lunes, 24 de diciembre de 2007

Si no se reconoce que Dios se ha hecho hombre, ¿qué sentido tiene festejar la Navidad?".

En 2007, el papa Benedicto XVI tuvo 44 audiencias generales, a las que asistieron 624.100 personas.

En la última del año, instó a reafirmar con fuerza el misterio de salvación que trae consigo la celebración de la Navidad de Cristo. Y preguntó: "Si no se reconoce que Dios se ha hecho hombre, ¿qué sentido tiene festejar la Navidad?".

El pontífice dijo que los cristianos han de proclamar con sentida convicción la verdad del nacimiento de Cristo, "testimoniar la certeza de un don inaudito, que es riqueza no solamente para nosotros, sino para todos".

Y subrayó que de allí surge el deber de evangelización, de comunicar ese Evangelio, esa "buena nueva", un mensaje de solidaridad y de acogida.

Unos días antes, al recibir a una delegación japonesa, el pontífice había dicho: "El mundo tiene hambre del mensaje de esperanza del Evangelio". Y les había señalado a sus miembros: "Incluso en los países altamente desarrollados como el suyo, muchos están descubriendo que el éxito económico y el avance de la tecnología no son suficientes en sí mismos para satisfacer plenamente al corazón humano".

En esa reflexión permanente sobre el sentido último de la vida, esa inquietud que tiene en vilo a todo corazón, el arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, se refirió a este momento de desconcierto cultural en el que el hombre se ve dueño de tantas fuerzas para transformar el mundo, pero al mismo tiempo con tanto vacío interior. Expresó que aunque la cultura moderna haya querido reemplazar el Reino de Dios por el reino del hombre, subyace ese vacío en el que se insinúan la frustración y la tragedia. Pero aun en las peores circunstancias queda la reserva de la esperanza, que se refiere al amor de Dios, Creador y Padre. "La esperanza nos permite confiar en el futuro", afirmó, pero no en un futuro intrahistórico solamente, sino "en un futuro trascendente y eterno, porque la meta, el objeto de la esperanza cristiana, es precisamente, la vida eterna".

En estos días, la Acción Católica destacó el sentido familiar de la fiesta con la campaña "Es mejor en familia"; su asesor, el obispo de Concordia, monseñor Luis Collazuol, dijo que "Dios al hacerse hombre quiso tener una familia".

Y Rubén Proietti, pastor que dejó la presidencia de la iglesias evangélicas de Aciera, se refirió al marketing en fiestas de origen cristiano, para el cual la Navidad es Papá Noel, compras, regalos. Ante los parámetros del mercado y el aparente desinterés colectivo, aplaudió la iniciativa evangélica "Navidad es Jesús", que busca reafirmar que "la razón de ser de esta celebración es justamente, Jesucristo". Instó a redescubrirlo y recordó el Evangelio que dice: "La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa Dios con nosotros".

Fuente: La Nación

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