Cuando el humo de cigarrillo, que contiene nicotina, es inhalado, llega rápidamente al cerebro e inaugura un ciclo adictivo. Desde entonces, en el cerebro del fumador hay cientos de receptores que buscan la nicotina. Cada vez que el organismo absorbe el humo, aumentan los niveles de dopamina (neurotransmisor del placer) y el cerebro obtiene la gratificación que los cigarrillos le proveen.
La exposición crónica a la nicotina incrementa el número de estos receptores nicotínicos hasta un 300 por ciento, lo cual provoca un proceso de mayor adicción y dependencia. Los especialistas señalan que la nicotina es el componente que crea la adicción al tabaco y, sin embargo, no produce daño en los órganos vitales ni en los tejidos corporales cuando no es incorporada fumándola.
La nicotina es la causa principal de la adicción, pero el humo es el causante de enfermedades y muertes asociadas al cigarrillo, ya que es el máximo responsable de los daños en los tejidos orgánicos y en los órganos vitales. Ello se debe a las sustancias que contiene (4000 tóxicos y 40 agentes cancerígenos).
También son conocidos los efectos que el cigarrillo causa en los fumadores pasivos (que respiran el humo en un ambiente donde se fuma). Les puede ocasionar graves daños en su salud, incluso hasta la muerte. Recientes estudios publicados en la revista Pediatrics dan cuenta de un nuevo peligro asociado al humo del cigarrillo que afecta particularmente a los más chicos. Según los médicos del Hospital General de Massachusetts, la invisible mezcla de gases y partículas que permanecen adheridas al pelo y la ropa de los fumadores, por no mencionar las que quedan depositadas en los muebles y alfombras y que persisten durante mucho tiempo después de que se ha ventilado la habitación, son una verdadera amenaza para la salud de los niños.
Los residuos incluyen metales pesados, sustancias cancerígenas e incluso materiales radiactivos con los que los chicos pueden tomar contacto o incluso ingerir, especialmente cuando gatean o juegan en el piso. El humo de tercera mano, tal el término acuñado por los médicos para describir esas sustancias químicas, es lo que se huele cuando, por ejemplo, se ingresa en la habitación de un hotel habilitada para fumadores. Para el doctor Philip Landrigan, director del Centro de Salud Medioambiental Pediátrica de la Facultad de Medicina Mount Sinai, de Nueva York, en el humo de tercera mano hay riesgo de cáncer para la persona de cualquier edad que entre en contacto con él.
Editorial IIEl efecto nocivo del humo del tabaco
En la Argentina mueren 40.000 personas por año a causa de un negocio que, si bien es legal, afecta al fumador y su entorno
lanacion.com | Opinión | Martes 3 de febrero de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario