miércoles, 7 de noviembre de 2007

Habla el historiador Fernando Rocchi.

-Después de la crisis de 2001, ¿cambió el modelo económico?

-Ha terminado un ciclo de producción en la Argentina que empezó con Martínez de Hoz y siguió con Menem. Martínez de Hoz hizo el peor ministerio de Economía de la historia. No hay nada rescatable. La tablita era insostenible: era una guillotina. La gestión de Menem fue diferente. Como quería parar la inflación, puso el uno a uno, pero la Argentina nunca ha crecido con tipo de cambio bajo. Los servicios mejoraron muchísimo: pensemos lo que hubiera sido Internet con Entel. Había una corrupción espantosa, se cruzaban las comunicaciones, un departamento con teléfono era más caro. El problema vino ahora, porque el actual gobierno quiere desconocer la ley de los precios relativos. Es un engaño decir que las tarifas no aumentan: están aumentando por el deterioro del servicio.

-¿En qué sentido hay un nuevo ciclo productivo?

-La Argentina productiva está mucho mejor. En el interior hay un boom que no se veía desde hacía mucho tiempo. Hay zonas que desde la década del 70 no estaban tan bien. Y esto se debe a varias razones: una es el tipo de cambio. La devaluación fue la clave. La segunda razón es el contexto internacional. Por último, creo que en los 90 hubo mucha destrucción, pero también mucha creatividad, mucha importación de maquinaria. El gobierno de Kirchner no vuelve a los años 50 o a los 60. La economía no se ha cerrado. De hecho, tenemos cada vez menos superávit comercial.

-¿Qué lugar va a ocupar Duhalde en la historia?

-Debería ocupar un lugar muy importante. La forma en que hizo frente a la crisis, los planes sociales, animarse a la devaluación -aunque no había otra salida-, anunciar elecciones después del asesinato de los piqueteros Duhalde fue un piloto de tormentas. Lo compararía con Carlos Pellegrini. Si uno piensa en el país a la llegada de Duhalde y a su salida, ve dos Argentinas distintas. La Argentina productiva ya estaba en marcha con Duhalde, y Lavagna acompañó mucho.

-Los dos gobiernos de la poscrisis, el de Duhalde y el de Kirchner, tuvieron un gran viento de cola. ¿Cuáles son los desafíos para la próxima gestión?

-No podemos seguir así con las tarifas. Hay que segmentar la demanda. No puede ser que la falta de gas haya repercutido tanto en la industria y nada en el consumo residencial. Ha habido un aumento grande del gasto. ¡No se puede prohibir la exportación de carne! En algunos sentidos, éste es un gobierno muy irresponsable, que mira mucho el corto plazo. Pero sospecho que Cristina no es tonta y va a saber ver esto. Hay que afinar más el lápiz...

-¿Tiene buenas expectativas sobre Cristina Kirchner?

-Ella tiene alguna ventaja sobre Néstor. Le gusta viajar, tiene una idea de política internacional y en economía puede pensar en el futuro. En términos institucionales, no entiendo por qué viven enojados.

-Hoy, los partidos políticos están desdibujados. ¿Hay antecedentes de esta fragmentación política y de la eclosión del sistema de partidos?

-Esto es nuevo en la Argentina moderna. Este gobierno tuvo niveles de corrupción que nadie esperaba, pero no se entiende lo que trataron de hacer Carrió y López Murphy. Es peligroso, porque es muy difícil pensar en una democracia institucional sin partidos políticos.
Los intelectuales y el país de hoy
Lo dice el historiador Fernando Rocchi
LANACION.com | Cultura | Miércoles 7 de noviembre de 2007

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