sábado, 20 de junio de 2009

Han destruido la moral de los productores.

Con el enfrentamiento entre el gobierno y el campo muchas cuestiones de fondo han quedado truncas. Éste es un modelo de acumulación económica, política y social. Con él cayeron los niveles de productividad y de empleo; y aumentó la pobreza. También crecieron la concentración y la indigencia.

Pero lo más grave es que se ha deteriorado el aparato productivo. Ha caído toda la capacidad productiva que tenían nuestros sectores primarios.

En alguna etapa de la vida institucional del país vamos a poder reconstituir el aparato productivo: parar el molino, hacer la manga nueva, reponer la ordeñadora, la sembradora. Pero lo más grave es la destrucción de la estructura agraria familiar. Han destruido la moral de los productores. Esa es la esencia del modelo: la destrucción de una clase social y que somos nosotros, los que tenemos la cultura del trabajo y de la producción. Eso es lo más grave de recuperar.

¿Cómo se cambia esto? Desde la política. No hay otra solución. Esto se cambia en un proceso democrático a través de las urnas. No somos golpistas. Tampoco queremos ser un partido político, pero sin dudas queremos influir donde se construyen esas políticas agropecuarias, donde se elaboran esas agendas o plataformas electorales.

Estamos recorriendo el país y hemos visto que la situación que tienen en el sudoeste bonaerense no difiere en mucho lo que tiene Santiago del Estero, lo que tiene Chaco, lo que tiene el norte de Santa Fe.

Más allá de las políticas equivocadas que han destruido el aparato productivo, la sequía también ha destruido a la producción del país y ha dejado a los productores endeudados, sin recursos para encarar el próximo ciclo productivo.

A Cristina Kirchner le quedan tres cosechas y de ellas se va a quedar con una. Ahora, ¿con qué cosecha se quiere quedar el gobierno? ¿Con una cosecha de 55 millones de toneladas o con una cosecha de 120 millones de toneladas? Sería mejor que pongamos en marcha el aparato productivo para que tengamos más producción, más riqueza y podamos poner los alimentos en la mesa de los argentinos. Y también para que podamos tener los saldos exportables para contar con los recursos del Estado y así atender la salud, la seguridad y la educación. El sector tiene que tener la capacidad de reinversión y crecimiento.

Nosotros estamos en condiciones de producir más. Pero si no nos dejan frente a un mundo que demanda alimentos, hoy estamos exportando hambre, y esto va a ser condenado por las próximas generaciones e inclusive por aquellos países que hoy sufren hambrunas.

¿Qué nos queda por hacer después del 28? Es la etapa que tenemos que decidir. Como dirigentes tenemos que articular decisiones para que se orienten a la actividad productiva en defensa del pequeño y mediano productor. Para que el hombre de campo pueda contar con financiamiento adecuado y tener una ecuación con un resultado equilibrado y rentable, donde la política impositiva deje de ser un castigo y que se transforme en un incentivo. Con los niveles de retenciones actuales no vamos a lograr esto.
OpiniónEs tiempo de trabajar y producir

Por Carlos Garetto

lanacion.com | Campo | S?do 20 de junio de 2009

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