En su primera presidencia, Perón sustituyó el sistema actuarial de las viejas cajas gremiales por el sistema de reparto, a imagen y semejanza del modelo alemán de la posguerra. Son varios los historiadores que indican que el gobierno peronista usó fondos previsionales para saldar necesidades presupuestarias, a partir de la crisis de 1952, y los reemplazó por obligaciones del Estado con tasas de interés más bajas que la inflación.
El denominado "empapelamiento" de las cajas fue por unos 1500 millones de dólares de ese entonces. Pero ayer circuló por Internet un video donde Perón considera la apropiación de los fondos previsionales "un asalto" y "un robo". Acusó allí a la Revolución Libertadora que lo había derrocado en 1955 de "echar mano" de los capitales de los jubilados.
El gobierno militar de Juan Carlos Onganía hizo algo similar 15 años más tarde: el Tesoro se fondeó de las ca jas jubilatorias contra entrega de papeles públicos sin respaldo.
Los bonos de Cavallo
Más cerca en el tiempo, en diciembre de 2001, por disposición de Domingo Cavallo, las AFJP fueron obligadas a desviar fondos que tenían en plazos fijos a la compra de letras del Tesoro. El gobierno de Fernando de la Rúa se hizo así de unos US$ 2300 millones. Y esos bonos... cayeron luego en default.
Un directivo de un banco de primera línea que manejó una AFJP interpretó ante LA NACION la ecuación política de los Kirchner con la última decisión. "Es un regreso a un peronismo duro, que piensa primero en la caja, luego en la política", dijo.
Con las últimas colocaciones sobre los fondos de la Anses, el total acumulado de deuda con el organismo en el gobierno de Cristina Kirchner pasó a ser por un total de $ 6350 millones, lo que significa que en el mandato de la Presidenta el pasivo del Tesoro con ese organismo se incrementó un 57% respecto de 2007.
La financiación del Gobierno con los recursos jubilatorios públicos se hizo mediante cuatro colocaciones de letras en el organismo, concretadas en marzo, abril, septiembre y octubre. La primera fue por $ 500 millones; la segunda, por $ 2750 millones; la tercera, por $ 1400 millones y la última, por $ 400 millones.
Esas operaciones financieras le permitieron al Gobierno obtener liquidez a tasas más bajas que las que ofrecía Venezuela, que rondaron el 15 por ciento. Los datos arrojan que la tasa promedio que pagará el Tesoro a la Anses ronda un promedio del 10 por ciento.
Las cajas jubilatorias, un botín de los gobiernos
Perón, Onganía, De la Rúa y Cristina Kirchner las usaron
lanacion.com | Política | Jueves 23 de octubre de 2008
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