viernes, 10 de agosto de 2007

Ladrillos plásticos


Según las estimaciones, en la Argentina hay un déficit de tres millones de viviendas.

Este balance deja a muchísimas familias sin techo, pero una tecnología desarrollada por un equipo de investigadores del Centro de Vivienda Económica del Conicet (CEVE) promete no sólo ayudar a saldar esta deuda, sino también la que tenemos con el medio ambiente. Sí: los tecnólogos lograron fabricar ladrillos y paneles con plástico reciclado.

Es más: los ladrillos desarrollados por el CEVE acaban de recibir el certificado de aptitud técnica que otorga la Subsecretaría de Vivienda y pueden utilizarse para construcciones de hasta dos pisos.

"Los desperdicios que producimos son infinitos -dice el arquitecto Horacio Berretta, que dirigió el proyecto- y la fabricación del ladrillo clásico es un verdadero desastre ecológico, porque se hace con humus que tarda miles de años en formarse y en hornos a cielo abierto, como ocurría en Babilonia. Es decir, que por un lado enterramos la basura y, por el otro, devastamos la tierra fértil. Nosotros proponemos una tecnología que ayuda a paliar ambos problemas, pero además es más económica, muy eficiente desde el punto de vista de la aislación y fácil de fabricar."

Para hacer estos nuevos ladrillos, Berretta y su grupo echan mano del plástico de envases descartables de bebidas (PET) y de envoltorios de alimentos.

"Los trituramos y los mezclamos con cemento Portland", cuenta Berretta. El resultado es un ladrillo más económico, más aislante y más liviano, lo que hace más fácil su colocación a las mujeres, que son las que en las familias más modestas frecuentemente deben hacerse cargo de la edificación.

"Un aspecto muy importante es que esta nueva tecnología permite la autoconstrucción -subraya Berretta-, con lo que mejora la calidad de vida de personas para las que el acceso a la vivienda convencional es prácticamente imposible."

Las propiedades físicas y mecánicas de los nuevos ladrillos fueron determinadas en ensayos realizados en laboratorios de la Universidad Nacional de Córdoba y del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).

De la comparación con los tradicionales, surge que los ladrillos del CEVE tienen bajo peso, mayor aislación térmica, mayor resistencia mecánica, similar absorción de agua, adecuado comportamiento a la intemperie; son fáciles de clavar y aserrar; presentan muy buena resistencia al fuego y mayor resistencia acústica que los tradicionales.

"Además, como son de un material muy rugoso, reciben muy bien el revoque", detalla Berretta.

Según el investigador, por su facilidad de aplicación, esta tecnología permitiría organizar unidades productivas en zonas marginales o de escasísimos recursos, y generar empleo.

Estas y otras cualidades hacen que los proyectos se multipliquen. "Junto con un grupo interreligioso que ya cuenta con el terreno, estamos pensando construir una fábrica de estos ladrillos y bloques -comenta-. Una agencia española que acaba de visitarnos podría darnos los fondos para comprar la maquinaria. Por pedido de los presos, también estamos dando los primeros pasos para instalar una unidad de producción en la cárcel de Catamarca. Además, tenemos una solicitud de una escuela entrerriana y de una ONG de la ciudad de Lima que quiere fabricar ladrillos de PET para varias provincias de Perú."

El CEVE es un grupo tecnológico de prestigio y gran experiencia en el tema. A lo largo de cuatro décadas, sus investigadores utilizaron materiales tradicionales en forma no tradicional, pero con este proyecto invirtieron los papeles: utilizan materiales no tradicionales (como los plásticos reciclados) en forma tradicional (para fabricar ladrillos o bloques para levantar mamposterías). Y si bien en el país hubo otros intentos de desarrollar tecnologías sobre la base de desechos, no se trabajaba con una base científica, con el respaldo del Conicet y de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, como en este caso.

Para mostrar las posibilidades de su desarrollo, Berretta y colaboradores emplearon los ladrillos de plástico en una casa... ¡con techo de cáscara de maní!

"Está trabajado con un ligante que da una aislación térmica perfecta y además es muy bonito", concluye el investigador.

No hay comentarios: