Además, los golpes inflacionarios, devaluatorios y de cesación de pagos estatal podrán haber circunstancialmente licuado casi todo el valor de los inmuebles, pero nunca el total. "Hasta hoy ningún gobierno confiscó los ladrillos", parece ser el razonamiento de muchos que tienen capacidad de conservar recursos en previsión del futuro.
Esa tendencia exacerbada de utilizar los inmuebles como reserva de valor es lo que en parte explica el desaforado incremento de los precios registrado en los últimos años.
Al Gobierno le encanta que las tasas por depósitos sean muy bajas, lo que en parte estimuló imprimiendo pesos de manera irrestricta para comprar todos los dólares del saldo favorable de la balanza comercial. La superabundancia de pesos, la pérdida que supone depositar dinero en el banco, han restado incentivo a mantener recursos en el sistema financiero y así reducir las tasas de interés de los créditos.
Para quienes quieren acceder a una vivienda por necesidad y no por deseos de conservar valor de los ahorros la situación es muy complicada. Y lo es más que por el acceso al crédito por el altísimo valor de las unidades. El modelo actual implica dólar alto y salarios bajos en dólares. El metro cuadrado de vivienda alcanza precios récord. Quienes compran una vivienda a crédito también ahorran, pues están transformando en un activo de larga duración en lugar de consumir los ingresos que recibirán en el futuro. No es raro que hoy muchos no puedan optar por ello por los altos precios y prefieran adquirir electrodomésticos a dejar el dinero en el banco.
Los inmuebles son hoy la forma preferida de reservar valor
No hay comentarios:
Publicar un comentario