Paradójicamente, la salida de Lousteau le brinda al Gobierno la posibilidad de utilizarlo como chivo expiatorio para cerrar el conflicto con el campo. Ello ocurrirá, seguramente, después del 2 de mayo, a fin de minimizar la sensación de que el matrimonio gobernante no ganó la pulseada, pero sucederá más temprano que tarde porque los productores, aunque tendrán que aceptar una satisfacción sólo parcial de sus demandas, no pueden reanudar el paro sin correr el riesgo de fragmentar su frente interno, perder el apoyo de la opinión pública y quedar aislados. De todos modos, pese a que el kirchnerismo tratará de presentar ese desenlace como una victoria, el fenomenal error de cálculo que cometió cuando decidió confrontar con "el campo" por ignorar los impresionantes cambios que tuvieron lugar en la economía y la sociología del sector durante las últimas dos décadas, terminará por hacerle pagar al Gobierno un alto (e innecesario) costo político.
Opinión
¿El rey y la reina están desnudos?
Por Guillermo Rozenwucerl
LANACION.com | Política | Lunes 28 de abril de 2008
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