sábado, 31 de mayo de 2008

La comunicación es la llave del placer.


Muchos hombres aún no se han enterado de lo que quieren las mujeres en la cama. Mantienen posturas y formas que convierten el sexo en rutinario, previsible e incluso anorgásmico para algunas de ellas.

El deseo femenino existe

Cuando se realizan consultas a mujeres acerca de sus preferencias en la cama, las respuestas podrían dejar a más de uno con la boca abierta, incluso a los menos conservadores. Y que es que recientes estudios han demostrado algo que era un secreto a voces: el deseo femenino existe y evoluciona a pasos de gigante.

Las mujeres, al igual que los hombres, tienen fantasías sexuales que podrían hacer mucho más excitante una relación si no fuera porque en ocasiones no se sienten libres para expresarlas. Cuestiones sociales, morales y educacionales ha relegado a la mujer a un segundo plano en la cama... hasta hace unos poco años. Ahora se está viviendo lo que ya se dejaba entrever en los locos años sesenta, época de haz el amor y no la guerra y donde la quema de sujetadores se convirtió en todo un símbolo de la libertad sexual.

Prácticas para volverse loca

Los hombres, al querer hacer gozar al máximo a su pareja, comenten de forma reiterativa algunos errores. Pero, ¿saben qué es lo que realmente quieren las mujeres en la cama? Basándonos en los comentarios de muchas mujeres y en las consultas que los sexólogos suelen recibir acerca de este tema, hemos confeccionado una lista con las claves que les hacen vibrar.
La exploración de todo el cuerpo. El sexo va más allá de una vagina y a las mujeres les gusta que las recorran con caricias desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies.
La boca como elemento importante en el juego sexual. Las direcciones a tomar dependen del gusto de cada mujer. Cada una posee un mapa diferente. No es una maratón. Mayor duración del acto sexual no significa mayor disfrute. Ni tres minutos ni diez horas.

La mujer no es sólo una muñequita frágil, a veces también desea un sexo un poco más salvaje.

Cumplir ciertas fantasías. Ser atada y hacer el amor con los ojos tapados son las más habituales. Basta de buenas palabras. Hay que ampliar el léxico sexual, mostrar las emociones en cada momento.

Tradicionalmente el deseo sexual se ha asociado a los hombres. Pero, ¿existe alguna diferencia entre el deseo sexual de ellos y de ellas? “No necesariamente”, nos comenta el Dr. Vicent Bataller i Perelló, Sexólogo y Psicoterapeuta de Orientación Psicoanalítica.
“La libido, energía psíquica que nos hace vivir y existir como a personas deseantes y deseadas, no diferencia géneros. Otra historia es el papel social que se le da al varón heterosexual en nuestra cultura”.

La diferencia está marcada por la educación. “Las fantasías sexuales, la erótica e incluso la actividad genital, son troqueladas en función de la cultura, del momento histórico e incluso de las políticas que se realizan, dando como resultado diferencias notables entre varones y mujeres”, comenta el experto. Aún hoy en día tener varias pareja sexuales, o incluso la masturbación, está mejor vista en el sexo masculino que en el femenino, afirma.

Pero desde un punto de vista práctico científico, las hormonas son las que rigen el motor del sexo, que es el deseo. Y entre ellas la testosterona. Por ser conocida como una hormona masculina, se le ha atribuido a los hombres mayor necesidad sexual.

Pero la testosterona también es producida por la mujer y el deseo no varía en función de quien produce más o menos. Además, el sexo activa los mismos núcleos cerebrales que se activan ante el placer de consumir cualquier droga. Según esto, el deseo sexual dependerá de su consumo: a más relaciones sexuales, incluidas masturbaciones, más deseo; a menos, el deseo desparece. Una vez reactivado éste, comienza la revolución.

Curiosidades

Según un estudio realizado en la Universidad de Cornell, en Nueva York, los seres humanos estamos biológicamente programados para sentirnos apasionados entre 18 y 30 meses. Es el tiempo suficiente para que la pareja se conozca, copule y tenga un niño.
Los ovarios también producen testosterona, y cuando sus niveles son bajos, se produce una disminución del deseo sexual.

Revolución entre las sábanas


Los hábitos sexuales femeninos han cambiado de forma espectacular en los últimos 30 años, especialmente en la última década.
“Desde que apareció la anticoncepción, y más concretamente la píldora, se desligó definitivamente la asociación equivocada de mujer igual a reproducción y a maternidad, produciéndose un avance en la sexualidad”, señala Vicent Bataller i Perelló.

La mujer reclama su derecho al placer y no duda en experimentar para conseguirlo, “la guerra de los sexos está servida. Las mujeres tienen que ser autónomas en su propio placer y sexualidad. No están para satisfacer las necesidades de nadie, están para compartir, desear y vivir experiencias sexuales propias, con sus parejas masculinas o femeninas”.

Se ha producido un gran avance en este sentido. Hemos pasado de hacer el amor con la luz apagada y el camisón puesto, a hacerlo con la luz encendida; y de la clásica postura del misionero a la de la mujer encima, para controlar, administrar y exigir un placer genital.

Pero según el doctor Bataller i Perelló, “todavía queda por asumir la sexualidad y la genitalidad como algo natural y que produce placer. Nuestra sociedad aún sigue asignando roles sexuales distintos a las mujeres y a los varones. Hay que educar en la diversidad, pluralidad y respeto. La sexualidad es algo más que gónadas masculinas y femeninas. Y mientras se eduque de forma distinta en cuanto a sexos, las relaciones asimétricas, las relaciones de poder y la violencia doméstica están garantizadas entre varones y mujeres”.

Las zonas erógenas de la mujer son infinitas y por lo tanto su sexualidad es mucho más rica y sus orgasmos más intensos y duraderos que los de los hombres.

Más allá de la penetración

Existe un mundo lleno de posibilidades más allá de esto y así es reclamado por muchas mujeres. “Por lo que cuentan en la consulta, las mujeres heterosexuales, aparte de ser penetradas vaginalmente (que eso es lo que creen muchos hombres equivocadamente), desean compartir caricias, besos, fantasías, masturbación... en resumidas cuentas, pasarlo bien en la cama”.

Y es que las zonas erógenas de la mujer son infinitas y por lo tanto su sexualidad es mucho más rica y sus orgasmos más intensos y duraderos que los de los hombres, si se sabe cómo provocarlos. “A las mujeres les aburre mucho que las relaciones sexuales se limiten al la penetración casi directa y poco más. Desean sentir placer, alcanzar el clímax y, por supuesto, tener orgasmo/os”, afirma el sexólogo.

Pero no sólo existen hombres inexpertos sino también mujeres cobardes. ¿Quién en algún momento de su vida no ha fingido un orgasmo por no atreverse a decirle que no iba por buen camino? La comunicación es la llave del placer. Tener la libertad y confianza de hablar con la pareja abiertamente acerca del sexo, permitirá la experimentación de cosas nuevas y el disfrute pleno de las relaciones. Hay que evolucionar. Cada momento y cada etapa de la vida exige una cosa diferente en la cama.

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