-Creo que la "reina Cristina" va a tener serios problemas por arreglar, y ella lo sabe. Los comentarios sobre la posibilidad de que haya un acuerdo con el Club de París, sin embargo, son positivos. Por otro lado, hay una inflación real con la que deberá lidiar. Su primer paso debería ser conseguir un equipo económico que pueda resolver estos asuntos, ya sea dándole más autoridad a Martín Redrado en el Banco Central o con un ministro de Economía que pueda aplicar una política más racional. La tercera cuestión central es la energía, porque hay un problema más allá de la relación con Bolivia. En suma, se necesitan liderazgo e inversión para evitar una crisis.
-¿Por qué hay dudas después de un crecimiento tan fuerte?
-Más allá de los asuntos por resolver en el terreno de la deuda con los bonistas y del Club de París, el tema más importante es el de la manipulación de la inflación. Si no se sabe cuál es la inflación real, entonces ya empiezan a preocupar los fundamentos y la salud de la economía. Por lo tanto, resta saber si ella es más sofisticada que Kirchner en su relación con el campo y con los inversores. Además, no se pueden congelar precios por tanto tiempo, como ocurre con la energía en Buenos Aires, mientras en el interior cuesta mucho más. Al dejar a los ministros (Julio) De Vido y a alguno de los Fernández, la gente no se sentirá muy reconfortada. Afuera se sobreentiende que no puede romper con las políticas de su marido, pero tiene que haber cambios.
-¿Le parece que el Banco del Sur puede funcionar?
-No creo que tenga mucho futuro a menos que sea regido por muy claras reglas de transparencia en su contabilidad, algo que no creo que pase con Chávez, tal como lo demostró el escándalo de las valijas con dinero que iban a la Argentina.
-Pero el presidente Lula también se comprometió a sumar a Brasil al banco
-Igualmente soy muy escéptico. Si el banco se dedica al desarrollo de la infraestructura, puede funcionar; si lo usan para proyectos políticos, será un fracaso.
-El presidente Kirchner dijo que EE.UU. lo dejó solo en la crisis. ¿Está de acuerdo con esa visión?
-No, creo que si el Gobierno hubiera pedido ayuda se habría hecho algún tipo de audiencia en el Congreso para brindar alguna asistencia, como ocurrió con México. Pero su postura fue no negociar hasta lanzar el canje de la deuda.
-Pero el gobierno republicano abandonó la estrategia de los demócratas de lanzar salvatajes
-Es verdad, pero la crisis argentina tenía una raíz diferente e implicancias políticas más fuertes; en todo caso, nunca vi al presidente Kirchner pedirle ayuda al FMI.
-¿Espera un gran cambio en la política de EE.UU. hacia América latina si gana Hillary Clinton?
-No; el próximo presidente tendrá muchos problemas domésticos para resolver: educación, salud, déficit gemelos, la guerra en Irak, por lo que creo que sólo en el margen habrá espacio para un enfoque diferente en la posición de EE.UU. en la Ronda de Doha de la OMC, que está trabada; pero por otro lado, hay muchos intereses de los Estados con los subsidios agrícolas.
-¿Por qué América latina crece menos que el resto de los países emergentes?
-Por la falta de reformas fiscales y laborales; no se puede depender siempre del precio alto de las materias primas. La región no entiende la importancia de invertir en educación, ciencia, tecnología y capital humano para competir, como ocurrió en el sudeste asiático. Y además siempre piensan que la culpa de sus problemas es de otro.
Riordan Roett, de la Universidad Johns Hopkins
Cristina deberá resolver el problema de la manipulación, sostiene el experto
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