viernes, 10 de agosto de 2007

El poder del silencio

Su nombre, Dadi Hirdaya Mohini, significa “aquella que atrae tu corazón”. Reconocida como una gran yoguini, esta líder espiritual de la India dirige los destinos de la Brahma Kumaris World Spiritual University, dedicada a la práctica y difusión del raja yoga.

Aquí, sus consejos y reflexiones

–¿A qué atribuye el malestar, el sufrimiento espiritual, que suelen padecer las personas en las grandes ciudades?

–Estamos en un mundo en el que todos parecen vivir una vida demasiado rápida. Pensamos muy rápido y nos movemos muy rápido. Como resultado de esto, uno no utiliza el aspecto racional para pensar en las consecuencias de lo que se dice o se hace. El poder de decisión no es utilizado de manera correcta. El apuro conduce al derroche, la prisa lleva a la preocupación. Falta paz, hay tristeza. Además, las grandes naciones se han vuelto demasiado materialistas. Hay un gran contraste entre una vida llena de espiritualidad y una materialista. Cuando se pierde ese equilibrio, sólo se experimenta frustración, y eso crea tensión, estrés, depresión y sufrimiento. Pienso que la principal causa de este desequilibrio es la ignorancia acerca de quiénes somos realmente. Nuestra identificación con el aspecto físico nos ha llevado a ser influidos por los cinco rasgos de la negatividad: la lujuria, la codicia, la ira, el apego y el ego. Estos vicios son los que nos han robado la paz real y la felicidad. Son los que han provocado que los seres humanos vivan hoy una vida de desesperación, decepción y conflictos.

–¿Qué hábitos sería conveniente modificar para lograr un estado de bienestar interior?

–Se dice que "la cara es el espejo de la mente". Para permanecer contento tengo que cuidar mi mente, que es mi mundo interior. Cuidar mi mente significa hacer que sea mi mejor amiga. Cuando soy amigo de mí mismo puedo ver lo bueno en mí. Cuando logro desarrollar una actitud positiva hacia mí mismo puedo extenderla hacia los demás. Entonces, para mantenerme feliz, ante todo debo aprender a amarme a mí mismo, a aceptarme, a quererme, y entonces podré desempeñar mi papel en el mundo con alegría. Quienes permanecen contentos y felices siempre tienen una cara alegre. Así, como el cisne que sólo toma las perlas, sólo veré lo bueno en los otros. Es importante comprender que lo que sea que haya pasado en la propia vida fue bueno, que lo que sea que esté pasando es bueno y que lo que sea que vaya a pasar en el futuro será aun mejor. Una actitud positiva hace la vida feliz. Uno debe permanecer siempre sentado en el asiento del autorrespeto. Si uno puede mantener ese asiento, jamás perderá la alegría. Pero para poder mantener este bienestar tengo que dejar de preocuparme: eso nunca ayuda. No hay que alentar dudas. No hay que cultivar pensamientos inútiles acerca de uno mismo y de los demás. Uno es la persona más importante para uno mismo. Entonces, es recomendable buscar espacios de encuentro con uno mismo, sentarse todas las mañanas para mantener un diálogo interno y así llegar a conocerse mejor. Esta atención hacia uno mismo es fundamental para hacerse fuerte. Cuando sé quién soy verdaderamente puedo permanecer estable en todas las situaciones.

–¿Cuál es el valor del silencio en el crecimiento espiritual?

–El crecimiento espiritual está muy vinculado con la autopercepción, la autorrealización y la autotransformación. El proceso de desarrollo espiritual sólo puede iniciarse cuando dirijo mi mente hacia mi interior y permanezco en silencio. Silencio no significa ausencia de pensamientos. El silencio es el estado de la mente que me permite escuchar mi conciencia interna y hacer lo correcto en el momento correcto. En el silencio puedo entender quién soy realmente. Esa conciencia no es posible sin el silencio. El desarrollo espiritual también está conectado con el progreso hacia la perfección que logramos obtener en nuestras vidas. El camino hacia la perfección, la cima del desarrollo espiritual, se hace imposible sin el poder del silencio. En el silencio podemos conectarnos con Dios y recibir los poderes espirituales que permiten nuestro crecimiento.

–¿Qué consejo les daría usted, desde su sabiduría, a los argentinos?

–Me gustaría decirles que no pierdan la esperanza. Hoy, las condiciones del mundo se están moviendo en la dirección del final de la Edad de Hierro [concepto referido a una de las cuatro etapas en que la filosofía hindú divide la historia de la humanidad]. Después del final de este período habrá un nuevo comienzo, un amanecer dorado. Así que prepárense para ser parte de ese amanecer. Utilicen todo el tiempo presente del que disponen de una manera valiosa. Yo estoy muy impresionada con los argentinos. Tienen poderosos sentimientos, quieren volverse buenos y tener amor por Dios y por la humanidad. Yo les pido que sigan alimentando esas particularidades en sus vidas y que las usen para inspirar a otros. Así, sus vidas se volverán buenas, y cuando sus vidas se tornen buenas el mundo será un mejor lugar donde vivir. Piensen bien, hagan el bien, sean buenos.

Más datos: http://www.bkumaris.org.ar/

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