Por un segundo, el anuncio sorprendió a todos y los dejó sin palabras. Pero enseguida el silencio se transformó en alegría, mucha alegría... La noticia de que la ciencia argentina tendrá por primera vez un ministerio propio alteró ayer durante todo el día las actividades en la sede de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, hasta ahora a cargo del futuro ministro, doctor Lino Barañao.
"Hoy es un muy buen día para todos nosotros. Sólo tenemos buenas noticias", atinó a resumir un empleado del primer piso del edificio en la avenida Córdoba al 800 a un investigador en busca de datos sobre una solicitud de subsidio.
Es que, también, la designación del doctor Barañao al frente del futuro Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva coloca al sistema científico nacional en manos de investigadores. "Hubo épocas en las que la Secretaría de Ciencia y Tecnología (Secyt) dependió directamente de la Presidencia de la Nación, pero con resultados no muy favorables -reconoció el mismo Barañao-. No siempre estar dentro del gabinete aseguró el acceso a las instancias de decisión. Esto es una puesta al día de un área que siempre estuvo relegada."
Ayer por la tarde el funcionario recibió a LA NACION en un salón junto a su despacho de la Agencia, un organismo nacional descentralizado que promueve el financiamiento de proyectos de investigación capaces de solucionar problemas sociales, económicos y culturales. Distendido y en mangas de camisa, Barañao parecía visiblemente cómodo con las nuevas responsabilidades a asumir.
La confirmación de su designación al frente de un nuevo ministerio ocurrió anteayer por la noche, en persona, en la Casa Rosada. Después de una tarde de reuniones, se confirmó una decisión de la que Cristina Fernández de Kirchner ya había dado señales en la reunión cerrada con la comunidad científica en los Estados Unidos a fines de septiembre último. Allí, también, estuvo Barañao.
"La creación del ministerio fue una decisión que conversaron la presidenta electa y el ministro de Educación [Daniel Filmus, de quien depende hasta ahora el área científica]. Contribuyó la opinión de los científicos en el exterior durante la reunión en Nueva York, que de alguna manera aportaron su visión sobre la Argentina -explicó-. Lo importante es haber institucionalizado a la ciencia y la tecnología con rango ministerial. Es el principio de una política de Estado que el país nunca tuvo."
Hasta la construcción del polo científico en el predio de las ex bodegas Giol, en Palermo Viejo, el nuevo ministerio funcionará en el edificio de la avenida Córdoba que comparten la Secyt y la Agencia. La premura de la decisión y el anuncio no permitió aún confirmar el equipo de trabajo y cómo estará organizada la flamante cartera. "Lo que está claro es que la estructura del nuevo ministerio deberá ser altamente profesional. No podemos dejar de recurrir a los mejores profesionales que tenemos en el país", aseguró Barañao.
En una primera etapa, las áreas de investigación a las que se dará más impulso serán el desarrollo de software, la biotecnología y la nanotecnología. "Nuestro objetivo -afirmó Barañao- es avanzar hacia un modelo de desarrollo de país en el que el conocimiento sea fundamental", finalizó.
Fuente: La Nación.
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