El agua no es un bien universal. Más de 1.100 millones de personas no tienen acceso a una red de abastecimiento de agua potable adecuada. El presidente de honor del Instituto Mediterráneo del Agua , Mohammed Benblidia (Miliana, Argelia, 1936), sabe que éste no es un problema de otro planeta. A pocos kilómetros de Europa, en el sur y el este del Mediterráneo, más de 30 millones de personas carecen de un grifo en el que llenar una botella. Su organización, un panel de expertos de la región mediterránea que asesora a Naciones Unidas en el ámbito del agua, aboga por una mejor gestión de los recursos hídricos. Benblidia pasó la semana pasada por Madrid para participar en una charla organizada por el Club Español de la Energía.
¿Hay una sobreexplotación de los recursos hídricos en el Mediterráneo?
Hay regiones en las que existe una cierta sobreexplotación, como en España. También en el sur del Mediterráneo, sobre todo del agua subterránea. Argelia, Libia y Túnez tienen recursos subterráneos muy importantes, pero son fósiles, no renovables, como el petróleo. Allí hay un grave riesgo de sobreexplotación.
¿De quién es la responsabilidad?
De la demanda. Las necesidades de la población deben ser satisfechas. La sobreexplotación proviene del hecho de que no hay agua para cubrir las necesidades, y a pesar de ello se sigue extrayendo. No es una decisión gubernamental, son las necesidades las que obligan a la sobreexplotación.
¿Es necesario subir el precio del agua?
Es bastante paradójico ver que en los países en los que existen recursos limitados es donde se malgasta más agua. En Argel, las pérdidas alcanzan el 40% en la red de distribución y en Marsella, sólo un 10%. Pero siempre es difícil subir el precio del agua. En los países del sur, los precios son muy bajos, no son suficientes para cubrir los gastos de explotación y la renovación de las instalaciones. Pero el precio se mantiene bajo porque los ciudadanos están acostumbrados a esas tarifas. La gente considera que el agua es un recurso natural y que no se puede pagar un precio más elevado. En una ciudad mediterránea, de media, una persona consume 150 litros al día, aunque hay ciudades como París que consumen hasta 400 litros. Con la tarifa de Argelia, el precio de 150 litros de agua equivale al de dos cigarrillos americanos. Es ridículo. Aún así, si se intenta aumentar el precio del agua, la gente reacciona.
¿Cuántas personas viven en la región mediterránea sin acceso a la red de agua potable?
Hay 34 millones de personas que no pueden abrir un grifo y que salga agua en los países del norte de África, hasta Turquía. Y hay 55 millones de personas que no tienen acceso al sistema de alcantarillado.
¿Vamos a ver guerras por el agua en los próximos años?
Guerras puede que no, pero los conflictos existen ya, sobre todo en los países que comparten recursos hídricos, como Israel, Palestina, Líbano y Jordania. El agua es y será una de las grandes fuentes de conflictos geopolíticos en el siglo XXI. Otra zona de fricción es Egipto. El Nilo atraviesa el país, pero antes de llegar recorre otros nueve países. Y los recursos hídricos egipcios dependen al 90% del río. Si los demás países hacen presas, se va a considerar un acto de guerra. Otra región de conflicto es la del Tigris y el Éufrates. Si Turquía construye presas, los sirios y los iraquíes protestan, porque no les llega agua. La motivación es legítima, porque la intención de Turquía es desarrollar una determinada zona pobre. Hay regiones con conflictos importantes en las que sólo se puede convivir si se comparte.
¿Cómo va a afectar el cambio climático a los recursos hídricos?
A largo plazo, los recursos del sur del Mediterráneo van a disminuir, a causa de las sequías en África. Y los países del sur de Europa, como España e Italia, también va a estar afectados por el calentamiento. Se producirá una reducción de los recursos naturales. También habrá una multiplicación de fenómenos extremos, ya sean sequías o lluvias.
¿Puede agravarse esta situación por el aumento del número de turistas?
Si no hay agua, hay que buscarla. Las soluciones pasan por reciclar la utilizada, ahorrar y desalar el agua marina.
Privatizar la gestión del agua, ¿es una buena idea?
La privatización es relativamente difícil en el norte de África, es una concepto difícil de aceptar, porque siempre ha sido un servicio público. Pero las cosas evolucionan. En Marruecos la privatización existe ya, en Casablanca. Poco a poco la gestión privada se acepta en los países del Mediterráneo porque aporta eficacia.
¿Qué opina de los campos de golf en España?
Los campos se riegan con agua reutilizada. Hacerlo con agua potable es inaceptable, no tiene sentido.
Pero este agua podría utilizarse en la agricultura...
Por supuesto. La agricultura consume entre el 70% y el 80% del agua dulce que se extrae de lagos y ríos. Y de momento estas cifras no se pueden reducir. Es espeluznante la cantidad de agua que consumen los campos de golf.
Fuente: público.es
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