Mientras las entidades de la producción y las principales firmas exportadoras impulsan la reapertura de los envíos -cerrados por la Secretaría de Agricultura el 28 de noviembre pasado luego de que heladas tardías afectaran los cultivos-, la molinería apoya la decisión oficial de mantener restringidos los embarques hasta que se termine la trilla y se sepa a cuánto ascenderá la cosecha.
La reunión, en la que se buscaba consensuar una propuesta para acercarle al Gobierno con el fin de normalizar la situación del mercado de trigo, "fracasó por la voracidad de la industria molinera y su negativa a acompañar los esfuerzos del resto de la cadena por lograr la reapertura del registro de exportación de trigo", según explicó a LA NACION un directivo de la Sociedad Rural Argentina (SRA) que participó del encuentro. "Para ellos, esta situación es como cazar en el zoológico, dado que con el registro cerrado pueden seguir abasteciéndose en el mercado local muy por debajo de su poder de compra", agregó la fuente.
Para el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Alberto España, "hay una decisión responsable de parte del Gobierno de cuantificar cuál es el saldo exportable y luego abrir la exportación". "No veo cuál es la necesidad de apurarse a abrirlo. Nosotros compramos actualmente en un mercado libre."
La intervención en los mercados
Se enfrentaron por el cierre del registro de exportaciones
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