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miércoles, 26 de octubre de 2011

Un 17% de los jóvenes del país no estudia ni trabaja

Casi 18 de cada 100 jóvenes de entre 15 y 24 años buscan trabajar y no encuentran un puesto. Esa tasa de desocupación -el dato exacto es del 17,9%- es bastante más elevada que el doble de la estimada para el total de la población urbana del país, del 7,35%, de acuerdo con la encuesta de hogares del Indec del segundo trimestre de este año. Otra lectura permite establecer, además, que el 52% de los desocupados tiene entre 15 y 29 años.

Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) basado en datos oficiales, son alrededor de 323.500 los jóvenes afectados por la falta de un empleo, que habitan los 31 centros urbanos relevados por el Indec. Sin embargo, la situación reviste aun más gravedad que la sugerida por esa cifra, cuando se tiene en cuenta que otras 727.145 personas de esas edades no estudian y no trabajan; de ellos, 529.676 tampoco buscan un puesto de empleo, por lo que son directamente y pese a su corta edad, inactivos.

Los datos muestran que, entre quienes acceden a trabajar, una parte importante lo hace en la informalidad, e incluso muchas veces, en condiciones precarias. Entre los adolescentes ocupados de entre 15 y 18 años, el 84% no está registrado.

LIMITACIÓN LEGAL

Más allá de que el Indec los considere en las estadísticas laborales, en ese universo hay personas alcanzadas por la prohibición legal de trabajar. En mayo de 2010 entró en vigor una reforma que elevó de 14 a 16 años la edad mínima para celebrar contratos de trabajo. Pero, más allá de la letra de la ley, las estadísticas revelan que entre quienes tienen sólo de 15 a 18 años, un 9% no trabaja, no estudia ni busca empleo; otro 6% trabaja y no estudia, y un 2% no trabaja ni estudia, pero busca una ocupación.

La mayor intensidad del problema del desempleo entre los jóvenes es, en rigor, un hecho que data de mucho tiempo atrás y una realidad que también se da en otras partes del mundo. El fenómeno está vinculado con las deficiencias del sistema educativo, los factores de exclusión social (pobreza estructural y por ingresos) y las regulaciones para el ingreso por primera vez al mundo laboral.

Recientemente, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) emitió un documento en el que advierte que la crisis internacional trae el riesgo de dejar a una generación "marcada" por los efectos que la caída de la actividad muestra en el ámbito laboral: un creciente desempleo y una tendencia al alza del trabajo en condiciones precarias, sobre todo en los países desarrollados.

Más allá de esos efectos por los actuales vientos de crisis global, el informe del Iaraf señala que la situación del empleo juvenil encuentra relación con el funcionamiento del sistema educativo y la posibilidad de acceder, y con la exposición de los chicos a los recursos tecnológicos.

jueves, 15 de septiembre de 2011

La violencia escolar afecta la salud de los docentes

Tres de cada cinco maestros agrupados en la Unión Docentes Argentinos (UDA) tienen actualmente pedidos de licencia por problemas psicológicos, de estrés o deterioro físico a raíz de la violencia escolar.

La afirmación surge de una encuesta realizada sobre un universo de 2000 docentes de 17 provincias y de la ciudad de Buenos Aires y dice, además, que el 70 por ciento de los docentes está "preocupado" por los hechos de violencia física y verbal cada vez más frecuentes en las aulas.

La compulsa entre los maestrosfue realizada entre mayo y junio de este año y LA NACION dio cuenta de los primeros resultados en forma exclusiva en julio último.

Sin embargo, y a raíz de estas quejas y opiniones, la agrupación gremial docente presentó ayer un proyecto de ley en la Cámara de Diputados, denominado "Creación del equipo coordinador interdisciplinario centralizado para la erradicación de la violencia en el ámbito escolar", por el cual se impulsa la integración de un núcleo integrado por representantes de los sindicatos docentes, psicopedagogos, psicólogos, asistentes sociales, médicos y abogados para abordar la problemática.

Sergio Romero, secretario general del gremio, denunció ante LA NACION: "No se está educando en un ámbito de paz en la escuela. Los problemas de violencia no son sólo agresiones físicas y verbales".

El dirigente docente afirmó que "hay jóvenes que van con navajas o drogados (a la escuela), a lo que hay que sumar la sobrecarga de alumnos en las aulas y la falta de infraestructura".

Y sostuvo: "El docente promedio se jubila a los 60 años, pero llega a los 50 años con un grave deterioro físico, por eso afirmamos que tres de cada cinco docentes están con licencia psicológica, porque han debido enfrentar algunos de estos hechos violentos".

Otra de las preguntas de la encuesta fue cómo se sentía el docente frente a situaciones de violencia física o verbal dentro del establecimiento escolar, y el 48% contestó "desprotegido"; el 42%, "algo protegido", y sólo el 10% dijo "protegido".

Miedo en el aula
Es decir que si juntamos las dos primeras contestaciones, tenemos que el 90% de los maestros tiene miedo frente a lo que pueda suceder mientras está dando clases.

En este sentido, Romero expresó el temor de los maestros frente a los golpes que suelen propinarles los padres en plena escuela.

La siguiente pregunta del relevamiento nacional fue: "Al acudir a realizar su labor al establecimiento escolar usted siente temor por su integridad física". El 36% respondió que sí; el 28%, no, y el 38% dijo que "a veces".

En cuanto a la posible solución a la creciente violencia en las aulas, ocho de cada 10 docentes especificaron que una nueva legislación nacional podría prevenir estos casos, mientras que sólo el 20 por ciento restante opinó que alcanza con la normativa vigente.

En diálogo con LA NACION luego de la presentación del proyecto de ley, Romero brindó varios ejemplos de la violencia escolar cotidiana. "Ayer (por el martes), a las 17.30, en la escuela N° 61, Juan Lavalle, en la calle Juan Manuel de Rosas 4059 de Rosario, un chico de 11 años salió de la escuela y fue baleado en una pierna aparentemente por un compañero. También en Rosario, en la escuela técnica 470 del barrio Flores, una chica del secundario se desmayó durante el acto del Día del Maestro y cuando fue llevada al hospital se vio que había tomado cocaína minutos antes. Y con todo esto tiene que lidiar el docente".

Por Alejandra Rey | LA NACION
Romero dice que el Observatorio de Violencia no funciona y que es un recurso burocrático que no se expide nunca: "Para nosotros la principal responsabilidad la tiene el Estado, que ahora está ausente. Lo que queremos remarcar es que se pretende detectar estos actos de violencia antes de que sea demasiado tarde. Porque cuando el docente se capacita, estudia, no figura en su preparación académica analizar los temas sobre la violencia".

Al respecto, tanto Romero como otras fuentes consultadas dijeron a LA NACION que, ante una situación de violencia, el docente tiene que hacer la denuncia a la autoridad pertinente y a la policía de su distrito.

Es frecuente, dijeron las fuentes consultadas, que los maestros tsufran cuadros de ataques de pánico, pesadillas y ansiedad antes de ingresar en el establecimiento donde trabajan.

martes, 23 de agosto de 2011

Juventud, ¿divino tesoro?

Por Daniel Muchnik | Para LA NACION
En la Argentina, cerca de tres millones de jóvenes menores de 25 años tienen un trabajo extremadamente precario y mal remunerado. En busca de mejores oportunidades, cambian frecuentemente y diluyen cualquier tipo de lealtad o aprendizaje. Y hay otros 800.000 que no trabajan ni estudian: vegetan. Andan de aquí para allá; vagabundean; se prestan para cualquier changa comercial o política, o son tentados para ingresar en la delincuencia.

Igual que los desocupados y los que trabajan en negro, los jóvenes son los parias del sistema, los eslabones perdidos. Sólo el 43% de la masa laboral del país tiene un empleo con todos los derechos jubilatorios, protección en materia de salud y otros beneficios que ofician de paraguas protectores.

El problema de la juventud en la Argentina viene de arrastre. Todo se fue sumando. Las crisis económicas periódicas; el cierre de empresas; los colapsos de 1989,1990 y 2001 y la implantación de leyes laborales precarias. Se agrega a todo esto el derrumbe educativo y la falta de un diseño de demanda efectiva de profesionales. Muchos no tienen suficiente formación. Y otros tantos la tienen en demasía, pero no pueden adaptarse a las necesidades de un mercado en el que se imponen la tecnología, las modificaciones en la producción industrial, los nuevos procesos. En la década del 90, por ejemplo, el Gobierno le dio la espalda a la educación técnica, en paralelo con una estrategia económica oficial que tenía como paradigma la adhesión a los productos del exterior por encima de los que se elaboraban aquí, que se juzgaban como "antiguos". De la misma manera que a fines de los años 70, en plena dictadura se despreció todo lo que fuera industria nacional. En consecuencia, actualmente están faltando técnicos especializados, ingenieros, adeptos a la inventiva.

Como la experiencia indica, mucho más que la geografía, la Argentina no es una isla. Por lo tanto, las políticas de "moda", como la inserción en la globalización con los ojos cerrados y sin filtros, se aplican en el país a rajatabla. Y los empresarios argentinos, expertos en subirse a la montañas rusas de los parques de diversión por las faltas de cumplimiento de normativas oficiales, más los cambios de rumbo muchas veces irracionales, o las injusticias y caprichos de muchos funcionarios, tienen como tradición importar producción antes que encararla en nuestro territorio. Hay que escuchar los argumentos para justificar la importación. En primer lugar, un tema de costos laborales, las trabas energéticas, la mala infraestructura y luego la presión impositiva. Eso sí: en la Argentina, la mitad de los que pueden trabajar no consiguen hacerlo legítimamente.

También el panorama internacional es crítico al respecto. Las movilizaciones de la juventud hacen crujir al mundo, y en cada país con características propias. En Chile manifiestan la exigencia de que se brinden oportunidades educativas para todos. En Inglaterra, una violencia dantesca se vio en los barrios más pobres y marginados de las grandes ciudades. Al igual que en París en 2005, la policía no pudo contener los incendios de edificios, de automóviles y de comercios. El primer ministro David Cameron respondió con la movilización de 16.000 policías y la promesa de convocar al ejército para reprimir, como una muestra de cómo repercutieron los hechos en la alta política del poder y en su poder.

En España, donde la desocupación juvenil llega al 27% del total, donde los perjudicados están aceptando puestos en China o en el resto de Europa para tratar de encontrar una salida, los "indignados" dominan la escena. Ocupan los centros de las ciudades, transitan por las rutas del país en una especie de "comunión en la derrota" y ya organizan marchas continentales, en unidad con los desahuciados de Italia y Francia. Los respalda una gran parte de la población, harta de la muy precaria gestión de José Luis Rodríguez Zapatero.

Pese a ello, semejantes desplazamientos masivos tienen sus puntos débiles. No hay liderazgos claros; no hay propuestas definitivas que compartan todos; impera cierta anarquía, y algunos creen estar viviendo otro Mayo del 68 parisiense, cuando la realidad es totalmente distinta y en la península Charles de Gaulle no aparecerá.

Recientemente, Israel presenció una manifestación nunca vista. Fueron 250.000 los jóvenes, junto con adultos y maduros, que ocuparon las calles de Tel Aviv y Jerusalén. Es un cuarto de millón de personas entre una población total que supera los siete millones. Exigían "justicia social", porque sienten que ésta dejó de existir en un país que surgió y siguió siendo hasta no hace mucho un Estado benefactor, protector de sus ancianos, de la maternidad, de la salud y la educación de la población. Pero la inflación, algunas maniobras financieras y determinadas estrategias del gobierno modificaron el panorama. Así, los alquileres de los pisos treparon a las nubes (hasta el 250% en los últimos seis años). El promedio de jóvenes y bolsones de clase media tienen ingresos que rondan los 900 euros por mes, pero pagan hasta 600 por la vivienda. La educación, que era prioridad estatal, padece serias deficiencias. El costo de los combustibles y la precariedad laboral son eslabones de la misma crisis.

Los "indignados" israelíes cuestionan a la administración de Benjamin Netanyahu la exagerada inversión estatal en los asentamientos, que sólo sirven al 4% de la población y además crispan el ánimo del mundo árabe. De pronto, una sociedad que estaba prevenida de ataques externos comprueba que el enemigo bien puede estar adentro.

domingo, 14 de agosto de 2011

Las claves de una rebelión imparable

LONDRES.- "Me rebelo, ergo, existo." Esta vieja frase de Albert Camus en La peste , que utiliza Frantz Fanon en su famoso libro Los condenados de la Tierra , resulta hoy más actual que nunca y parece resumir el cóctel de frustración, injusticia y rabia que estalló hace poco más de una semana en Londres.

Esa mezcla, movilizada por la tecnología y alimentada por la crisis económica y la desconfianza hacia los dirigentes, une, a la distancia, a masas de jóvenes de todos los continentes, de diversas razas y credos. En una virtual explosión social global que marca a fuego este 2011, ellos quieren gritarles a sus líderes políticos y al mundo que también existen, que ellos también son "alguien", que quieren participar de ese mundo ya accesible para todos a través de los celulares, Internet y los televisores plasma, que ellos también quieren ser tenidos en cuenta.

Primero vino la "primavera árabe", que borró de un plumazo y en tiempo récord gobiernos dictatoriales -apoyados por Occidente- en Túnez y en Egipto, y contagió a toda un área hasta hace poco blindada a cualquier tipo de protesta.

Después, con otros objetivos, pero inspirados por esos jóvenes árabes que desafiaron a los tanques y ocuparon la plaza Tahrir, en El Cairo, aparecieron los "precarios" italianos subiéndose al Coliseo o a la Torre de Pisa para reclamar educación y empleo.

Más tarde, el 15-M, como se bautizó el "histórico" 15 de mayo, irrumpieron los "indignados" españoles de la Puerta del Sol, de Madrid. Con su protesta pacífica, también ellos hicieron escuela e inspiraron nuevas versiones locales. Primero en Grecia, al borde del default y furiosa por el ajuste; desde hace unas semanas, en Israel, donde masivas protestas reclaman por el alto costo de vida y el precio de los inmuebles. Hubo además un salto hacia América latina, en Chile, donde los estudiantes acosan al gobierno del presidente Sebastián Piñera desde hace dos meses, en demanda de una educación gratuita.

La opinión pública mundial acaba de ser testigo ahora de una oleada de vandalismo y saqueos sin precedente en Londres, la capital de una potencia económica, en una rebelión social que aún debe analizarse a fondo. Pero que, según muchos analistas, está relacionada con el malestar de una parte de la sociedad, que se siente marginada.

Es claro que hay diferencias entre lo que pasa en Londres, donde todo el mundo coincide en que el factor ideológico o político está ausente, y las demás "explosiones sociales" que tuvieron lugar este año en diversas partes del planeta.

En la denominada "primavera árabe" -aún en curso en Siria, donde el gobierno reprime a los jóvenes que quieren revertir el statu quo; en Libia, donde es incierto el destino de Muammar Khadafy; en Yemen-, de hecho, el reclamo es por derechos civiles y políticos, libertad y democracia.

Los "precarios" italianos, por otra parte, quieren básicamente un empleo que les permita pensar en un futuro estable y reconozca sus derechos laborales, sociales y económicos. Los "indignados" españoles van por más: su lema es "sin pensión, sin casa, sin curro, sin miedo", y entre sus reivindicaciones también están la regeneración de la clase política ante la difusión de la corrupción. Los "indignados" israelíes, en tanto, denuncian el aumento de los precios de las viviendas, que los jóvenes no pueden permitirse afrontar.

"El estallido que hubo en Londres no tuvo un objetivo político, como en la plaza Tahrir, sino que fue fruto de una complejidad de causas. A diferencia de lo que sucede con otras explosiones sociales, como las que hubo en años recientes en Ecuador, Bangladesh, Filipinas e Indonesia por el aumento del precio de los alimentos; en Londres, donde hubo una explosión de rabia y de alienación, es como si un genio se hubiera salido de su botella. Y para volver a meterlo adentro hay que estudiar sus causas", indica a La Nacion Ed García, durante años profesor de Ciencias Políticas en Manila, Filipinas, y ahora senior advisor de la ONG International Alert.

Si bien hay diferencias entre "el incendio" de Londres y otras revueltas sociales, también hay muchos puntos en común. "Sin dudas todo está interconectado por cuestiones que afectan a todo el mundo, como la crisis financiera mundial, que provocó recortes y ajustes; la incertidumbre global; la crisis de deuda de Estados Unidos y Europa; el desempleo juvenil; las inequidades sociales; la brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, y la guerra al terrorismo", destaca García.

Otro punto en común de todas las explosiones sociales, incluida la londinense, es la desconfianza absoluta hacia la clase dirigente, considerada alejada de los problemas reales de la gente, y la falta de respeto hacia la autoridad.

"Pareciera que hay una implosión de las sociedades occidentales, donde los recortes afectan cada vez más a los desposeídos, que no se sienten tenidos en cuenta por sus gobiernos, y que sienten que no tienen nada que perder", apunta García.

La utilización de las redes sociales, Twitter, Facebook, y, en el caso de Londres, el chat de BlackBerry, como herramientas de combate fueron claves en las rebeliones.

"Esta es la revuelta de los celulares", asegura el sociólogo Anthony Giddens, inventor de la Tercera Vía, uno de los máximos consejeros del ex premier Tony Blair y director de la London School of Economics. "Hay algo posmoderno en estas revueltas urbanas, marcadas por la rapidez con la que se difunden y en el contagio inmediato, que es favorecido por las nuevas tecnologías", afirma.

"El poder de la gente antes se movilizaba puerta a puerta. Ahora, con las redes sociales, todo es inmediato. Aunque son un arma de doble filo porque pueden hacer el bien o el mal", opina García.

Ultimo punto en común en los estallidos es que esa exclusión del mercado de consumo es padecida como "un estigma".

"Para los jóvenes de hoy, el único tótem es el consumismo. Sus padres y abuelos podían protestar por un ideal, pero ellos protestan porque quieren hacer shopping. En una sociedad que eleva el dinero como si fuera Dios, que premia a los banqueros con bonus millonarios, pese a los daños infligidos a la economía, ellos responden diciendo: nosotros hacemos shopping, nos llevamos, sin pagar, obviamente, lo que nos gusta y nos sirve", dice Giddens.

"Los supermercados se han vuelto nuestras catedrales; la lista de compras, nuestro breviario, y las procesiones a los centros comerciales, nuestros peregrinajes", coincide el sociólogo y filósofo polaco Zygmunt Bauman, que vive en Leeds.

"Para los consumidores sin acceso al mercado, los verdaderos pobres de hoy, el no poder comprar es el estigma odioso de una vida sin sentido", subraya.

De ahí, "me rebelo, ergo, existo".

Un futuro mejor para los jóvenes

Los movimientos juveniles de protesta preocupan seriamente en Europa. La causa determinante es el frustrante desempleo que impide los proyectos de subsistencia y realización personal. Es así como los jóvenes entre 18 y 25 años se encuentran con un presente precario y un futuro sombrío. El problema es agudo y las cifras son elocuentes: en España, la tasa de desocupación en la franja de edad citada alcanza al 43 por ciento y sólo es superada por Letonia; en tanto, en Grecia y en Eslovaquia esa tasa se halla en el 37; en Irlanda e Italia está en el 29%; en Portugal, en el 22; en Francia, en el 20, y en Gran Bretaña, en el 18,3. El promedio en la Unión Europea es del 20,6 por ciento.

La cuestión que se ha planteado obedece a la última crisis financiera que afectó a la sociedad global y que trajo como consecuencia severos tropiezos en la vida económica y recortes presupuestarios en los estados europeos, todo lo cual concurrió a tornar dramático el desempleo. Sobre todo la población juvenil sintió el impacto de las medidas adoptadas para salvar la situación y se ve así ubicada hoy en una zona gris en la cual faltan los puestos de trabajo, o son escasos y provisionales. En esta situación, las sociedades se fracturaron en dos grandes grupos generacionales: los mayores de 40 años, que cuentan con trabajo formal estable y suficientemente remunerado, y los menores, que deben avenirse a postergar sus proyectos personales y aceptar una vida laboral incierta.

La ola de protestas juveniles desencadenada tiene, también, otro factor de estimulación en la cercana rebelión de miles de jóvenes en Egipto y en Túnez, que se movilizaron por cuestiones políticas y económicas, entre ellas el desempleo. Ese antecedente gravita en el ánimo de los movimientos juveniles europeos y genera temores de que se manifiesten con mayores violencias. Se hace necesario hallar soluciones, ya que los jóvenes, por una parte, se sienten injustamente postergados, sin trabajo ni esperanzas de sostener una casa ni formar una familia. Por otra, los que dirigen o gobiernan, así como la generación adulta de los padres, comprenden que es necesario introducir reformas de fondo en la vida socioeconómica para dar su oportunidad a los jóvenes, sin lograrlo hasta hoy.

De tal modo, la generación "ni-ni", como la llamaron ("ni trabajan ni tienen esperanzas"), enfrenta un duro desafío en este tiempo, que posee rasgos comunes con los problemas de otras sociedades juveniles como la nuestra, sin negar lógicamente las diferencias que existen. En 2010 el año 2010 se estimó en nuestro país que alrededor de medio millón eran los desocupados entre 18 y 25 años, y muchos parecían conformarse con ese destino de exclusión. Se sabe que un futuro mejor exige iniciativa, esfuerzo y voluntad de emprender. Aquí, como en Europa, padres y docentes tienen la misión de alentar esas conductas desde la infancia y a través del estudio. En otro plano, es deber de los gobernantes, políticos, dirigentes y ciudadanos la función de promover las acciones necesarias para que el país genere oportunidades de trabajo a quienes posean la capacitación requerida, cimentando un gran proceso de integración generacional.

martes, 5 de abril de 2011

El desafío de los jóvenes "ni-ni" en la región

Andrés Oppenheimer
CIUDAD DE MEXICO.- México no es Libia, Egipto ni Túnez, pero tiene algo en común con ellos: una enorme masa de jóvenes desempleados que están en el centro de la violencia que está azotando a esos países.

En el norte de Africa, los jóvenes desempleados están llevando a cabo revoluciones. En México, no tienen una agenda política, pero son una parte integral de la violencia de los carteles de las drogas, que ha dejado más de 30.000 muertes en los últimos cuatro años. Ahora, este silencioso ejército de jóvenes mexicanos que ni trabajan ni estudian -conocidos como los "ni-ni"- está más en las noticias que nunca.

El tema del día en México es la controvertida propuesta del gobernador del estado norteño de Chihuahua, César Duarte Jáquez, de que los ni-ni mexicanos sean alistados para cumplir tres años de servicio pago en el ejército. Duarte dice que su propuesta sacará a esos jóvenes de las calles, les permitirá ganar un salario y acceder a los programas educativos subsidiados del sistema militar. Muchos de ellos podrían encontrar una carrera permanente en las fuerzas armadas, afirma.

La propuesta del gobernador suscitó una avalancha de críticas por parte de diputados federales y periodistas. Algunos dicen que eso llevaría a que miles de jóvenes sicarios de los carteles del narcotráfico inundaran las filas del ejército. Otros dicen que sólo serviría para darles a millones de jóvenes desempleados un entrenamiento militar que luego pondrían al servicio de los narcotraficantes.

Pero la propuesta del gobernador de Chihuahua ha colocado en las primeras planas un problema que no sólo azota a México, sino también a toda América latina. Según nuevos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay 20 millones de jóvenes en América latina que ni trabajan ni estudian. De este total de ni-ni, 16 millones ni siquiera están buscando trabajo, en muchos casos porque han perdido toda esperanza de hallar empleo.

A nivel nacional, el porcentaje de jóvenes entre 15 y 24 años que ni trabajan ni estudian es del 28% en Colombia, 24% en El Salvador, 21% en México, 20% en Perú, 19% en la Argentina y 17% en Chile. En el caso de la Argentina, la cifra probablemente sea mayor, porque las estadísticas allí sólo miden el desempleo juvenil urbano, dicen los funcionarios de la OIT.

"Igual que en el norte de Africa, el desempleo juvenil es un problema serio en América latina", me dijo Guillermo Dema, el experto en desempleo juvenil de América latina de la OIT. "Es algo que tiene grandes consecuencias en términos de gobernabilidad y democracia en todos los países."

¿Cómo solucionar el problema de los ni-ni? Entre los muchos programas interesantes destinados a sacarlos de las calles se cuenta el plan Prepa-Sí, de la Ciudad de México, que ofrece 45 dólares por mes a los estudiantes secundarios para que sigan yendo a la escuela y hasta 65 dólares mensuales si sacan notas altas.

"Esencialmente, les pagamos para que estudien", me señaló el secretario de Educación de Ciudad de México, Mario Delgado Carrillo. "Logramos reducir la deserción escolar del 20 al 6% en los tres últimos años. Y las calificaciones de los estudiantes subieron de un promedio de 7,3 a 8,3 durante el mismo período."

Bajo este programa, la ciudad les paga el dinero a los estudiantes -no a los padres- por medio de una tarjeta bancaria, que también ayuda a que los jóvenes aprendan a manejar sus propias cuentas.

Otro programa interesante que se está llevando a cabo en 11 países latinoamericanos es A Ganar, en parte financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. Este plan usa el fútbol y otros deportes de equipo como anzuelo para poner a los jóvenes marginales bajo la supervisión de entrenadores deportivos que los alientan a aprender oficios o a regresar a la escuela. El programa planea entrenar a 5400 jóvenes en los próximos dos años, un número relativamente pequeño de los ni-ni de la región.

Mi opinión: además de los planes económicos para aumentar los empleos para los jóvenes, casi todos los países latinoamericanos -y Estados Unidos- también necesitan reestructurar sus sistemas universitarios para crear escuelas vocacionales de dos o tres años de duración que den títulos de técnicos mecánicos, electricistas y otros oficios. Casi todas las universidades latinoamericanas sólo ofrecen carreras tradicionales de cinco años de duración, como abogacía o medicina.

En Singapur me sorprendió ver que el Estado destina tantos o más fondos a las escuelas vocacionales que a las universidades. El 25% de los jóvenes asisten a esas escuelas vocacionales de alto nivel y el 90% de sus graduados consiguen empleo. Eso, juntamente con estímulos económicos a los estudiantes, sería una excelente ayuda para reducir el número de ni-ni latinoamericanos.

domingo, 15 de agosto de 2010

Preocupante panorama.

Editorial IIRetener a los alumnos

El aumento de la inscripción de estudiantes en la provincia de Buenos Aires exige más recursos humanos y materiales

lanacion.com | Opinión | Domingo 15 de agosto de 2010

martes, 22 de junio de 2010

Vivimos tiempos en que se difunde de modo constante un engañoso llamado a hacer lo placentero y lo fácil.

Con ligereza, hay quienes califican la escuela de aburrida, a fin de justificar el desinterés por la enseñanza que manifiesta un sector de alumnos. Ese término despectivo y otros afines (como "tediosa" o "fatigosa") hacen suponer que la tarea escolar debería ser lo opuesto; es decir, "divertida", "entretenida". Cabe preguntarse si, efectivamente, ese es el propósito por lograr en la escuela. La respuesta es clara. Lo que realmente se espera de la enseñanza es el aprendizaje. ¿Cuándo fracasa ese proceso? Cuando no se aprende. Por lo tanto, no es ni la diversión ni el entretenimiento el objetivo, aunque sea aceptable afirmar que es mejor una clase productiva en aprendizajes que, además, sea entretenida.
Editorial IIEl aburrimiento en la escuela

La tarea escolar demanda encarar lo que es difícil y complejo para avanzar en el aprendizaje, lo cual es, también, entretenido

lanacion.com | Opinión | Martes 22 de junio de 2010

viernes, 7 de mayo de 2010

La capacidad del efecto contagio de los posts .

Parece ingenuo que ahora, y aprovechando las nuevas tecnologías, los alumnos avisen por Facebook que se van a "ratear" de la escuela en un día y hora determinados. Tan ingenuo como justificar esa acción pidiendo a los que participen de ella que lleven algún elemento no perecedero para hacer un acto solidario de entrega a comedores populares.

Además de aggiornar lingüísticamente a la sociedad sobre el uso de distintos sinónimos para la "rateada" (según la provincia de origen, también puede decirse "yuteada", "cuqueada" o "chupina"), la noticia apareció en diarios y portales de todo el mundo, muy de acuerdo con el medio elegido para anunciarla, y mostró también que tanto padres como docentes y directivos educativos se encontraban bastante al margen de lo que estaban haciendo muchos de los estudiantes de la escuela secundaria en la Argentina.

Quizá no importe tanto contabilizar el poder de la convocatoria lograda en Mendoza, la primera provincia donde se produjo el fenómeno, que rápidamente fue seguido en otras ciudades del resto del país, porque es un hecho por demás conocido la capacidad del efecto contagio de estos posts . La prueba es que el 4 de febrero de 2008 hubo una gran movilización mundial en contra de las FARC colombianas en la cual participaron más de 13 millones de personas alrededor del mundo, y la convocatoria había sido hecha por medio de las redes sociales Facebook y MySpace. Claro que, en ese caso, el motivo no era una travesura de chicos, sino pedir la libertad de los rehenes de la organización terrorista.

Lo que llama la atención es la repercusión que esta actitud adolescente ha tenido hasta ahora en la comunidad argentina. Hay padres que, utilizando los mismos métodos que sus hijos, forman grupos de "contraataque" prometiendo que quien asista a la "rateada" se queda sin PC por un año, o bien felicitan a los autores de la idea porque significa "empezar a pensar y a hacer cosas que valgan la pena". También están, por supuesto, los medios de comunicación, que, como no siempre hacen un uso responsable de su función, antes que reflexionar sobre la noticia se lanzan a multiplicarla efectistamente.

Mientras los chicos se sumaban alegremente de a miles a las páginas que convocan a las "rateadas" en todo el país -habría una nacional, para el 28 de este mes-, el ministro de Educación, Alberto Sileoni, tuvo que pronunciarse sobre la oportunidad de evaluar "la travesura" como hecho pedagógico: "Al tema hay que darle un tratamiento pedagógico y con las familias". Lo dijo anteayer en Tucumán, donde había ido a entregar 3500 netbooks del programa Conectar Igualdad.com.ar, lo que pasó bastante más inadvertido que las ya mencionadas "rateadas".

Estas "rateadas" en cadena han venido a desnudar en realidad las carencias pedagógicas y de contención que la escuela argentina tiene hoy para con sus alumnos y la crisis de autoridad que afecta a no pocos docentes y autoridades escolares.

A la lucha por alcanzar los 180 días de clase en todo el país, sin interrupciones de paros docentes, habrá que sumarle prontamente una discusión profunda sobre qué tipo de escuela necesita la Argentina de hoy. Autoridades escolares, maestros y padres deben preguntarse cómo hacer de la escuela un lugar más convocante y atractivo para los adolescentes, sin caer en el extremo del facilismo y la complacencia con el alumno alejado de la necesaria disciplina.
Editorial I"Rateadas" por Facebook

Ante hechos como éstos, los adultos debemos preguntarnos cómo hacer de la escuela un lugar más convocante y atractivo

lanacion.com | Opinión | Viernes 7 de mayo de 2010

miércoles, 5 de mayo de 2010

Rateadas

Antes había que esconderse. Ahora se concentran en lugares públicos. Ya no es de boca en boca ni el anuncio anónimo en el pizarrón, ni la adrenalina del peligro de ser descubierto. Las "rateadas" se convocan ahora por Facebook y los chicos participan de a miles.

Como era de suponer, el "éxito" de la propuesta de dos adolescentes mendocinos, que el viernes pasado reunió a 3000 alumnos en una plaza céntrica y hoy tiene casi 13.000 seguidores en Facebook, no tardó en contagiarse a todas las latitudes. Media docena de convocatorias similares en todo el país suman adeptos minuto a minuto y hasta hay una invitación para una "rateada" nacional, el próximo 28.

"Rateada", "yuteada" o "chupina": cada provincia la llama distinto y propone hora y punto de encuentro. En la Capital será el 28; en La Plata, el 28; en Neuquén, el 11; en Corrientes, el 13; en Tucumán y en Catamarca, el 21, y en Córdoba, el 28. También habrá en San Pedro, Tandil, Villa Gesell y otros destinos en los que más y más chicos se hacen fans de los grupos en Internet que proponen sumar voluntades para faltar a la escuela.

La noticia puso a Mendoza en diarios y portales de noticias de todo el mundo. Estas nuevas versiones de aquella iniciativa tienen un nuevo matiz: los chicos convocan ahora a llevar un alimento no perecedero.

"Tiren ideas para hacer de esta juntada algo que beneficie a los demás", lanzó un post . "Propongan cosas para hacer de esta rateada algo constructivo", publicó otro. "Sería buenísimo que todos lleven un alimento para llevar a algún comedor. Es una forma de demostrar que no lo hacemos por placer nomás, y que nosotros, los adolescentes, somos capaces de muchas cosas, como de ayudar a los que lo necesiten", fue la respuesta que se replicó en los muros.

Estos grupos tienen una cantidad enorme de seguidores, que se actualiza con las horas. Por citar un caso, la página que convoca a la "rateada" nacional sumó ayer más de 1000 seguidores en seis horas -contaba con más de 9500 al cierre de esta edición- y se vanaglorian de haber añadido 7122 personas en apenas dos días.

Aunque no con la fuerza y masividad de los mensajes juveniles, los adultos ya reaccionaron, en favor y en contra. Y hasta surgió desde Tandil un "Contragrupo: Si te «rateás», no más computadora por un año". Anoche tenía 91 miembros. "Demostrémosles a nuestros hijos que también podemos poner límites en el idioma que ellos quieran. Juntemos más adherentes que ellos", proponen.

El gobierno mendocino expresó ayer su malestar por la "rateada" masiva del viernes y pidió a los padres dialogar con sus hijos sobre la inconveniencia de repetir la experiencia. El director general de Escuelas, Carlos López Puelles, advirtió: "Si esto se hace un hábito, no es bueno y, en definitiva, ellos serán los perjudicados", y destacó: "Se propusieron una convocatoria que tuvo un éxito aparente, pero eso no deja de lado el perjuicio de perder el día de clase".
Los padres, a favor y en contraLas "rateadas" ya se organizan en Facebook

Los fans se suman de a miles y hasta hay convocatorias a beneficio

lanacion.com | Cultura | Mi?oles 5 de mayo de 2010

jueves, 24 de septiembre de 2009

El 65% de nuestros niños y niñas menores de 18 años viven en hogares pobres o indigentes

El escándalo de la pobreza vuelve a avanzar en nuestro país, dejando hondas cicatrices y condicionando el futuro de la convivencia democrática.

La humanidad del tercer milenio debe enfrentar desafíos de complejidad creciente, de magnitud infinitamente mayor que en otras épocas y de consecuencias por cierto impredecibles. Mientras tanto, la mitad de nuestra población se encuentra todavía sufriendo necesidades primarias insatisfechas.

Las últimas cifras brindadas por diferentes organizaciones sociales denuncian que el 65% de nuestros niños y niñas menores de 18 años viven en hogares pobres o indigentes y están limitados en el ejercicio de sus derechos a la alimentación, a la salud y a la educación.

En los hogares con mayor cantidad de miembros ancianos o menores, la incidencia de la pobreza es obviamente mayor.

Las deficiencias en alimentación, salud y educación tienen un impacto significativo en el desarrollo integral de las personas y condicionan futuras posibilidades de inserción en la sociedad como ciudadanos democráticos, capaces de vivir con dignidad.

Numerosos estudios de las últimas décadas muestran la relación existente entre la estimulación sensorial temprana, la nutrición y el entorno afectivo y social sobre el desarrollo cerebral de los niños. De su nivel dependen sus capacidades lingüísticas, cognitivas, y de control de emociones y comportamientos

Por otro lado, múltiples investigaciones aseguran que el desarrollo cerebral está condicionado por la etapa prenatal y las experiencias de los primeros seis años de vida, porque es entonces cuando se expresan los genes, se diferencian las funciones de las neuronas, se estimulan los canales sensoriales y se establecen las conexiones sinápticas entre las células nerviosas.

Las desventajas en la temprana edad son casi irrecuperables en el resto de la vida y son un agravio ilevantable a la tantas veces declamada igualdad de oportunidades.

La igualdad es un valor en sí mismo que no exige otra fundamentación en nuestra cultura, pero nunca esta de más subrayar que la desigualdad y la consecuente exclusión son fuente de comportamientos violentos, de la incapacidad para discernir y en definitiva de convertirse en ciudadanos democráticos.

Sabemos que en este milenio la complejidad de las relaciones sociales pondrá a prueba la gobernabilidad democrática y que el desarrollo tecnológico ha puesto en pocas manos una inédita capacidad de destrucción de dimensión planetaria.

La educación es la gran promotora de la igualdad de oportunidades, pero está visto que con la escuela sola no alcanza. Fracasaremos si no logramos que los niños lleguen y transiten por los procesos educativos en condiciones que permitan garantizar el aprendizaje, independientemente de las condiciones socioeconómicas de los hogares de los que provienen. Estas acciones exceden largamente las competencias de un ministerio de Educación tradicional.

En la ciudad de Buenos Aires, los datos nos muestran una realidad preocupante en materia de exclusión educativa, a pesar de ser la jurisdicción más rica y donde el porcentaje de alumnos que culmina los distintos niveles formativos es mayor que en el resto del país.

Para María Teresa Sirvent, profesora e investigadora de la Universidad de Buenos Aires, la población de 15 y más años, que "entró alguna vez a la escuela y ya no está más y tiene como máximo nivel educativo el secundario incompleto constituye una población en situación educativa de riesgo por tener una mayor posibilidad estadística de quedar marginada de la vida social, política o económica".

Para esta investigadora, en la ciudad de Buenos Aires el 41% de esa población está en situación de riesgo educativo; 36,9% corresponde a la zona norte y 52,2% a la zona sur.

La misma investigación demuestra que una enorme proporción de alumnos en situación de riesgo proviene de hogares pobres.

El desafío de la inclusión educativa no se satisface solamente con mayor escolaridad, ni siquiera asegurando condiciones de educabilidad al alumno, de lo que estamos bien lejos. Debe comprender también los resultados. En otras palabras, los sistemas de aprendizaje deben garantizar calidad educativa, porque sin calidad la ampliación de la escolaridad puede convertirse en la máscara que oculte la exclusión.

Habrá verdadera inclusión si se transfiere a los alumnos capacidades para realizarse como personas y ganarse la vida en el mundo cada vez más competitivo que les tocará vivir. Por eso hablamos de inclusión educativa plena, es decir, con escolaridad, condiciones de educabilidad y calidad garantizada para todos.

El proyecto de ley de inclusión educativa plena que hemos presentado y está en debate en la Legislatura porteña parte de los siguientes principios: a) actuación integrada de las diferentes áreas del Poder Ejecutivo, sobre la base de un programa conjunto centrado en las zonas o instituciones con población con mayor vulnerabilidad económica y social; b) concentración de inversiones en infraestructura y equipamiento en esas zonas o instituciones, que deben superar en un 50% la inversión promedio por alumno que se realice en cada período escolar; c) formación especializada y estímulos económicos adicionales a los docentes que se desempeñan en ámbitos con esas características; d) concentración de acciones sobre los niños en los primeros seis años de su vida, comenzando por la atención puesta sobre la salud de la madre durante el embarazo; e) evaluaciones precisas sobre los resultados, con metodologías internacionalmente aceptadas, para poder realizar comparaciones internacionales sobre bases homogéneas, y f) un observatorio con amplia participación social, que pueda actuar con idoneidad e independencia para el seguimiento de los programas y la propuesta de innovaciones.

Una buena manera de celebrar el Bicentenario sería poner en marcha una educación a la altura del siglo XXI, capaz de formar ciudadanos moral e intelectualmente preparados para un mundo que debe lidiar con la marginación social, con los desajustes del desarrollo tecnológico y los nuevos paradigmas de la sociedad global.
Con la escuela sola no alcanza

Enrique Olivera

lanacion.com | Opinión | Jueves 24 de setiembre de 2009

Educarse representa una responsabilidad hacia uno mismo porque cada uno tiene capacidad para algo, cada uno tiene algo para ofrecer.

En un reciente artículo periodístico, el escritor español Rafael Argullol comenta el hecho de que algunos de los mejores profesores universitarios de su país están abandonando la enseñanza. Identifica como una de las principales causas de esta preocupante situación el desinterés intelectual que advierten en sus estudiantes. Señala que los profesores no se sienten ofendidos por la ignorancia, sino por ese desinterés que demuestran sus alumnos. Es decir que no sólo comprueban que ignoran por completo nociones esenciales, sino que, fundamentalmente, tal desconocimiento no representa problema alguno para los jóvenes, quienes, dice, "adiestrados en la impunidad ante la ignorancia, no creen en el peso favorable que el conocimiento puede aportar a sus futuras existencias".

Esta situación no es más que el reflejo de un fenómeno generalizado: la indiferencia por el saber que muestra la sociedad que esos jóvenes integran, puesto que hoy se privilegia la utilidad por sobre la verdad. Señala Argullol: "Tras los ojos ausentes -más somnolientos que soñadores de sus jóvenes pupilos- los veteranos ilustrados advierten la abulia general de la sociedad frente a las antiguas promesas de la sabiduría. ¿Para qué preferir el conocimiento, que es un camino largo y complejo, al utilitarismo de la posesión inmediata?". Hemos conseguido contagiar a los jóvenes el clima antiilustrado que caracteriza a nuestra época en la que no se valoran "ni bien ni verdad ni belleza, las antiguallas ilustradas, sino únicamente uso: la vida es uso de lo que uno tiene a su alrededor".

Esa reflexión, que refleja la realidad que se observa en la sociedad occidental actual, justifica en gran medida la crisis de significado que atraviesa la educación. Nos encontramos ante la paradoja de una sociedad que declama la importancia del conocimiento, es más, que se considera a sí misma "sociedad del conocimiento", pero que no valora ese conocimiento e, incluso, no pocas veces lo combate activamente en los hechos concretos.

Muchos jóvenes son el espejo de ese clima que prevalece en la sociedad y, más aún, convierten su desinterés en ignorancia militante, configurando un grupo en expansión que exhibe ese desprecio sin ocultar un cierto orgullo. Se muestran heroicamente resistentes a toda influencia que consideren inútil para la sociedad de uso, hacen gala del hedonismo que ven en sus mayores y, como ellos, desconfían de todo lo que tenga cierto sabor a antiguo. No alcanzan a advertir que la tecnología, a cuyo consumo desenfrenado se los impulsa, reconoce su origen, precisamente, en los fundamentos teóricos que se desarrollaron, con gran esfuerzo, en respuesta al desafío que plantearon a las generaciones anteriores aquellos ideales del conocimiento.

Hace poco, el presidente Barack Obama, de los Estados Unidos, decidió hablar directamente con los escolares al comenzar el ciclo lectivo de este año. Desde una escuela media en Arlington, Virginia, se dirigió por televisión a los alumnos reunidos en todas las escuelas de su país, actitud que generó un interesante debate en la opinión pública, ya que algunos grupos creían ver en ella el propósito de adoctrinar a los jóvenes. En un discurso admirable -que deberían leer las dirigencias de todo el mundo-, les comentó que se había referido en numerosas ocasiones a la educación. Que había hablado de la responsabilidad que tienen los maestros en inspirar a sus estudiantes, alentándolos así a aprender. Que había hecho referencia a la necesidad de que los padres siguieran de cerca el desempeño de sus hijos, controlando que realizaran sus tareas y vigilando que no pasaran todas las horas del día frente a la televisión o a los videojuegos. Que había señalado la responsabilidad que le cabe al gobierno de establecer estándares elevados y de apoyar a los maestros y directivos de las escuelas, mejorando la situación de aquellas que no funcionan adecuadamente y en las que los estudiantes no logran buenos niveles de aprendizaje. "Pero -dijo- en última instancia, aunque contemos con los maestros más dedicados, con los padres más dispuestos a apoyar la labor educativa, con las mejores escuelas del mundo, nada de eso importará a menos que todos ustedes cumplan con sus responsabilidades, a menos que asistan a esas escuelas, a menos que presten atención a esos maestros, a menos que escuchen a sus padres, a sus abuelos, a los demás adultos y, sobre todo, a menos que estén dispuestos a realizar el duro trabajo que se requiere para alcanzar el éxito. Cada uno de ustedes es el responsable último de su propia educación."

Educarse representa una responsabilidad hacia uno mismo porque cada uno tiene capacidad para algo, cada uno tiene algo para ofrecer. "Y ustedes -señaló Obama- tienen la responsabilidad para con ustedes mismos de descubrir cuál es esa capacidad con la que cuentan. Esa es la oportunidad que les proporciona la educación." Enumeró diversas situaciones: "Pueden ser grandes escritores, pero no lo sabrán hasta que escriban ese trabajo que les exigen para la clase de lengua; innovadores o inventores, pero lo descubrirán recién cuando elaboren su proyecto para la clase de ciencias; dirigentes políticos, pero para eso deberán estudiar el gobierno e incorporarse a los grupos de debate. Para cualquier tarea que quieran emprender necesitarán una buena educación? Nadie deja la escuela y simplemente aterriza en un buen trabajo. Para eso necesitarán entrenarse, trabajar y aprender".

Destacó como idea central el hecho de que, además de esa responsabilidad personal, lo que hagan los jóvenes con su educación decidirá el destino de la sociedad en la que viven. "El futuro de los Estados Unidos depende de cada uno de ustedes -señaló el presidente-, porque lo que aprendan hoy en la escuela determinará si nosotros, como nación, podremos hacer frente a los grandes desafíos del futuro? Necesitamos que cada uno de ustedes desarrolle sus talentos, sus habilidades y su intelecto de modo que puedan ayudarnos a los mayores a resolver nuestros problemas más complejos. Si no lo hacen, no sólo se abandonarán a ustedes mismos, sino que estarán abandonando a su país."

"La posición en la que ahora se encuentren -dijo- no tiene por qué determinar qué lugar ocuparán en la sociedad. Nadie ha escrito el destino por ustedes, porque aquí ustedes escriben su propio destino. Ustedes construyen su propio futuro." Y apoyó esta afirmación con un emocionado relato de las dificultades que enfrentó en su propia vida, mencionando los apoyos con los que contó para concretar su sueño y así asistir a las mejores escuelas de su país. En fin, instó a los jóvenes a asumir la responsabilidad por sus propias vidas, a fijarse objetivos para su educación, a comprometerse y trabajar en serio para alcanzarlos, recurriendo a quienes pueden prestarles ayuda.

La preocupación que expresa Obama es la misma que, de otra manera y en una sociedad diferente, planteaba Argullol: la imperiosa necesidad de poner de manifiesto el interés por educarse, de asumir las responsabilidades personales. En los niños y jóvenes en edad escolar ésta se manifiesta en la demostración del interés por aprender. Si quienes se acercan a las instituciones educativas lo hacen carentes de ese interés, todo lo demás será inútil.

Por eso, la tarea que hoy enfrentamos es titánica, pues consiste nada menos que en recrear en los jóvenes ese interés por el trabajo de educarse, en transmitirles la dimensión de su responsabilidad para con ellos mismos y para con la sociedad que integran.

Padres y maestros deberían renovar su alianza para emprender la reconstrucción del interés de sus hijos y sus alumnos por el conocimiento y así emprender la tarea de hacerse humanos. Si esto no se logra, si a las escuelas no asisten alumnos sino clientes o espectadores en busca de entretenimiento, los planes de estudio, las aulas, las computadoras, los libros, carecerán de toda significación.
Entre el desinterés y la ignorancia militante¿A quién le importa aprender?

Guillermo Jaim Etcheverry

lanacion.com | Opinión | Jueves 24 de setiembre de 2009

viernes, 18 de septiembre de 2009

Juan Martín del Potro se ha convertido, sin proponérselo, en un ejemplo para todos sus contemporáneos.

Han transcurrido varios días y todavía está fresco en el recuerdo de los aficionados al deporte de todo el mundo el varonil llanto vertido por Juan Martín del Potro cuando el punto decisivo concretó su victoria en el campeonato abierto de los Estados Unidos. No era impropio ese desahogo. A los 20 años, acababa de obtener uno de los cuatro títulos más importantes de ese deporte, después de vencer en un reñido cotejo final al suizo Roger Federer, ganador de esa competencia en los últimos cinco años y, sin dudas, uno de los más grandes tenistas de todos los tiempos.

Pero lo importante será, en este caso, al margen del elogio estrictamente técnico, no perder de vista la singular demostración de temple y entereza que brindó Del Potro durante todo ese certamen y, especialmente, en el encuentro decisivo.

Hasta esa jornada, su desempeño fue brillante, sin más, e incluso vapuleó a otro fenómeno tenístico, el español Rafael Nadal. No obstante ese lucido antecedente, en el comienzo de la final pesaron sobre sus hombros, fue evidente, la grandiosidad del escenario, la multitudinaria concurrencia y la calidad de su oponente. Así y todo, Del Potro se irguió anímicamente y recuperó posiciones. Y, finalmente, esa entrega le dio el mejor de los frutos: conquistó merecidamente la sonrisa del éxito.

Ese nivel de tenis no está al alcance de cualquiera. Del Potro llegó a él empeñosamente y con admirable perseverancia. Lleva muchos años de su aún corta existencia fatigando canchas, tanto en las competencias como en exigentes jornadas de preparación. Y no se infiera, erróneamente, por supuesto, que lo hace porque la retribución será cuantiosa, sino porque el tenis es su vocación y Del Potro, está a la vista, pertenece a la raza de quienes entienden que a la vocación hay que sustentarla con el esfuerzo.

Tampoco ese temple singular es fruto de la mera circunstancia, porque se trata de una convicción vital. Del Potro así lo siente y así lo practica, como también acaba de demostrarlo en Puerto Rico otro extraordinario deportista, el basquetbolista Luis Scola.

Por todos esos motivos, Juan Martín del Potro se ha convertido, sin proponérselo, en un ejemplo para todos sus contemporáneos, ya sea para quienes cotidianamente estudian, trabajan, hacen deportes o no los hacen, aman y sueñan un país mejor, o para quienes han errado el camino y han elegido la senda facilista de ir tirando merced a la prebenda interesada o recalado en la droga o el delito.

Muchísimos adultos están hoy sumidos en el desengaño y la frustración por el presente que vive nuestro país. Miran el horizonte y no encuentran que en él despunten confiables señales de mejoría. Sin embargo, esta hazaña deportiva y cómo fue redondeada debería alentarlos a recuperar sus esperanzas.
Editorial IIEl temple de Del Potro

Nuestro compatriota ha obtenido la más trascendental victoria de su carrera con una ejemplar demostración de entereza

lanacion.com | Opinión | Viernes 18 de setiembre de 2009

lunes, 14 de septiembre de 2009

Lo que está ausente en los adolecentes es la motivación para estudiar, trabajar y progresar en un proyecto de vida.

Diversos informes de entidades privadas conocidos en las últimas semanas confirman la severidad de los problemas que afectan a un sector amplio de la juventud, que ha dejado sus estudios secundarios inconclusos y luego no encuentra trabajo por carecer de las competencias básicas. Lamentablemente, para ese sector de la sociedad no hay trabajo decente -según la denominación de la OIT y uno de los Objetivos del Milenio (ODM)-, y estos jóvenes ven transcurrir sus mejores años desocupados o accediendo a tareas informales, inestables y mal remuneradas. Esa dura realidad sólo promete los males de una pobreza que se continuará en el futuro, dentro de un cuadro de marginación social.

De acuerdo con datos reunidos por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), el 66 por ciento de quienes desertaron del sistema educativo oficial y están entre los 18 y 19 años no posee las habilidades requeridas por el mercado laboral. Por su parte, empresas dedicadas a la selección de personal, como Manpower y Adecco, llegan a una conclusión semejante y agregan que esa insuficiencia es cada vez más notoria y les impide ingresar en el campo laboral formal, de manera que el 80 por ciento de esos jóvenes se tiene que contentar con trabajos provisorios.

Las fuentes citadas coinciden, a su vez, con un informe de la Comisión Económica para la América latina (Cepal, organismo de la ONU) que, en 2007, señalaba el alto porcentaje de desertores del sistema educativo, a los que se suman los repetidores atrasados o muy retrasados, todo lo cual permite afirmar que los aprendizajes de casi el 60 por ciento de los jóvenes están por debajo de las exigencias laborales. Entre esas insuficiencias, llaman la atención las que se refieren a la lectura y escritura, evidenciadas en tareas comunes como armar un currículum o cargar un sistema.

Esta descripción de carencias no agota el cuadro, porque las limitaciones podrían superarse si hubiera afán de hacerlo. Pero no es así, y los que desertaron o abandonaron las aulas se hallan estancados en sus incapacidades, sin iniciativa para salir de ellas y prosperar, a pesar de que existen accesibles ofertas educativas para esos jóvenes tanto en el orden oficial como en el privado, a fin de que puedan concluir su escolaridad media y lograr las habilidades que hacen falta para incorporarse en el trabajo decente.
Editorial IISin educación no hay trabajo decente

Los jóvenes que desertaron o abandonaron las aulas se hallan estancados y sin iniciativa para lograr superarse y prosperar

lanacion.com | Opinión | Lunes 14 de setiembre de 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

No perdamos de vista los bienes y principios fundantes de una sociedad.

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, ha iniciado gestiones para estudiar un cambio en el horario de funcionamiento de las discotecas y lugares de diversión nocturna que aglutinan a jóvenes y adolescentes. La propuesta tiende a evitar situaciones de descontrol y de violencia como las que se vivieron en las últimas semanas, vinculadas con los excesos y desbordes en que suelen incurrir los concurrentes a esos locales.

La limitación que se procura establecer estaría dirigida, fundamentalmente, a evitar el elevado consumo de alcohol o de drogas que se registra entre los jóvenes, causante en muchos casos de agresiones y enfrentamientos irracionales y también de accidentes de tránsito con trágicas consecuencias.

Una de las medidas que se estudian es la que propicia imponer el adelantamiento del horario de ingreso en los lugares bailables. De esa manera se limitaría la extensión de las llamadas "horas previas" o "preboliche", que son las que anteceden el ingreso de los jóvenes en un determinado pub o boliche bailable. Esas horas vacías son las que muchos utilizan para ingerir bebidas alcohólicas en quioscos o en otros lugares de expendio, a menudo en cantidades que escapan a todo control.

La solución que tradicionalmente se ha procurado impulsar es la que establece la prohibición total de la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad, pero ese control no ha podido ser ejercido hasta ahora con el rigor necesario, acaso porque la venta se diversifica en boliches, maxiquioscos o estaciones de servicio que cubren horarios y jurisdicciones muy diferentes, a lo cual se suma el creciente consumo de cócteles alcohólicos en el interior de los propios locales bailables.

Por supuesto, el cambio de horario que se procura establecer no puede ser promovido en forma aislada por una sola jurisdicción, sino que debe nacer de un acuerdo que unifique los criterios vigentes en diferentes distritos gubernativos o municipales.

Pero hay algo que debe quedar claro. Cuanto se haga desde el poder político o desde una jurisdicción administrativa o municipal en favor de una ordenación adecuada de los desplazamientos y las actividades de los jóvenes y los adolescentes tendrá siempre el valor de una contribución supletoria o complementaria. Porque el problema a que nos estamos refiriendo dependerá siempre de lo que sea capaz de hacer la sociedad para darles a sus miembros más jóvenes la orientación moral para afrontar la vida en sus tramos más difíciles y comprometidos.

Desde luego, cuando hablamos genéricamente de "la sociedad en su conjunto", nos estamos refiriendo a los padres de familia, que son los responsables decisivos de la educación y la formación vital de los jóvenes. De la fuerza y de la convicción moral que esos padres de familia sean capaces de transmitir a sus hijos dependerá siempre que ellos encuentren el camino para avanzar hacia la dignificación y el enriquecimiento permanente de sus vidas en las diferentes etapas y en los distintos desafíos que la realidad les imponga como destinos o experiencias sucesivos o circunstanciales.

En un mundo cada vez más complejo y difícil de comprender, el acompañamiento de los padres a sus hijos en las etapas de su evolución y de su crecimiento continúa siendo insustituible. Sólo la mirada y el acompañamiento de los padres están en condiciones de ayudar y fortalecer a quien afronta los primeros tramos de una maduración compleja y desafiante.

Hoy los jóvenes se asoman a un mundo en el que proliferan los profetas desalentadores. ¿Qué les ofreceremos a nuestros hijos ante estas veleidosas mutaciones de la cultura? Les ofreceremos el rumbo de dignidad y equilibrio que sólo la visión concreta de un padre y de una madre está en condiciones de ayudar a encontrar.

Démosles a nuestros hijos un mundo que se justifique a sí mismo en la construcción y preservación de valores esenciales. Ese será siempre el núcleo de una formación espiritual abierta a las más ricas y dignificadoras experiencias vitales. Y ese núcleo será siempre el reservorio insustituible que los padres habrán de transmitir a sus hijos.
Editorial IUn freno a los excesos de los jóvenes

Los padres cumplen un papel fundamental e indelegable para evitar los abusos de los adolescentes con el alcohol

lanacion.com | Opinión | Martes 1 de setiembre de 2009

jueves, 27 de agosto de 2009

La despenalización de la tenencia de pequeñas dosis de estupefacientes facilitará su comercialización en escuelas y boliches.

Más de una vez hemos señalado desde esta columna editorial que antes de impulsar cualquier proceso de despenalización del consumo y de la tenencia de estupefacientes, habría que discutir si el país posee adecuadas políticas de prevención de la drogadicción en niños y adolescentes.

Es que una despenalización sin educación sobre los graves trastornos y peligros que para la salud implican las drogas sólo agravará los males y se convertirá en una bomba de tiempo para las próximas generaciones.

Con el fallo de la Corte Suprema de Justicia por el cual se despenalizó la tenencia de estupefacientes en dosis mínimas para consumo personal, se ha abierto un debate que seguramente precederá a un proyecto de ley oficial, con el fin de modificar la legislación nacional en materia de drogas.

La sentencia del máximo tribunal también reclama del Estado una mayor acción contra el tráfico de sustancias peligrosas y medidas para favorecer la recuperación de los adictos.

Nadie puede negar que el artículo 19 de la Constitución Nacional establece que "las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados".

El alcance de este artículo para justificar la despenalización de la tenencia de drogas es muy discutible. Entre otras cosas, porque el consumo de estupefacientes, a corto o a largo plazo, no sólo genera efectos perjudiciales para el consumidor, sino también para su familia, su entorno y la sociedad en su conjunto, que deberá contribuir a financiar la necesaria asistencia estatal para el adicto. Un caso emblemático es el de quienes se drogan para delinquir, lo cual aumenta la violencia de sus actos.

Es cierto también que, en la mayoría de los casos, el consumidor de drogas es un enfermo que requiere ayuda antes que la prisión. Pero, en rigor, el consumo de estupefacientes en nuestro país nunca fue punible, al tiempo que, pese a todas sus posibles imperfecciones, la legislación vigente propicia un tratamiento obligatorio para aquellos consumidores que quedan inmersos en una acción judicial.

En efecto, la ley 23.737 estipula que en aquellos casos en que alguien es encontrado con drogas en su poder para uso personal y existe una dependencia física o psíquica de la sustancia, el juez debe imponer una medida de seguridad curativa, consistente en un tratamiento de desintoxicación y rehabilitación por el tiempo necesario, por lo que se deja en suspenso la pena que pudiera corresponderle. Puede discutirse, en cambio, si el Estado cuenta con los medios indispensables para garantizar esa clase de tratamientos.

Desde algunos sectores se ha defendido la despenalización del consumo y la tenencia de las denominadas "drogas blandas", como la marihuana, supuestamente por su inocuidad. Se trata de un argumento absolutamente falaz. Por ejemplo, la marihuana tiene, según especialistas, un efecto mucho más devastador que el tabaco. Duplica sus cancerígenos y posee efectos alucinógenos que alteran la química cerebral; además posee componentes que pueden desatar brotes psicóticos, tal como lo ha señalado el médico Eduardo Kalina, especialista en psiquiatría y en adicciones.

Otro aspecto no menor de una despenalización que no esté bien regulada será la facilitación de la comercialización de drogas al por menor. Cualquier vendedor minorista de estas sustancias a quien se le encuentre una pequeña cantidad de estupefacientes esgrimirá que está destinada a su consumo personal. Y, como se sabe, la droga que se les vende a los adolescentes, en cercanías de la escuela o en los locales bailables, se comercializa en dosis pequeñas. Lo mismo podría decirse de tantos barrios humildes o villas de emergencia, donde el paco está haciendo estragos. Ese será uno de los peligros más concretos que la posición despenalizadora de la tenencia nos hará correr.
Editorial IDrogas, ante un remedio equivocado

La despenalización de la tenencia de pequeñas dosis de estupefacientes facilitará su comercialización en escuelas y boliches

lanacion.com | Opinión | Jueves 27 de agosto de 2009

sábado, 22 de agosto de 2009

Con creatividad se puede hacer mucho.

En 2002, Gustavo Paoli tenía 20 años, vivía en Fuerte Apache y con su "junta" -como él la llama- vagaba por la calle y se dedicaba a robar. Un día cayó preso por robo calificado. Y, según cuenta, la cárcel lo salvó. Comenzó a estudiar en el Escuela Media N° 5, de la Unidad Penitenciaria N° 38 de Olavarría, y se involucró en un proyecto de aprendizaje y servicio que recién empezaba: la confección de juguetes didácticos para jardines de infantes carenciados y material en Braille para las escuelas especiales.

"La mía es una escuela técnica. Por la mañana, estudio y, por la tarde, trabajo en el taller fabricando rompecabezas, loterías y juegos de memoria. El impacto más grande lo viví cuando salí por primera vez de la cárcel el año pasado y fui a un jardín de infantes para entregar los juguetes", contó a LA NACION.

"Los pibes estaban felices. Esas caritas no me las olvido más. Ahí dije basta. Tengo que dejar mi otra vida atrás. El sentirme útil para otros me dio fuerzas para seguir para adelante. Y la escuela me cambió la vida. Antes era un ignorante. Robaba porque la junta me llevaba. Ahora, sé que voy a laburar y ganarme la vida", comentó, sentado en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Allí, se desarrolló esta semana el 12° Congreso de Aprendizaje y Servicio Solidario. Unos minutos después, Gustavo se subió nervioso al estrado para contar la experiencia. Su proyecto fue uno de los cuatro -de entre 3800- que ganaron este año el primer puesto del Premio Presidencial Escuelas Solidarias.

Los otros tres establecimientos fueron: la escuela media N° 27, de Lomas de Zamora, por el proyecto de diseño y entrega de carteles de señalización de calles y campañas de prevención del dengue y el sida; la escuela provincial N° 25 de Villa Futalaufquen, Chubut, por la confección de un vivero de especies nativas para reforestar la flora local, muy perjudicada por incendios, y la escuela N° 4485 de Coronel Juan Solá, Salta, por una radio al servicio de las comunidades rurales aisladas.

No son experiencias únicas. Según datos del Ministerio de Educación, en el país, hay 21.536 proyectos educativos solidarios en marcha.

Cada uno de los cuatro colegios recibirán como premio 10.000 pesos, que deben invertir para fortalecer sus proyectos. Se seleccionaron, además, seis segundos premios, cada uno de los cuales recibirá 7000 pesos. Hubo también menciones de honor por 4000 y por 2000 pesos cada una. Los premios se entregarán formalmente en octubre.

Todos los proyectos tienen en común una característica: los estudiantes aplican los conocimientos adquiridos en las aulas al servicio de las necesidades concretas de su comunidad.

Como dijo Nieves Tapia, asesora del Programa Nacional de Educación Solidaria, todos ganan. Los alumnos aprenden más y se vuelven más solidarios, y los barrios y vecinos se enriquecen con el aporte. "Estos programas permiten a los jóvenes desarrollar competencias comunicacionales, de iniciativa personal, de participación ciudadana y de formación en valores. No es poca cosa", agregó Tapia.
Premio / Se presentaron 3800 proyectos comunitariosEscuelas que cambian a sus alumnos y a sus barrios

En el país, hay más de 21.500 experiencias educativas solidarias

lanacion.com | Cultura | S?do 22 de agosto de 2009

Futuro incierto para muchos jóvenes.

En la actualidad hay en la Argentina alrededor de 400.000 adolescentes que deberían estar en las aulas, pero que han desertado de ellas, al tiempo que existe el riesgo de que muchos otros sigan el mismo camino. Tal cifra, citada, a poco de haber asumido su cargo, por el ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, impone la necesidad de hacer algo más y distinto para impedir que eso ocurra.

El titular de la cartera educativa manifestó su interés en priorizar la escuela media como preocupación central de su gestión. En ese sentido, destacó que se debe "terminar con las rigideces del secundario", cualidad a la que destacó como uno de los obstáculos que determinan el abandono de muchos alumnos. En verdad, el hecho cada vez más llamativo es que la realidad de la escuela media, en términos cuantitativos y cualitativos, se ha ido tornando frustrante.

Un dato adicional es la existencia de 270.000 alumnos repetidores, algo más del 10 por ciento de la matrícula, que así se ubican en la antesala de la deserción. Por otra parte, las evaluaciones periódicas han evidenciado un descenso de calidad en los aprendizajes.

Se justifica entonces afirmar que la enseñanza media no responde a las expectativas y se encuentra desde hace décadas en un proceso decadente. En consecuencia, hacen falta cambios no sólo parciales, sino de fondo.

El tema no es nuevo. Con frecuencia ha sido analizado por expertos y ha sido objeto de los comentarios de estas columnas. Debe señalarse que un tratamiento cuidadoso del problema exigiría establecer con precisión el significado que el funcionario otorga a "las rigideces" del sistema secundario y, asimismo, habría que comparar los logros alcanzados en las áreas de la enseñanza pública y privada, las desigualdades de recursos que se aplican, la inequidad de oportunidades que se dan entre las jurisdicciones, regiones y modalidades de escuelas, entre otras causales. Además, cabe recordar que no han faltado intentos parciales y reestructuraciones ambiciosas que, por diversas razones, también fracasaron. Eso ocurrió con la reforma educativa iniciada con la sanción de la ley 24.195 en 1993, que introdujo modificaciones de fondo y concluyó de manera decepcionante. La ley 26.206, que nos rige desde 2006, todavía no se cumple plenamente y puede ser mejor definida como un programa por desarrollar que como una norma para cumplir. Esta mención de antecedentes sirve para señalar que sorprende el énfasis del ministro al plantear el problema y la referencia a algunos aspectos parciales para corregir, cuando se enfrenta una realidad compleja, no debidamente evaluada antes de 1993 ni antes de 2006.

Desde luego, si la actual gestión aspira a introducir mejoras parciales de distinto carácter y con objetivos concretos, merece un crédito de expectativas favorables. En este terreno pueden ser propuestas fundadas las de aumentar la experiencia de las tutorías, la promoción de profesores de tiempo completo, la oferta de otras modalidades de enseñanza y la flexibilización de ciertos requerimientos que sean compatibles con la organización escolar. En lo que se refiere al universo de adultos que no completaron la escuela media, hay pasos positivos dados en los últimos años, que autorizan su ampliación y diversificación.

Ahora bien, está claro que las ofertas educativas deben plantearse sobre la base de las necesidades del protagonista adolescente, de las familias, de la sociedad de este tiempo y de las demandas de la vida económica. En su iniciación, la escuela media se proyectó como etapa intermedia entre la primaria y los estudios superiores; es decir, un verdadero puente en el cual se adquirían conocimientos y capacidades culturales que permitían el ingreso posterior en el nivel de los estudios terciarios. No se ha perdido ese objetivo, pero cuenta la posibilidad de insertar otras orientaciones que, como modalidades profesionales, abrirían el camino al mundo del trabajo para el alumno secundario. De ellas, algunas están vigentes y otras se podrían proponer. Al respecto hay experiencia sobrada.
Editorial ILa crisis de la enseñanza media

Hacen falta cambios no sólo parciales, sino de fondo, para una escuela que vive un proceso de decadencia desde hace décadas

lanacion.com | Opinión | S?do 22 de agosto de 2009

lunes, 17 de agosto de 2009

En la Argentina, dos de cada tres jóvenes de entre 18 y 19 años no tienen los conocimientos mínimos para incorporarse al mercado laboral.

Las empresas de recursos humanos y selección de personal Manpower y Adecco confirman la tendencia del déficit en la educación. Y a eso se suman los datos de SEL Consultores, que apuntan que 8 de cada 10 ocupados de hasta 19 años tienen empleos precarios.

El informe de Idesa indica que la deserción escolar, según datos recabados por la Comisión Económica para América Latina (Cepal, un organismo de la ONU), alcanzó al 18% de los estudiantes, mientras que más del 29% está retrasado o muy retrasado. Entre los que finalizaron el ciclo escolar, el 58% muestra una acumulación de conocimientos y destrezas que no supera los niveles mínimos requeridos para desempeñarse en el mercado de trabajo. Según la evaluación del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA), de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), carecen de capacidades básicas de lectura. "Esto quiere decir que aproximadamente 2 de cada 3 jóvenes no llegan a terminar la secundaria o no tienen capacidades mínimas de lectura para incorporarse productivamente al mercado laboral", concluyen en Idesa.

El centro de estudios utiliza en su análisis el nivel de deserción escolar que midió la Cepal en 2007 y los resultados del último relevamiento local de PISA, realizado en 2006 entre estudiantes de 15 años. "Esos son los jóvenes que hoy tienen entre 18 y 19 años, buscan empleo y tienen estos impedimentos", dijo Colina.

La consultora de recursos humanos Manpower Argentina coincidió con las conclusiones de Idesa. "Notamos que en los últimos años hubo una marcada disminución en el nivel de educación de los jóvenes. Determinados perfiles tienen dificultades para leer y escribir. Eso se detecta en el armado de currículums y en la carga de datos en el sistema", dijo a LA NACION la gerente nacional de operaciones de la empresa, Cecilia Bologna.

Además, destacó que, a diferencia de los postulantes de hace 10 años, los jóvenes están menos dispuestos a finalizar sus estudios secundarios. "Ese es uno de los principales motivos por los que no son tomados por el empleador", señaló. Los puestos de trabajo más frecuentes en ese universo son los de operadores de call centers , cadetes, recepcionistas, promotoras y repositores.
La crisis del empleo / Informes privadosJóvenes, poco capacitados para trabajar

En la franja de 18 a 19 años, dos de cada tres no tienen el secundario o capacidades básicas de lectura para incorporarse al mercado

lanacion.com | Economía | Lunes 17 de agosto de 2009

domingo, 9 de agosto de 2009

Prohibimos el uso de animales en el circo para diversión de los niños, pero no se controla y condena el uso de los niños para divertir a los adultos.

Daniela tiene 13 años y está en 6º grado en una escuela del norte argentino. Cuando forman en el patio de tierra colorada para izar la Bandera de la Patria, ella es la más alta. Se atrasó dos años porque ayuda en casa cuidando a sus hermanitos y a algunos hijos de los vecinos. Es una tarea que desarrolla muy bien y le gusta. De grande dice que va a ser maestra jardinera.

Una vecina le contó a su mamá de una sobrina que trabaja en Buenos Aires cuidando los hijos de una familia de plata: "A Verónica le va muy bien. Gana unos pesos y le hacen estudiar el secundario. Si sigue así, dicen que va a ir a la facultad".

La oferta era buena. A la Rusita -así le dicen a Daniela por sus cabellos rubios y ojos claros- le gustó la idea. Además, también en esos meses se habían sumado para probar suertes parecidas Maribel, Celeste y Guanda, que eran de familias conocidas de unos pueblos cercanos.

La despedida fue sencilla y sin mucha emoción. Daniela llevaba puesto un vestido rosado con puntillas blancas y los zapatos de la comunión, que le apretaban un poco, pero eran los únicos que tenía. Como estaba lloviendo mucho fue inevitable salpicarse con barro colorado. Las habían ido a buscar dos matrimonios en dos autos. Antes de partir se sacaron varias fotos con toda la familia y algún vecino.

Daniela llevaba un bolso pequeño y un osito "aviador" de peluche. Desde chiquita soñaba con poder mirar cómo serían las casas y los árboles desde el cielo.

Después de andar unas 5 horas pararon en una estación de servicio. Mientras compraban unas galletitas, sonó el celular de uno de los matrimonios. Con cara de preocupación uno de los hombres les dijo que las familias de Buenos Aires habían tenido que viajar de urgencia por unos días, y que esperarían en una casa por ahí cerca hasta que regresaran. Ya estaba entrando la noche. Hicieron dos horas más de viaje y algunas se durmieron. Llegaron a una casa rara y oscura cerca de una ruta, y allí las dejaron. Nunca más vieron a esos matrimonios.

Dos hombres y una mujer grandes llevaron a las cuatro chicas a una pieza con dos camas. Allí iban a dormir. Les dijeron que para pagar la comida de "esos días" y mandar plata a casa iban a tener que acostarse con algunos hombres y hacer lo que ellos les pidieran. Cuando Maribel dijo que no con un grito, la mujer le dio un sopapo que le hizo salir sangre de la boca, y uno de los hombres le pegó con el cinturón. Después se la llevaron, dijeron que a otra casa.

A las tres les sacaron la ropa que tenían puesta y les dieron ropa de "mujeres grandes", que ellas no conocían. Ellas sabían que dejar que los hombres les hicieran cualquier cosa estaba mal. Una vez la mamá de Guanda le contó que un vecino había violado a su sobrina y cómo le había arruinado la vida a la pobrecita. Ellas también habían escuchado que alguna compañera de la escuela o alguna vecina era sometida sexualmente por el papá o el padrastro o por alguno de los hermanos, y nadie las protegía.

Esa noche, ya muy tarde, las sacaron a patadas de la pieza y las hicieron "trabajar" por primera vez en otros sucuchos. Había mucho olor a vino, a cigarrillo, a humo. Se veía muy poco y la música estaba muy fuerte. Fue horrible.

"Sus leves huesos en cruz /meciéndose en suave luz/ el tipo que la acaricia / y ella novicia llorándose", tomado del tema Novicia, de Víctor Heredia, parece escrito para ellas.

A las dos semanas las separaron a las tres, y ya no volverían a verse. Permanecían unidas por el horror y el espanto.

Les retuvieron los documentos. Cada tanto las atormentaban mostrando la foto de la familia y amenazando con hacer mucho daño a alguno de sus seres queridos ya tan lejanos. Noche tras noche les hacían sentir la humillación.

A Daniela la llevaron a otro lugar y a los 3 meses, a otro; así, cada tanto la cambiaban. Varias cosas ella recuerda como "una vez". Y es así que "una vez" una de sus compañeras logró escaparse. A los tres días la encontraron y "la pagó cara". Le pegaron un buen rato delante de algunas, y otras cosas que la Rusita prefiere no contar. Era castigo para la fugitiva y advertencia para las otras.

En otra ocasión "una vez" escuchó en la radio una propaganda por el Día del Niño y se puso a llorar. Cada tanto le pasaba. Para el Día de la Madre, Día del Padre, Navidad... ¡Cuántos recuerdos arrancados y robados!

Como a los dos años la hicieron quedar embarazada. Así nació Lautaro. Una mujer grande se encargaba de cuidarlo mientras ella trabajaba. Si alguna vez se quejaba, ahora la amenaza era con "la luz de sus ojos".

Dos o tres veces al año caía la policía. Ella nunca supo cómo en esos lugares se enteraban antes y a las que eran más chicas las sacaban rápido en un auto que siempre estaba listo para escapar.

También la obligaron a drogarse y la hicieron adicta para tener un modo más de retenerla y obligarla a "portarse bien" con los clientes. Se acordaba de que cuando "era chica" portarse bien era otra cosa.

Una noche "falló" el aviso o no arrancó el auto, y llegó la policía.

La Rusita tenía 17 años. Algunos de los clientes se fueron. A los "dueños" del local los llevaron presos. No se sabe si por mucho tiempo.

Daniela no se acuerda en qué "casa de tolerancia" quedó su oso "aviador" de peluche. No se acordaba de sus sueños de maestra jardinera o de mirar las casas o los árboles desde el cielo. Había estado viendo la vida y los hombres desde el infierno.

La vergüenza y el miedo son sus compañeros permanentes. La primera le impide volver a casa y encontrarse con su gente. El segundo es por si la vuelven a secuestrar. Le cuesta mucho vencer la adicción. Y como una ventana hacia la esperanza, la mirada y la sonrisa de Lautaro le dan fuerza cada día.

Conoció días y días, horas y horas de pasillos y salas de espera: comisarías, hospitales, juzgados, oficinas, psicólogos, trabajadores sociales... En un par de ocasiones reconoció a dos de sus "clientes". No sabe si ellos la reconocieron.

A los 3 meses el prostíbulo volvió a abrir sus puertas con el nombre "Tus sueños hoy". Y aquí no ha pasado nada. ¿No ha pasado nada? ¿Podemos decir que aquí termina la historia de la Rusita?

Daniela, Maribel, Celeste, Guanda y cientos por año -también varones- son secuestrados con engaño o con violencia, y dedicados a la explotación sexual en las rutas o ciudades para la diversión (?) y el placer (?) de enfermos o sanos cómplices del secuestro, la tortura y la humillación de niños, niñas y adolescentes. Dinero, poder manchado con sangre que brota de los cuerpos frágiles y las ilusiones vulneradas.
Testimonios / Extra Día del niñoUn peluche en el prostíbulo

Niñas y púberes son arrancadas con falsas promesas de sus humildes hogares y obligadas a ejercer la prostitución. La denuncia del obispo de Gualeguaychú, autor de esta nota, es un grito contra el silencio y la complicidad

lanacion.com | Revista | Domingo 9 de agosto de 2009