jueves, 27 de agosto de 2009

La escuela está herida por la indisciplina.

La situación actual de la enseñanza en el país ha sido abordada por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) juntamente con la Fundación Arcor. Una vez más se han aportado datos significativos sobre el estado de la educación y de los factores sociales y familiares que afectan su desarrollo; una vez más, también, quedan en claro las carencias de la escolaridad primaria y secundaria y, asimismo, emerge el perfil de una declinación de la cual se debe reaccionar.

El informe es el producto de una encuesta que alcanzó a 4527 niños y adolescentes radicados en áreas urbanas que cuentan con más de 200.000 habitantes. Entre las localidades consideradas figuran algunas del Gran Buenos Aires y las ciudades de Rosario, Córdoba, Mendoza, Salta, Resistencia, Paraná, Neuquén y Bahía Blanca. Entre los resultados más preocupantes que se presentan puede citarse el hecho de que la mitad de los chicos menores de 5 años son miembros de hogares con dificultades para resolver necesidades elementales en cuanto a alimentación, salud, vestimenta y servicios básicos.

Es otro modo de confirmar la extensión del mal de la pobreza que padece nuestra sociedad. El abandono de las aulas es un mal muy severo que, como señala Agustín Salvia, jefe de la investigación realizada, juega un papel decisivo en los procesos de marginación social que habrán de presentarse en el futuro para los menores que desertan, con lógica repercusión para el desarrollo del país.

Ese camino de exclusión lo empieza a recorrer el 6,2 por ciento de los chicos en edad escolar, sea por deserción o por ser repetidores. En la escuela secundaria, el grupo de los que abandonan llega al 41 por ciento en los cursos finales. También se ha estimado que en la franja de las edades comprendidas entre 18 y 25 años el 35 por ciento carece de título secundario.

Por los datos reunidos se comprueba una vez más que las dificultades para avanzar en los estudios crecen en la medida en que las familias pertenecen a estratos socioeconómicos de menores recursos, a la inversa de lo que ocurre con los alumnos cuyos hogares están en posición media o superior. Esta desigualdad demanda ser mitigada en una escuela que sostenga el principio de la igualdad de oportunidades. Uno de los medios para lograrlo es el régimen de doble escolaridad. Sin embargo, esa posibilidad sólo se ofrece para el 2 por ciento de los chicos pobres.

Otra de las cuestiones de importancia con miras al porvenir de los estudiantes es el aprendizaje de computación y de una lengua extranjera. Con respecto a la primera, el 54 por ciento de los alumnos primarios no toma contacto con los ordenadores y el 46 no tiene oportunidad de iniciarse en otro idioma, de acuerdo con la oferta de las escuelas, que luego mejora, pero no de modo suficiente, en la escuela media. Tampoco se han verificado resultados satisfactorios en el propósito de crear hábitos de lectura, ya que el 45 por ciento de los adolescentes no manifestó interés por leer. Otros datos para analizar se refieren a que el 62,3 por ciento de los adolescentes no realiza actividad física ni deportiva, y que son notorias las limitaciones en el aprendizaje de las artes plásticas y de la música.
Editorial IIEl estado de la enseñanza

Los resultados de un reciente informe dejan en claro las carencias de nuestra escolaridad ante las cuales es preciso reaccionar

lanacion.com | Opinión | Jueves 27 de agosto de 2009

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