viernes, 10 de agosto de 2007
Industria panadera con recetas italianas
Cuando en 1949 don Lido Ambrosi descendió en el puerto de Buenos Aires dejando atrás la guerra y su Verona natal, en el norte de Italia, llevaba como único capital dos planos bajo su brazo: uno con el diseño para fabricar una máquina armadora de pan y otro para un horno pizzero de llama directa. Se trasladó a Rosario donde lo esperaba una tía y desde allí comenzó a darles forma a sus sueños de fabricante interesando a los panaderos locales sobre las máquinas que por entonces ya se usaban en su país de origen. Juntó voluntades y con colegas del gremio, liderados por Pelegrino Herrera, fundó Argental.
Levantaron la fábrica en Granadero Baigorria, en el sur de la provincia de Santa Fe (hoy ocupa una superficie de 16.500 m2 y emplea a más de 200 personas). En 1998, obtuvo la certificación ISO 9001 a la calidad extendida por el prestigioso Tüv Rheinland Institut de Alemania. Esta calificación fue la primera otorgada en América latina a una empresa dedicada al sector de la industria panadera.
Una política expansiva le permitió a la empresa ganar un espacio de liderazgo y transformarse en un fuerte abastecedor para el mercado interno, sin descuidar la apertura de oficinas en Estados Unidos y en el resto de América latina.
"Y lo último es nuestra sede europea en la ciudad de Padova, en la región del Veneto, donde nuestra empresa se especializa en el sector de pastelería con una tecnología pionera en el desarrollo de máquinas para croissant. Desde donde estamos, brindamos los mismos servicios a todos: confeccionamos layouts, construimos negocios tipo llave en mano y brindamos asesoramiento técnico de proyectos", destaca Roberto Inza, gerente general de Argental y presidente de Ambro Italia. "Es el único camino para asegurarles a nuestros clientes que nuestra garantía es seguir de cerca la relación entre la inversión y la rentabilidad", agrega.
Por otro lado, el Proyecto Camaleonte "es un nuevo concepto en el nivel mundial en líneas automáticas para panaderías semiindustriales diseñado entre técnicos italianos y nuestro departamento de Ingeniería y Desarrollo, con una alta capacidad de producción y posibilidad de adaptarse a distintos productos logrando bajar significativamente los costos", explica.
"Aquí nos fue rechazada la aprobación por parte de los entes competentes del Estado", lamenta Inza. "Los que estamos en el tema sabemos que Camaleonte reunía las condiciones ya que se trata de un desarrollo innovador con tecnología industrial de producción argentina, con patentes de invención registradas en diferentes países. Esto nos ubica en una posición de inferioridad con respecto a empresas europeas que reciben apoyo e incentivos de sus gobiernos para desarrollos industriales que luego exportan al mundo", dice.
Pero el saldo es positivo. Son, hasta ahora, 45.000 hornos y máquinas colocadas en panificadoras y pastelerías montadas en más de 35 países, entre ellos, el Líbano, Israel, Japón, Filipinas, Kuwait, España, Francia y otros de América Latina.
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