a develar las deudas y mentiras que tiñeron su rocambolesca historia.
Darwin, de 57 años, ingresó hace ocho días en una estación policial de Londres; afirmó que tenía amnesia y aseguró que era el hombre que había desaparecido en marzo de 2002, cuando había salido a navegar en su canoa por el Mar del Norte.
Unas horas después, sus dos incrédulos y emocionados hijos lo buscaban en la delegación; su mujer, Anne, se decía estupefacta en un mensaje enviado desde Panamá, adonde se había mudado hacía apenas un año.
Pero la que supuestamente era una viuda doliente hasta la semana pasada ayer develó el misterio.
"Durante tres años, cuando prácticamente todos nuestros familiares creían que John había desaparecido, estaba en realidad en casa conmigo", confesó Anne Darwin, de 55 años, en una entrevista publicada ayer por The Daily Mail y The Daily Mirror .
"Sé que puede parecer increíble, pero es el caso", añadió.
Según su versión, Anne Darwin creía realmente que su esposo John había desaparecido el 21 de marzo de 2002. Unos días antes, John le había contado que estaba sofocado por las deudas y que "la única manera de salir del atolladero era hacerse pasar por muerto".
"Le supliqué que no lo hiciera; le dije que sería un error", afirmó Darwin, y añadió que un año después descubrió que el "accidente" había sido un montaje. La revelación fue frente a su casa familiar cuando, en 2003, John tocó a su puerta. "Estaba en un estado lamentable. Al principio no lo reconocí. Fue un shock", aseguró.
"Por amor", Anne Darwin decidió que guardaría el secreto, incluso ante sus hijos, y acordó con John que lo daría por muerto, sin esperar al plazo legal de siete años para poder cobrar el seguro de vida.
John "se hundió y lloró" cuando se dio cuenta de que Anne había pensado realmente que estaba muerto, según dijo la ex viuda. "En ese momento, quise destaparlo todo, pero me amenazó con decir que estaba implicada desde el principio", explicó.
En abril de 2003, John Darwin fue declarado oficialmente muerto. Anne cobró entonces 25.000 libras (34.000 euros) de su compañía de seguros y el reembolso de su hipoteca (130.000 libras, 180.000 euros), además de una pensión por viudez.
Los hijos
Poco a poco, volvieron a su vida normal. Cuando llegaba una visita, John se iba por una puerta a su casa vecina, transformada en casa de huéspedes. Cansado de la vida a escondidas -pues a veces salía disfrazado-, John Darwin decidió emigrar para "empezar de nuevo".
Con un falso nombre, John Jones, obtuvo un pasaporte y, junto con Anne, viajó a Panamá, en 2006. Sin embargo, a finales del mes pasado, John dijo que estaba harto de hacerse el muerto. Quiso "desesperadamente" volver a ver a sus hijos.
El 1° de diciembre se presentó en una comisaría de Londres y dijo que no recordaba nada de lo sucedido entre 2000 y esa fecha. "No pensé nunca que fueran a creerlo", dijo su esposa.
Cuatro días después, la policía comenzó a sospechar. Y John Darwin fue detenido por fraude y ayer fue inculpado por "engaño para obtener una transferencia monetaria y falsedad para obtener un pasaporte".
Darwin, que mañana comparecerá ante un juez de Hartlepool, parecía estar recuperando poco a poco su memoria ayer, en particular para acusar a su mujer de haberse apoderado íntegramente de la póliza de seguros, según fuentes policiales anónimas.
Las víctimas, al parecer, en esta historia son los dos hijos de la pareja, que viven una pesadilla, después de la felicidad que tuvieron este fin de semana al abrazar a su padre, que habían creído muerto desde marzo de 2002.
Antes de dejar Panamá, Anne Darwin pidió perdón a sus hijos, a quienes nunca dijo que su padre estaba vivo. "¿Cómo podrán perdonarme por lo que les he hecho?", se preguntó la mujer.
Fuente: La Nación
Darwin, de 57 años, ingresó hace ocho días en una estación policial de Londres; afirmó que tenía amnesia y aseguró que era el hombre que había desaparecido en marzo de 2002, cuando había salido a navegar en su canoa por el Mar del Norte.
Unas horas después, sus dos incrédulos y emocionados hijos lo buscaban en la delegación; su mujer, Anne, se decía estupefacta en un mensaje enviado desde Panamá, adonde se había mudado hacía apenas un año.
Pero la que supuestamente era una viuda doliente hasta la semana pasada ayer develó el misterio.
"Durante tres años, cuando prácticamente todos nuestros familiares creían que John había desaparecido, estaba en realidad en casa conmigo", confesó Anne Darwin, de 55 años, en una entrevista publicada ayer por The Daily Mail y The Daily Mirror .
"Sé que puede parecer increíble, pero es el caso", añadió.
Según su versión, Anne Darwin creía realmente que su esposo John había desaparecido el 21 de marzo de 2002. Unos días antes, John le había contado que estaba sofocado por las deudas y que "la única manera de salir del atolladero era hacerse pasar por muerto".
"Le supliqué que no lo hiciera; le dije que sería un error", afirmó Darwin, y añadió que un año después descubrió que el "accidente" había sido un montaje. La revelación fue frente a su casa familiar cuando, en 2003, John tocó a su puerta. "Estaba en un estado lamentable. Al principio no lo reconocí. Fue un shock", aseguró.
"Por amor", Anne Darwin decidió que guardaría el secreto, incluso ante sus hijos, y acordó con John que lo daría por muerto, sin esperar al plazo legal de siete años para poder cobrar el seguro de vida.
John "se hundió y lloró" cuando se dio cuenta de que Anne había pensado realmente que estaba muerto, según dijo la ex viuda. "En ese momento, quise destaparlo todo, pero me amenazó con decir que estaba implicada desde el principio", explicó.
En abril de 2003, John Darwin fue declarado oficialmente muerto. Anne cobró entonces 25.000 libras (34.000 euros) de su compañía de seguros y el reembolso de su hipoteca (130.000 libras, 180.000 euros), además de una pensión por viudez.
Los hijos
Poco a poco, volvieron a su vida normal. Cuando llegaba una visita, John se iba por una puerta a su casa vecina, transformada en casa de huéspedes. Cansado de la vida a escondidas -pues a veces salía disfrazado-, John Darwin decidió emigrar para "empezar de nuevo".
Con un falso nombre, John Jones, obtuvo un pasaporte y, junto con Anne, viajó a Panamá, en 2006. Sin embargo, a finales del mes pasado, John dijo que estaba harto de hacerse el muerto. Quiso "desesperadamente" volver a ver a sus hijos.
El 1° de diciembre se presentó en una comisaría de Londres y dijo que no recordaba nada de lo sucedido entre 2000 y esa fecha. "No pensé nunca que fueran a creerlo", dijo su esposa.
Cuatro días después, la policía comenzó a sospechar. Y John Darwin fue detenido por fraude y ayer fue inculpado por "engaño para obtener una transferencia monetaria y falsedad para obtener un pasaporte".
Darwin, que mañana comparecerá ante un juez de Hartlepool, parecía estar recuperando poco a poco su memoria ayer, en particular para acusar a su mujer de haberse apoderado íntegramente de la póliza de seguros, según fuentes policiales anónimas.
Las víctimas, al parecer, en esta historia son los dos hijos de la pareja, que viven una pesadilla, después de la felicidad que tuvieron este fin de semana al abrazar a su padre, que habían creído muerto desde marzo de 2002.
Antes de dejar Panamá, Anne Darwin pidió perdón a sus hijos, a quienes nunca dijo que su padre estaba vivo. "¿Cómo podrán perdonarme por lo que les he hecho?", se preguntó la mujer.
Fuente: La Nación
Suscribirse a:
Entradas (Atom)