Tensión entre Caracas y Madrid: opinión Claves americanas
martes, 13 de noviembre de 2007
Estrategia Chavista.
Los críticos del presidente narcisista-leninista venezolano, Hugo Chávez, suelen bromear que en Venezuela hay libertad de expresión, pero no hay libertad después de la expresión. Los acontecimientos de los últimos días parecen darles la razón. La escalada represiva en Venezuela contra los universitarios que se oponen a la reforma constitucional que quiere imponer Chávez es de tal magnitud, que uno debe preguntarse si la provocación del mandatario en la Cumbre Iberoamericana -cuando interrumpió repetidamente al presidente del gobierno español hasta que el rey de España le pidió que se callara- no fue adrede, para desviar la atención de lo que ocurre en Venezuela. Por un lado, Chávez -al igual que Fidel Castro cuando acudía a estas cumbres- necesitaba que el tema del encuentro fuera su pelea con otro mandatario, en lugar de la rápida erosión de la democracia en Venezuela. Por otro lado, Chávez, también al igual que Castro, necesita permanentemente crear conflictos -con los empresarios, con la Iglesia, con Estados Unidos, con España, con quien sea- para crear un clima de guerra que le permita justificar la acumulación de poder en el nombre de la supuesta defensa de los intereses de su país. La semana pasada, 12 estudiantes fueron heridos en la Universidad Central de Venezuela cuando regresaban de una manifestación de unas 80.000 personas frente al Tribunal Supremo de Justicia. La marcha exigía que se postergara el referéndum convocado por Chávez para el 2 de diciembre para aprobar una nueva reforma constitucional que le daría al presidente poderes aun más extraordinarios. Víctor Márquez, presidente de la Asociación de Profesores de la UCV, dijo que los estudiantes fueron atacados por miembros de milicias urbanas chavistas. Concretamente, identificó a los agresores como miembros de tres grupos paramilitares. En días recientes se produjeron ataques similares en la Universidad de los Andes, en Mérida; en la Universidad Nacional Experimental de Táchira, y en la Universidad de Los Andes en San Cristóbal, Aragua. Según activistas de los derechos humanos, los incidentes de los últimos días forman parte de una estrategia gubernamental sistemática de intimidación. "Este último incidente es especialmente grave, porque todo indicaría que la policía no sólo se mantuvo impasible, sino que habría facilitado el ingreso en la universidad de estos hombres armados, que terminaron disparándole a un grupo de estudiantes", me señaló José Miguel Vivanco, director del Departamento de las Américas de Human Rights Watch, en Washington. Aunque ya hubo incidentes parecidos en el pasado, los ataques han crecido desde que los estudiantes anunciaron una serie de protestas pacíficas para exigir la postergación del referéndum, dijo Vivanco. Chávez, como de costumbre, acusó a Estados Unidos por la violencia. El viernes, en la cumbre, dijo que los estudiantes eran parte de una ofensiva "fascista" alentada por Washington y la oligarquía venezolana.
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