Así lo revela un informe de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que destaca, además, que por las menores intenciones de siembra y expectativas de producción en ambos cultivos, que reducen en 7,78 millones de toneladas el saldo exportable, el país resignará ingresos por otros 1570 millones de dólares.
Al margen del efecto de la sequía y la exponencial suba de costos, que bajó el uso de tecnología, la caída del área fue provocada por la política del Gobierno que deprimió las cotizaciones. En síntesis, entre las restricciones a los mercados y la menor productividad, la Argentina dejará de ganar más de 2234,2 millones de dólares en estos cereales.
"Las intervenciones del Gobierno, que incidieron negativamente, se plasmaron en un menor precio para el productor, cuestión que desalentó la siembra de trigo y de maíz", comentó Néstor Roulet, vicepresidente de CRA y autor del estudio. "La Argentina, a través del sistema de licencias de exportación instaurado por la Oncca, se ha transformado en un país de origen poco confiable, con lo cual se realizan mayores descuentos, los que se traducen también en los menores precios percibidos por el productor y en la disminución del ingreso de divisas al país", agregó el dirigente ruralista.
Básicamente, la caída de ingresos por las restricciones surge de la no comercialización del excedente exportable de trigo y maíz en el momento de precios en que hubiera correspondido. De hecho, en marzo pasado las entidades gremiales advirtieron al Gobierno que había un sobrante de unos 4 millones de toneladas en trigo y más de 3 millones en maíz. Pero el oficialismo no escuchó y la apertura de las exportaciones con cuatro meses de demora se concretó cuando los buenos precios ya eran historia.
Caída de precios
En el caso del trigo, se pasó de un precio internacional anterior a julio de 350 dólares la tonelada a otro actual de 220 dólares la tonelada. Por no haber vendido con el mejor precio por la intervención, con este cereal el país dejó de ganar 494,39 millones de dólares (después de julio se vendieron 3,8 millones de toneladas del cultivo). En tanto, en maíz, la cotización internacional cayó de 220 a 170 dólares la tonelada, con lo cual se resignó una ganancia adicional de 50 dólares por tonelada. Para este último cultivo, la pérdida de divisas por las trabas oficiales trepa a US$ 169,75 millones.
"Cuatro meses de atraso hicieron que tanto el productor como el Gobierno desaprovecharan los buenos precios internacionales, lo que provocó una pérdida millonaria", dijo Roulet.
Pero hay más: debido a que por la caída de la siembra en trigo y maíz habrá 1,6 millones de hectáreas menos para cosechar, en estos cultivos no se contará con la producción de por lo menos 7,78 millones de toneladas que podrían haber tenido como destino la exportación (4.934.400 toneladas en trigo y 2.850.337 toneladas en maíz). En términos de dinero, a partir de la menor productividad se dejan de percibir ingresos por US$ 1.570.125.290. Sumando este último número a la pérdida por el intervencionismo, se llega a un resultado negativo de 2234 millones de dólares. "Esta pérdida duplica la caída de reservas que ha sufrido el Banco Central desde agosto hasta fines de octubre de 2008, que asciende a 1160 millones de dólares", acotó Roulet.
Más efectos de los controles estatalesPérdidas millonarias por las trabas oficiales al trigo y al maíz
Según CRA, la intervención en estos cultivos hace perder al país US$ 2234,2 millones
lanacion.com | Economía | Lunes 10 de noviembre de 2008
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