sábado, 4 de febrero de 2012

Outlets: progreso y quejas en Villa Crespo

Autos en doble fila; mujeres que cargan decenas de cajas de zapatos mientras asoman sus ojos a través de algún hueco para mirar por donde caminan; hombres que se pelean por una camisa; largas colas para entrar a los probadores y manos ocupadas por bolsas de las más diversas marcas son algunas de las imágenes que pueden verse si uno camina por el barrio de Villa Crespo. Una zona que dejó de ser tranquila para convertirse en la meca de los outlets.

"Esto ya no es lo que era antes", dice con nostalgia Patricia, de 46 años, en la puerta de su casa donde vive desde que nació. "Hace unos años los chicos jugaban en la vereda, se podía salir a tomar mate, estacionar sin problema, pero ahora ¡esto es una locura!"

La locura de la que habla Patricia no es ni más ni menos que la invasión de decenas de outlets, negocios en donde se consiguen productos remanentes a valores inferiores que en otros de primer nivel, con descuentos que oscilan entre el 20 y el 50 por ciento.

Los comerciantes cuentan que la expansión es muy notoria y que para 2012 se espera la llegada de nuevas marcas. Sobre las calles Gurruchaga, Acevedo, Aguirre y Loyola, las construcciones no parecen detenerse y muchas se encuentran en la recta final. "Cuando llegamos en 2009, éramos los únicos en la cuadra. Ahora todos los meses aparece uno distinto", dice Andrea Carrera, encargada de Ona Saez, en Aguirre al 640.

"¡Esta es la fiebre de los outlets!", asegura Jesica Ferreira, de Complot, uno de los últimos negocios en desembarcar.

Hombres y mujeres caminan por las calles de "Palermo Outlet", como le dicen, buscando calidad y buen precio, dos cualidades que por esta zona suelen encontrarse en una misma indumentaria. "Buenas propuestas, marcas prestigiosas y calidad, eso es lo que hay. Empecé en 2008 recorriendo los negocios de Córdoba y un día terminé acá. Vengo muy seguido y salgo con más de una bolsa", dice entre risas Ivana D'Amato, de 29 años, mientras revisa los percheros repletos de ropa.

Héctor Colombo, docente, de 45 años, explica que a diferencia de los tradicionales outlets de la calle Córdoba "en Villa Crespo hay descuentos reales, gran variedad de marcas y mucha mercadería".

Los negocios tienen una clientela estable que visita los locales asiduamente y hace compras grandes. "Hay una mujer de unos 60 años que aparece cada dos meses y se lleva como mínimo treinta pares de zapatos. Compra para ella, para sus hijas, y siempre quiere lo último", dice una de las empleadas de Vía Uno.

José Roda, encargado de The North Face, explica que los días hábiles hay mucha gente, pero que los fines de semana el lugar "explota". "Los sábados son los días de venta y los domingos los de paseo. Los turistas caminan por las calles como en una especie de excursión y, sin duda, los que más compran son los brasileños; de los que entran al negocio, el 80% se lleva algo."

CIRCUITO DE TURISTAS

Según cuentan los comerciantes, los turistas de Venezuela, Chile, Brasil, Uruguay y Bolivia son los más habituales, aunque también hay europeos y norteamericanos, y destacan que lo que más les gusta son en las prendas y accesorios de cuero.

"¡Nos encanta esta zona!", dice Linize, una brasileña de 53 años que se encuentra por primera vez en la Argentina. "Vine con mi hija Beatriz, compramos muchas cosas de cuero."

El cambio que sufrió Villa Crespo en los últimos años no parece complacer a algunos vecinos que darían lo que fuera porque el barrio regresara a ser el de antes. Entre los reclamos más escuchados está la destrucción de casas antiguas para construir locales y la gran dificultad que resulta querer estacionar cualquier día de la semana.

"La gente mayor es la más molesta porque muchas casas añejas son demolidas para edificar negocios. Esta casona de enfrente, de 1901, es una de ellas", dice Raúl Santillán, portero de un edificio de la zona, señalando hacia la calle Aguirre al 670.

Al descontento de estos vecinos se suman las críticas de ciertos comerciantes, que, a pesar de mostrarse felices por la importancia que han cobrado los outlets, manifiestan que el barrio no está preparado para tantos negocios. "Los cortes de luz son uno de los principales problemas que tenemos. Cada día abren más locales y éste no es un lugar con las conexiones necesarias para soportar tantos aires acondicionados y aparatos eléctricos", dice Orlando Raúl Pérez, subencargado de Timberland, desde 2009 en la zona.

Sin embargo, también están quienes disfrutan de tener todos los negocios al alcance de la mano y ven el vaso medio lleno. "A mí los comercios no me molestan, ellos le dieron vida a Villa Crespo, ahora hay luz y vigilancia. Muchos se quejan por los cortes de electricidad, pero eso también pasaba cuando no había ningún outlet", asegura Hilda, que vive en el barrio desde hace 50 años.

No hay comentarios: