lunes, 18 de febrero de 2008

Pulsera de teleasistencia domiciliaria

Para algunos es un “acompañante invisible” que les salva la vida en medio de la noche, mientras que para otros es el “talismán” que los deja seguir siendo autónomos e independientes más allá de la octava década de vida. “Mis hijos cierran la puerta [de casa] cuando se van a trabajar y siento que si necesito algo o tengo algún problema, estoy acompañada”, dice Emilia Varas, de 81 años, que en julio sufrió un accidente en la calle.

Se trata de un dispositivo, similar a un reloj pulsera, a través del cual con sólo apretar un botón los adultos mayores que viven solos pueden recibir asistencia rápidamente y reducir las emergencias frecuentes del envejecimiento. Cuando se comunican con la central, psicólogos y asistentes sociales indagan sobre los síntomas para solicitar la atención médica en el menor tiempo posible o acompañan en casos de soledad. De hecho, las dos terceras partes de las pulsaciones de la pulsera ocurren porque los usuarios necesitan comunicarse con alguien para no sentirse solos.

Entre las principales causas de emergencias, este servicio que ofrece la empresa Atempo registra las descompensaciones, las caídas y los traumatismos, las cefaleas, las náuseas y los problemas digestivos. El usuario promedio tiene entre 70 y 75 años. "El 87% de los problemas frecuentes en la tercera edad, como pueden ser el infarto, el accidente cerebrovascular o las caídas, ocurre en el hogar. Por lo tanto, es clave en esa etapa de la vida cubrir todas las emergencias domiciliarias", explicó a LA NACION el doctor Fernando Ordoqui, que desarrolló la pulsera de teleasistencia domiciliaria junto con el ingeniero Félix Safar.

La teleasistencia para la tercera edad no es un servicio nuevo en el mundo. Se usa en Europa y en los Estados Unidos, pero en la Argentina recién lleva un año de aplicación. Un estudio sobre 50 de los 600 usuarios en La Plata, Rosario, Córdoba y Buenos Aires demostró que las mujeres son las que más usan el servicio, mientras que los hombres prefieren que un teleasistente les recuerde tomar algún medicamento.

El temor a síntomas físicos no frecuentes (mareos, taquicardia, agitación nocturna) y la sensación de soledad son las primeras causas de uso de la teleasistencia. Esta ayuda también a reducir el estrés y la ansiedad de los familiares o los cuidadores, según un estudio presentado en el último Congreso Argentino de Gerontología y Geriatría.

"Un 60% de la población adulta mayor del mundo padece enfermedades crónicas, y un 10% es vulnerable, vive solo o ha sufrido una viudez reciente. La teleasistencia domiciliaria es muy útil justamente para ese 70%", explicó la doctora Sara Iajnuk, de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría.

Un talismán

Para Marión Burghardt, tan coqueta que se resiste a decir la edad, la pulsera es un talismán. "Me da seguridad, protección y tranquilidad... La uso como quienes llevan una pata de conejo -se ríe-. Es así de simple. No importa la edad, porque podría tener 16 años y viviendo sola me puedo caer, golpearme la cabeza y no llegar a la puerta o al teléfono para pedir ayuda."

Fue una de las primeras personas que en el país comenzaron a utilizar el servicio. Muy activa -estudia inglés, va a la pileta y se reúne con amigos para jugar a las cartas o el burako-, Marión necesitó pulsar la pulsera mientras hacía abdominales. "Cuando quise subir el torso, sentí que no podía. Mi profesora me quiso ayudar, pero como mi médico estaba de vacaciones y la ambulancia de la prepaga tardaba en llegar, pulsé el botón y enseguida llegó la ambulancia, y al rato ya me podía sentar."
Llegó al país la "teleasistencia"
Apretando un botón se comunican con psicólogos o con asistentes sociales
LANACION.com | Ciencia/Salud | Lunes 18 de febrero de 2008

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