domingo, 16 de noviembre de 2008

Ya todos ven la caida del imperio K.

Las señales de que hay convicción de que los errores políticos y económicos y la recesión pueden debilitar a los Kirchner al punto de impedirles ganar en los comicios de 2009 son las siguientes:


La última entrega de los premios Konex fue una muestra de que algo parece haber cambiado en el comportamiento empresarial, que ahora critica públicamente. Entre los premiados hubo algunos que no han ocultado, como la mayoría, sus críticas públicas a los errores más ostensibles del matrimonio gobernante.

Carlos Pedro Blaquier felicitó públicamente a la dirigencia agropecuaria por la forma en que había defendido los intereses del sector del embate oficial con la confiscatoria resolución 125, y fue uno de los premiados. Otro fue Enrique Cristofani, presidente del Banco Santander, quien reclamó públicamente al agradecer su distinción que se trabaje en equipo, justamente lo contrario del hábito de los Kirchner.

Un aplauso cerrado que le dificultó seguir con su discurso, lo que tuvo que intentar en más de una oportunidad, acompañó al presidente de Shell, Juan José Aranguren, quien dijo que creía ver en esa distinción el reconocimiento a quienes no "agachan la cabeza". Aranguren es casi un símbolo por haberse plantado frente a los embates abiertos y embozados de la actual administración.


Estas posturas críticas se sumaron a llamados públicos de la AEA y la UIA por los peligros que encierra la confiscación por parte del Estado de los fondos ahorrados en el sistema de capitalización. La desaparición de las AFJP como agentes institucionales será un golpe gravísimo para el mercado de acciones y un daño también importante para el local de bonos. Además, tendrá consecuencias todavía difíciles de mensurar sobre el resto del mercado de capitales. Insólitamente, a pesar de que la medida impacta primero y más gravemente en el mercado de capitales, han sido las compañías de la economía real, que sufrirán la falta de crédito, las que lanzaron advertencias al Gobierno por este tema. Es difícil de entender en este contexto el absoluto silencio de la Bolsa y de su presidente, Adelmo Gabbi, ya que el mayor daño se producirá allí, y ya comenzó a sentirse.


Aunque los Kirchner parecen tener más poder que nunca, al haber pasado por Diputados sin mayores contratiempos la ley de confiscación de los ahorros del sistema de capitalización, la oposición comienza a buscar caminos de unión para derrotar al matrimonio. El mensaje que han recibido varios empresarios es que creen que es posible ganarles en 2009 porque en una elección legislativa hay mucha más dispersión del voto.

En ese marco, es extraño que el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, en lugar de diferenciarse del matrimonio lo imite en algunas de sus políticas más erradas. Macri se lanza a encarecer el crédito, al aplicar de nuevo el medieval impuesto a los sellos a las tarjetas de crédito, seguros y compraventa de autos usados. El impuesto a los sellos es un monumento de los estados a su propia ineficiencia, justamente derogado en la comuna porteña durante el menemismo. Macri, igual que Kirchner, elige encarecer el crédito y gravar la actividad económica con un impuesto fuertemente distorsivo e injusto cuando lo que se necesita es crédito y reactivación económica. Macri y los suyos dicen que necesitan los recursos para poder mantener la obra pública y así sostener el nivel de actividad económica.
Con una derrota de los Kirchner en la mira

La recesión restaría votos al oficialismo, creen empresarios y opositores

lanacion.com | Economía | Domingo 16 de noviembre de 2008

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