jueves, 28 de agosto de 2008

No se entiende que un presidente responda a un informe técnico que plantea riesgos y oportunidades de inversión.

MADRID.- La réplica formal del gobierno argentino a un informe técnico elaborado por el Banco de España dejó aquí a la gente entre la sorpresa, el estupor, la hilaridad y hasta algún que otro descreído "son cosas de los K", dicho en el tono de quien se esfuerza por no darle importancia al asunto.

Otra cosa fueron los efectos de las palabras de la Presidenta y del jefe de Gabinete. El enojo a coro no hizo otra cosa que volver la mirada de la prensa española sobre un informe que, hasta el momento, había ignorado. Y entonces sí, gracias a Cristina y a Sergio Massa, a quien aún no conocen tanto, se lo leyeron de punta a punta.

En el Banco de España, en tanto, había cierto estupor. "Es la primera vez que nos pasa", confesó uno de sus economistas. "Que yo me acuerde, y juro que me acordaría, es la primera vez que nos contesta un presidente extranjero", explicó. Y lo dijo luchando, en vano, para que no se notara la feliz exaltación de quien descubre que su trabajo -más habituado al anonimato y a la audiencia académica- podía encender fogatas a 12.000 kilómetros.

Más en lo formal, y también consultadas por LA NACION, fuentes institucionales de la entidad negaron toda intención de entrar en controversia con el gobierno argentino. "En ningún momento, el Banco de España emitió opinión sobre la economía argentina ni es nuestra función hacerlo", insistieron voceros de la entidad.

Titulado "Mapa de la exposición internacional española", el documento de la ira lleva la firma de dos economistas y, junto a eso, la advertencia de que lo expuesto "no necesariamente" refleja el criterio de la entidad.

"Todo esto se ha suscitado a partir de un informe técnico, con base objetiva, que lo que hace es medir el grado de exposición de la economía española con 132 países y cruzarla con el nivel de riesgo que eso entraña. La Argentina es citada como uno más de esos países, pero en ningún momento se opina sobre su economía", se explicó.

Se trata, en rigor, de uno de las decenas de documentos que, al año, elabora el Banco de España. La entidad, que cumple funciones de Banco Central, es reconocida aquí por su independencia del poder político. En lo referido a cuestiones de economía local, ha mantenido diferencias tanto con gobiernos socialistas como de derecha.

En el Palacio de la Moncloa, fijar posición sobre el asunto llevó bastante menos tiempo del que ocupó a la Presidenta hacer pública la suya. "No tenemos nada para decir", fue la respuesta de la sede del gobierno español. La impresión fue que no se le dio mayor importancia al asunto.
Sorpresa y desconcierto en Madrid
lanacion.com | Política | Jueves 28 de agosto de 2008

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