viernes, 5 de marzo de 2010

LA PORNOTERAPIA TRIUNFA EN GERIATRICOS DE EUROPA

El aumento de la longevidad en los países del primer mundo ha traído consecuencias inéditas, entre otras el fenómeno de las casas de salud. Desarrolladas a partir de la Segunda Guerra, fundamentalmente, los cambios en la concepción familiar tradicional, hicieron lo suyo, para concluir en un mundo de ancianos, fuera de sus hogares. Más allá de las distintas ópticas, las clínicas o casas de salud o "geriátricos", son una realidad insoslayable, con alta demanda y controles de calidad exigentes en Europa septentrional.

La búsqueda de formas de vida tolerante, y tolerable, para millones de ancianos en esta situación, ha sido una constante en el último cuarto de siglo. Desde drogas de última generación a terapias sicológicas revolucionarias, desde hipnosis a hipnóticos, de todo se ha probado para mejorar la condición de quienes aún disfruta de relativa independencia mental y motriz.

Los nórdicos europeos, entre los más atentos a nuevas alternativas que satisfagan a estos clientes-pacientes, avanzan ahora en un derrotero que alguien podría pensar es tan viejo como el tiempo, más allá de que se lo tome como todo un acontecimiento.

En Dinamarca, numerosas clínicas y geriátricos de Copenhague comenzaron a aplicar pornoterapia entre sus asilados con resultados sorprendentes. En el entendido de que la salud sexual es parte fundamental de la salud general, más allá de los años, las clínicas están brindando a los ancianos, desde la posibilidad de relacionamiento sexual con prostitutas, a películas pornográficas a quienes así lo deseen. El tratamiento está facilitando y abaratando la cura de muchas dolencias en los internados, según las primeras conclusiones, tan contundentes que el fenómeno se expande ya por otras naciones europeas.

La pornoterapia está basada en dos áreas: la proyección de películas pornográficas, no eróticas sino directamente de sexo explícito, y una segunda parte a cargo de prostitutas especialmente capacitadas para tratar con ancianos. Además de su labor habitual, las trabajadoras sexuales se encargan de ayudar a desvestirse, higienizarse y vestirse nuevamente a los pacientes.

Obviamente, la terapia no es en absoluto obligatoria, pero los técnicos afirman que quienes la siguieron han logrado una recuperación tal de la autoestima, y también de aspectos fisiológicos y metabólicos, que recomiendan a los demás internados su práctica.

El geriátrico que comenzó con estas terapias, el de Thorupgarden, anuncia ahora que busca hacer extensivo el sistema para las internadas, aunque las damas parecen haberse mostrado bastante más reticentes en sus apetencias sobre sexo y pornografía.

La iniciativa de Thorupgarden, que fuera propuesta por el "consejo de ancianos" del centro asilar, consistía en principio en la posibilidad de que los hombres tuvieran acceso al circuito de televisión por cable que incluía el canal "porno". Aprobada la solicitud, los técnicos comenzaron a preguntarse si una reanudación de la vida sexual en los ancianos, no mejoraría el estado de ánimo de algunos, en vez de "desgastarles" físicamente como la tradición señalaba. Los especialistas experimentaron entonces una segunda etapa, las prácticas sexuales propiamente dichas. El experimento resultó un éxito, y el propio Ministerio de Salud y Acción Social de Dinamarca emitió un documento con consejos y sugerencias para que las personas añosas o lisiadas puedan tener más satisfactorias relaciones sexuales.

El inconveniente más inconcebible aparece ahora en otras naciones europeas, fundamentalmente mediterráneas. Es que los ancianos de residenciales en otros países de la Comunidad, han planteado similares inquietudes, pero legislaciones y burocracias impiden la ejecución de sus deseos. Si los nórdicos han hecho punta históricamente en materia de libertades sexuales, los daneses descollan en los tiempos modernos, en tanto Dinamarca fue el primer país que despenalizó en el mundo la comercialización de la pornografía, a partir de 1965, y también fue el primer país en autorizar el matrimonio formal de parejas del mismo sexo, en 1989.

Uruguay: ¡inconcebible!
"Acorde a las actuales condiciones, es impensable aquí en Uruguay esta situación o poder establecer este sistema respecto a la sexualidad del paciente internado en los geriátricos", anticipó a LA REPUBLICA la psicóloga y sexóloga Carolina Villalba. Coconductora en TV LIBRE del programa "Por arte de sexo". La especialista explicó que, "por lo general aquí los geriátricos más grandes separan a los internados por sexo, en los más pequeños se establece un estricto control de qué es lo que están haciendo continuamente, y reprimiendo las manifestaciones sexuales".

Villalba apuntó que días atrás el especialista Dr. Flores Colombino, también en TV LIBRE, relataba como anécdota, que en un encuentro de adultos mayores el director de un geriátrico, le comentó una experiencia que había "sufrido" con un paciente: uno de los internados varones, un señor, aparentemente en buen uso de sus facultades mentales, le solicitó poder ir a un prostíbulo por necesidades sexuales. El director accedió, llevándolo a una casa cercana al residencial, esperándolo en la puerta. Todo iba bien hasta que los familiares se enteraron y, no solo indignados sacaron al anciano de la casa de salud, sino que efectuaron una denuncia penal contra el director".

En este contexto la psicóloga reconoció que "los países nórdicos nos llevan amplia delantera en cuanto a educación sexual, así como en la tolerancia de las diversidades sexuales. Estas técnicas, buscando mejorar la calidad de vida sexual del individuo, demuestran que ésta no tiene límite de edad, aún cuando debe ser seriamente monitorizado en busca de un resultado concreto y positivo, contemplando las distintas opiniones y las circunstancias individuales".

Un país que descarta viejos
"La sexualidad del adulto mayor, ya de por sí en nuestro país, específicamente, es bastante conflictiva. Muchas veces son los más jóvenes (hijos o nietos), los que más escollos ponen en el momento de apoyar la posibilidad de formar una nueva pareja para el adulto mayor, por ejemplo, en los casos de viudez", entiende Villalba.

Apuntó particularmente que existen mitos en nuestro medio, "sobre los que es muy importante reflexionar". Los mismos son: que el casamiento entre ancianos es rechazable. Que los anciano/as pierden la capacidad de amar de forma apasionada. Que el anciano/a que busca pareja lo hace por la compañía y no por el goce sexual.

Que el anciano/a que gusta del sexo es libidinoso y enfermo. Que luego de haber sufrido un problema cardíaco el anciano debe renunciar a su vida sexual. Que el poco uso o desuso de los genitales lleva en el anciano a la atrofia de los mismos. "Estas afirmaciones son solamente mitos, ninguna de ella es sustentable actualmente, sino que la realidad es exactamente la contraria", concluyó.

La República

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