miércoles, 5 de noviembre de 2008

La sociedad debería estimar y apoyar la continuidad de esta clase de experiencias, destinadas a comprometer a la juventud con los valores.

Como todos los años se realizó en estos días en la jurisdicción de 30 de agosto, provincia de Buenos Aires, un campamento juvenil destinado a promover la formación de valores y el desarrollo de sentimientos cada vez más genuinos de solidaridad, tolerancia y amor despojado de egoísmo.

Se trata de un encuentro formativo que empezó a realizarse hace once años como resultado de la iniciativa de un profesor de Educación Física de la zona, Ricardo Pellegrino, y que se concretó en un campo cedido generosamente para ese fin por un miembro de la familia Santamarina. Aunque el donante originario murió hace ya algunos años, dejó dispuesto en su testamento que se continuaran realizando esos campamentos año tras año. Y así se ha venido haciendo en forma ininterrumpida, con el aporte económico de pequeñas empresas familiares locales, varios grupos CREA (los grupos de trabajo de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) y una red de colaboradores que se expande permanentemente.

Quienes participan de la experiencia realizan las actividades propias de todo campamento (armado de carpas, organización de fogones y juegos, construcción de una sala de primeros auxilios), pero asisten también a conferencias, exposiciones y talleres pedagógicos, así como a tareas recreativas y a nociones de expresión corporal y arte dramático.

El campamento no sólo permite que los jóvenes accedan a formas de convivencia sanas y constructivas, sino que incluye, además, clases y charlas formativas que en distintos años han estado a cargo de personalidades relevantes del medio cultural, como Jaime Barylko, Paola del Bosco, Oscar Alvarado o el padre Mamerto Menapace. En el campamento correspondiente a este año, realizado en el curso de la última semana, participaron 450 adolescentes.

El encuentro está dirigido a jóvenes de 15 a 18 años de edad, pertenecientes al nivel polimodal y matriculados en instituciones educativas oficiales y privadas. Cada establecimiento está representado en el campamento por grupos de alumnos que concurren acompañados por un docente.

El proyecto nació como un intento de apoyar a los adolescentes que atraviesan estados especiales de conflictividad y que están expuestos, por esa razón, a vivir situaciones extremas de violencia, egoísmo o soledad. Por medio de esta clase de experiencias se intenta contribuir a la puesta en práctica de acciones transversales que afiancen una "educación polivalente" y permitan hacer frente a la cambiante realidad que nos toca vivir en un tiempo en el que se advierte, cada vez más, una preocupante ausencia de valores.

El objetivo principal de estos encuentros anuales es brindar a los adolescentes que más lo necesitan el espacio y el tiempo necesarios para que puedan disfrutar, descubrir y compartir una relación de goce y de libertad con la naturaleza. Al mismo tiempo, se aspira a crear un ámbito propicio para que los jóvenes valoricen sus raíces y potencien los valores e ideales históricos y culturales que definen su identidad. Y también para que adquieran hábitos de vida sana y se beneficien con la pertenencia a grupos de prevención diseñados en función de sus auténticas necesidades vitales.
Editorial IIUn campamento que rescata valores
lanacion.com | Opinión | Mi?oles 5 de noviembre de 2008

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