domingo, 2 de noviembre de 2008

Mientras no se reduzca la incertidumbre doméstica, el panorama actual es totalmente inestable

Cristina Kirchner dijo que la Argentina estaba aislada ante la crisis externa. "Ustedes necesitan un plan B", bravuconeó en referencia a norteamericanos y europeos que advertían sobre la debilidad fiscal argentina. Muchos analistas no le creyeron. Pero aunque la desconfianza estaba instalada en el mercado de bonos, no había llegado al mercado cambiario.

Bastó que por sorpresa y sin análisis serio ni acuerdo alguno se lanzara el proyecto para confiscar los ahorros en las AFJP y eliminar el sistema mixto jubilatorio de capitalización para que la desconfianza se generalizara y la demanda de moneda norteamericana creciera sin pausa, mientras el Banco Central comenzó a perder reservas sin detener el alza del valor de la moneda norteamericana.

Para colmo, hay otros factores que apuntalan los temores de quienes huyen al dólar:


La Unión Industrial Argentina reclama un dólar más caro.


El ajuste fiscal necesario para evitar la cesación de pagos en 2009 no se completa con la confiscación de los ahorros en las AFJP y por ello el Gobierno tuvo que hacer un segundo aumento de las tarifas eléctricas en un trimestre. El objetivo es reducir los subsidios una vez más para tratar de apuntalar el superávit fiscal. Para los consumos superiores a los mil kilovatios hora bimestrales la suba acumulada sería cercana al 60%, aunque el Gobierno hizo un anuncio deliberadamente confuso. Las mismas autoridades que prometen hacer un manejo transparente de los fondos que serán obligados a salir del sistema de capitalización ni siquiera pueden anunciar claramente un aumento de tarifas eléctricas.


La improvisación con la que fue diseñada la norma de confiscación de los ahorros del sistema de capitalización hace prever que sufrirá grandes modificaciones que limitarán todavía más los ingresos de caja y agrandando el peligro de default. Una clara advertencia en ese sentido la hizo el ex ministro de Economía, Roque Fernández. "Hay una lectura equivocada de cuál es el problema. La gente compra dólares porque tiene miedo e incertidumbre, ven que los problemas que generan esa incertidumbre como la resolución 125 y el de confiscar las AFJP no se resuelven", dijo. "Vienen por la caja de las AFJP y no por el futuro de los jubilados y eso no es lo que se lee en el mercado, están negando que tienen para el año próximo un problema de [falta] de 10.000 millones. Creo que va a haber un problema más grave, porque si el proyecto de las AFJP sale, se le van a incorporar tantas restricciones para lograr las mayorías, que no van a tener los 10.000 millones que están buscando. Nos vamos a quedar con una mala reforma y seguiremos con la incertidumbre de no tener los fondos que se necesitan para el año que viene."

Pero, ¿qué debería hacer el Banco Central en esta situación? Para Aldo Abram "se debe contener la corrida cambiaria, aunque se usen las reservas, que para eso están, para defender el valor de la moneda; lamentablemente, hay muchos colegas heterodoxos y ortodoxos también que están diciendo que no, que el Central se guarde las reservas y permita la devaluación para mejorar la competitividad, dicen unos; para financiar al gobierno, dicen otros; yo creo que hacer eso es muy peligroso". Para el economista de la consultora Exanta "no se puede correr el riesgo de que una corrida cambiaria, que el Central puede controlar, aunque pierda reservas, que se transforme en una corrida bancaria, que sería una situación mucho más seria y complicada de enfrentar".

Otro ex ministro de Economía partidario de los tipos de cambio flexibles, como Martín Lousteau, y el ex titular del Central, Alfonso Prat-Gay, que también defiende lo cambios flotantes, advierten sobre los peligros de los deslizamientos devaluatorios hoy en día. Los dos sostienen que la dificultad para dejar que el dólar se aprecie respecto del peso en la plaza local provienen de no haber permitido antes que el peso se apreciara frente al dólar, lo cual contribuyó a acelerar la inflación. Mientras todas las monedas del mundo, menos la china, se apreciaban fuertemente respecto del dólar, el peso siguió alineado con el dólar o se apreció poquísimo y favoreció a los exportadores, en particular a Europa y a Brasil, pero contribuyó a acelerar el aumento del costo de la vida.

La devaluación de hoy también tendría nuevamente efectos inflacionarios, lo cual podría además acelerar la corrida.

Acechanzas
Fausto Spotorno, economista jefe de Ferrere y Asociados, aclara que aún no hay corrida bancaria. "No sé si hubo corrida todavía, vimos que bajaron los depósitos en la tercera semana de octubre, cayeron más de lo habitual -en general, caen 1200 millones de pesos por semana y esta vez cayeron 3600 millones-, todavía no podemos llamarla corrida, pero aumentó la incertidumbre y el dólar subió. El gran riesgo que hay acá es que se venga una corrida grande y eso se vio en el mercado cambiario, en el que mucha gente salió a comprar dólares."

Spotorno aclara: "En octubre, en promedio, el BCRA vendió cien millones de dólares por día, pero lo que no se sabe es si seguirá así y las perspectivas no son buenas. El BCRA se tiene que cuidar de seguir vendiendo reservas y, así y todo, el tipo de cambio subió. Claramente hay una salida de capitales, pero yo todavía no hablaría de corrida bancaria, que sería una salida de depósitos sostenida. Claro que, repito, el riesgo está presente. El peligro que corre el gobierno es que las reservas tienen un límite y la única forma que tiene de parar de en serio una corrida bancaria es generar credibilidad en la economía, cosa que no está haciendo".

Para el economista Luis Secco, de Deloitte, "lo que está pasando es que desde julio del año pasado se nota un aumento del atesoramiento de dólares en el sector privado. Eso se calmó después de las elecciones y cobró fuerza con el conflicto del campo. Y hoy creo que estamos otra vez con una gran compra de dólares y tiene que ver con la desconfianza que produjo el shock externo y la medida de reformar el sistema previsional. Esto ha hecho que el Banco Central se haya dedicado a vender reservas. El tema que no está del todo resuelto es a qué precio va a vender.".

Secco destacó: "El BCRA tiene hoy poder de fuego para frenar la demanda de dólares, pero no está claro hasta dónde lo va a dejar llegar ni el ritmo al que lo va a hacer; en las últimas semanas, lo hizo lentamente, pero ahora no se sabe, el miércoles último le dio al mercado la señal de que no quiere convalidar una depreciación más rápida, da la sensación de que está dispuesto a convalidarla, pero no tan rápidamente".

Pero el economista aclara que subsisten las dudas: "Cuando hay demanda de un bien, el precio sube. Como el BCRA tiene suficiente cantidad de ese bien tiene la capacidad de ponerlo en el nivel que él quiera, lo que no sabe el mercado es cuántas reservas está dispuesto a perder el BCRA antes de tomar la decisión de hacer una depreciación más fuerte. Riesgo hay porque hubo un golpe duro sobre la confianza y para que esto se detenga hay que volver a trabajar sobre eso. Pero eso no es fácil".
La corrida menos pensada

El intento de confiscar los ahorros en las AFJP disparó la desconfianza y las compras de dólares; están divididos los economistas, los hay que aconsejan devaluar y los que dicen que el peligro de hacerlo es alarmante

lanacion.com | Economía | Domingo 2 de noviembre de 2008

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