"La actividad sexual levanta la autoestima, estimula la creatividad, promueve el autoconocimiento y revitaliza", enumera la psicóloga Gloria Fernández, presidenta de la Asociación Multidisciplinaria para la Salud y la Sexualidad.
Antes
Ya en el proceso de seducción y deseo comienzan a jugar un papel importante las hormonas. En las mujeres, los estrógenos, generados por los ovarios en la vida fértil. "Estas hormonas sexuales preservan la atracción femenina, mantienen las características del cabello y la piel y reducen el apetito", explica el doctor Alberto Nagelberg, médico endocrinólogo y sexólogo del Hospital Durand.
"La hormona sexual masculina por excelencia es la testosterona —agrega—. Mantiene activa la libido, la fuerza muscular, la erección y la producción seminal, y también disminuye la grasa abdominal". Ambas hormonas, además, tienen reconocidas propiedades antidepresivas y pueden mejorar el humor y disminuir tanto la irritabilidad como la angustia.
Durante
En plena "intimidad", la revolución química aporta más soldados a la causa de la salud. El psiquiatra y sexólogo Adrián Sapetti, presidente de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, detalla: "En los coitos placenteros, ovarios, testículos y corteza suprarrenal liberarían mayores cantidades de una hormona llamada de-hidro-epi-androesterona (DHEA), que promueve la energía sexual. Paralelamente, se está estudiando si la DHEA podría tener un efecto antienvejecimiento".
Otra sustancia que entra en escena antes del estallido del clímax es el óxido nítrico. "Es una sustancia vasodilatadora que permite la erección en ellos y la lubricación en ellas. Además, al dilatar también otras arterias, mejora la circulación", cuenta el doctor Sapetti.
Placer
"El orgasmo —dice el médico sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff— es la sensación más placentera que puede experimentar el ser humano". Lo que causa esta sensación es, según el profesional, "producto de un 'tsunami' biopsicológico con una enorme descarga de hormonas, enzimas y fluidos". Algunas sustancias protagonistas de la excitación sexual y el orgasmo son:
Oxitocina: hormona producida por el hipotálamo, en el cerebro. Produce la contracción del útero en el parto y, también, en el orgasmo. En los hombres, facilita la movilidad de los espermatozoides. "Y en ambos sexos —explica Sapetti— es la responsable de gran parte de la vía por donde transcurre el placer sexual". Tanto que ya se están estudiando sus posibles aplicaciones farmacológicas para mejorar el placer sexual femenino.
Endorfinas: neurotransmisor con propiedades sedantes y analgésicas. "Algo así como una morfina interna", grafica Kusnetzoff. "Hay estudios que indican que las endorfinas pueden elevar el umbral de dolor, combatir el estrés y aliviar ciertas dolencias crónicas como la lumbalgia", revela Nalgelberg. Además del sexo, la risa y el deporte son otras de las actividades que ayudan a liberar endorfinas.
Prolactina: hormona sexual que interviene en la lactancia y el ciclo sexual femenino. "En los hombres —cuenta Nagelberg— se observan picos de esta sustancia que podrían generar la sensación de saciedad sexual."
Después
Cuando pasó lo mejor, los neurotransmisores (dopamina, serotonina y noradrenalina) decretan el toque de queda y la paz vuelve al cuerpo. "Por eso el sexo tiene, también, una función reguladora del sueño", observa el doctor Sapetti. Y aunque este bienestar suele estar asociado con una mejora en la salud, el doctor Juan Carlos Kusnetzoff advierte: "El sexo hace bien, no hay dudas, pero a no confundirse: es la buena salud la que permite el buen sexo, y no al revés. Ningún problema, físico o psicológico, se soluciona en la cama".
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