"La TV les quita la imaginación a los chicos, les da las cosas muy servidas", dice Cris Morena, la productora de programas infantiles como "Chiquititas" y "Floricienta" . Ella llegó a esa conclusión cuando salió a pasear con sus dos nietos, de 3 y 6 años, a la plaza donde había pasado su infancia. En ese lugar había un monumento al que de chica se subía y que imaginaba que era su barco pirata. Cuando les propuso a sus nietos que hicieran lo mismo, ella se asombró ante la reticencia de los niños, esa que, cree, es producto de la exposición a la televisión.
Lo que explica Morena se puede traducir en la siguiente frase del doctor José Sahovaler, secretario del departamento de niños y adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Argentina: "Si un chico mira cinco horas de televisión, son horas en las que no juega". Para el psiquiatra, el juego es muy importante en el desarrollo del psiquismo del chico. "Es la manera en que el niño piensa, en que elabora sus traumas, en que socializa con los otros niños, en que descubre la vida, la muerte y la sexualidad", expone.
Al incremento de las horas de exposición a la TV, se suma la aparición de los videogames y de la red de redes. Según el estudio elaborado por Ignis, en los últimos cinco años, el uso de Internet pasó del 15 al 42 por ciento.
"El niño está sobrecargado de estímulos", describe la situación por la que un chico está expuesto a una multiplicidad de pantallas, la doctora Mónica Oliver, miembro del Comité Ejecutivo de la Comisión de Salud Mental de la Sociedad Argentina de Pediatría. Para la psiquiatra, esa condición provoca que en los niños aparezcan perturbaciones en el sueño, ansiedad, estrés y distracción.
A pesar de este avance de los nuevas pantallas, la TV sigue siendo la que cuenta con más adeptos. "Mantiene más del 90 por ciento de la exposición tanto en padres como en niños", se lee en el estudio.
Las nefastas consecuencias que Sahovaler describe respecto de la sobreexposición. "Si el niño mira cinco horas de televisión por día, su mente se hace plana porque no puede procesar todo lo que ve", señala el psiquiatra.
El sociólogo Luis Alberto Quevedo, encargado del área Comunicación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) no es tan alarmista. "Los chicos han desarrollado una atención múltiple", explica para decir que un niño puede al mismo tiempo que está encendido el televisor, hacer la tarea, escuchar música, e incluso chatear . Es decir, no necesariamente las horas de exposición implican que se mire atentamente TV. Ese análisis lo lleva a Quevedo a alejar un poco la preocupación que los padres pueden tener: "Los chicos, al momento de decodificar lo que ven en televisión, lo hacen mejor que los grandes", señala el sociólogo.
El rol de la familia
El hecho de que los niños miren ciclos que no son acordes a su edad es un tema de preocupación para el doctor Sahovaler. "El problema de los programas de TV es que muestran un mundo adulto truculento. Se exhibe el engaño, la falta de compromiso, el descreimiento en el amor y la violencia", indica el psiquiatra.
El tema se complejiza aún más cuando Quevedo expone el estado actual de la familia argentina. "Los padres trabajan cada vez más y tienen menos tiempo para pasar con sus hijos", expone el sociólogo.
Si las condiciones laborales alejan a los padres de sus hijos, la escuela podría colaborar en la decodificación de lo que un chico mira en TV. Sin embargo, para Quevedo esto no es tan así. "El colegio siempre tuvo problemas en el hecho de aceptar a la televisión como una forma de consumo legítimo", analiza el sociólogo.
Nada parece negarle a la TV su omnipresencia en los hogares ni su condición de ventana al mundo, que se abre, durante casi cinco horas diarias, para los más del millón y medio de niños de 4 a 12 años que hay en la Argentina. Semejante exposición a Piñón Fijo le preocupa cuando esa ventana es la única qu e el chico abre. "La televisión se ha transformado en un elemento al que los padres le delegan la crianza de sus hijos sin compartir su crecimiento", concluye.
Quizás, en esas palabras resida el nudo de esta problemática.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario