viernes, 10 de agosto de 2007
El libro único
¿Cuál es el regalo ideal para aquel que lo tiene todo? Cinco amigos y familiares que hace dos años se convirtieron también en socios dicen tener la respuesta: un libro único, que bucee en su vida hasta encontrar ese momento precioso y lo convierta en palabras, en testimonios, en imágenes. Un libro especial.
La idea comenzó a gestarse durante la crisis. Era agosto de 2002 y Eduardo Zemborain quería hacerle un regalo a su mujer, Victoria Randle, que cumplía años.
Se juntó con su cuñada, Carolina Randle, y su hermano, Juan Zemborain, para pensar en algo que pudiera sorprenderla. ¿Un video?
"No; lo va a ver de vez en cuando", descartaron. Y se volcaron a redactar, diagramar, imprimir y encuadernar el libro que reconstruía la vida de Victoria a través de los testimonios de sus seres queridos y las fotos familiares. Fue el primero.
"Encontramos lo que estaba buscando", dijo entonces Eduardo, arquitecto de profesión hasta poco tiempo después. Ese fue el comienzo del emprendimiento My Special Book.
Aquel día, el entusiasmo fue tal que el libro se convirtió en el protagonista de la celebración: "La mitad de la gente fue a la fiesta por la cumpleañera, y la otra mitad, para ver cómo había quedado el libro", recuerda Carolina.
Eduardo, que había hecho un máster en administración de empresas, organizó a los amigos en una empresa y se sentó en la silla del presidente.
Al poco tiempo se les unió Carolina Tobías Córdova y, con la mira puesta en la comercialización, realizaron libros para sorprender a amigos y familiares en sus cumpleaños.
En 2004, lanzaron formalmente My Special Book: "Transformamos cualquier historia en un libro", resume Eduardo telefónicamente desde Nueva York, donde intenta tejer relaciones para colocar sus libros entre la alta sociedad estadounidense.
Reconocimiento
La idea les valió este año el premio Naves a la mejor empresa naciente, que otorga el IAE, la escuela de dirección y negocios de la Universidad Austral.
Los socios empezaron con un capital inicial de 50.000 dólares, poniendo ahorros propios, tiempo libre -en los inicios, cada uno conservaba su antiguo trabajo- y todo lo que pudiera ser de utilidad para la empresa.
La premisa, dicen, fue desde entonces realizar el mejor regalo que una persona pudiera recibir en su vida. Por eso, cada proyecto es único y tiene su presupuesto.
Pero para empezar a hablar, quien quiera sorprender a un ser querido con un libro sobre su vida, o agasajar a algún directivo de una compañía que abandona su cargo, o leer la historia del viaje soñado y realizado necesita contar con más de 1000 dólares.
"Este es un producto hecho a medida, no hay límites -justifica Juan-. La idea es poder venderles a las personas más ricas del planeta y cumplirle el sueño a la persona", agrega.
Para eso cuentan con un equipo de trabajo en expansión: cinco empleados en la oficina, ubicada en el coqueto barrio de Barrancas de San Isidro, y otros 20 redactores, diseñadores, correctores y fotógrafos que trabajan free lance según los requerimientos del proyecto en cuestión.
Este equipo ofrece a los clientes también la posibilidad de armar libros sobre eventos en particular, viajes y aventuras, biografías familiares y cosas que apasionen al agasajado.
Hay ocasiones que ameritan la realización de un regalo importante, único y original. El libro de convocatoria MSB "Classic" es el mejor regalo que alguien pueda recibir.
Negocio corporativo
La venta más importante la concretaron hace poco a una importante compañía multinacional.
El departamento para la región América latina, con sede en Miami, despedía a su presidente, y para homenajearlo les pidieron un libro sobre la historia del directivo, cuyas ediciones distribuyeron entre los empleados de la firma.
El obsequio le costó a la gran compañía -cuyo nombre omiten por su política de confidencialidad- 15.000 dólares. Estos engrosaron la facturación de My Special Book, que este año que termina ya ronda los 200.000 dólares.
Los emprendedores no quieren quedarse en la punta de la pirámide social porteña y trabajan para expandir su negocio hacia el exterior, especialmente las familias de alta alcurnia europeas y estadounidenses y las empresas: "Tenemos más desarrollado el nicho de mercado particular, pero vamos a poner más énfasis en el negocio corporativo. Vamos a mirar más a las empresas", afirma Tobías Córdova.
"Estamos buscando contactos con la alta sociedad de Francia", agrega Juan.
Para eso no necesitan inversores: "Nos autofinanciamos desde los comienzos", comenta Juan.
Pero sí requieren contactos para ingresar en los mercados externos: "La idea es ser una multinacional argentina; producir desde acá hacia el exterior", dice Tobías Córdova.
No hay mejor tesoro para aquel que puede comprar lo que quiera que sus propios recuerdos. My Special Book va por ellos.
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