viernes, 30 de noviembre de 2007

Competitividad global.

Una mirada moderna sobre el comercio no distingue nacionalidades ni países de origen.

Hoy existen marcas.

Hay integración global de cadenas de producción.

No alcanza con viajar, conocer a los clientes y certificar calidad.

Hoy la red de alianzas necesarias multiplicó su complejidad y los países se transformaron en plataformas de exportación para productos cuyas partes provienen de distintos rincones del mundo.

Es el tiempo de la internacionalización .

No importa el tamaño de la empresa, su facturación o el sitio del planeta en el que se encuentre, cada vez será más habitual escuchar este término.

Algunos creen que se trata de una suerte de Globalización 2.0, emulando el salto cualitativo que significó el surgimiento de Internet 2.0; otros prefieren describir el fenómeno como un cambio cultural.

Más allá de las definiciones, lo importante parece ser tener una "perspectiva global", pensar de forma global, internacional.

Ignacio Peña, socio de Boston Consulting Group, lo explica de un modo muy sencillo: "Es un fenómeno que empieza con tu cabeza. Si entendés lo que pasa en el mundo, aunque operes desde tu país, tenés visión internacional".

Una definición "más académica" dirá que se entiende por internacionalización todo conjunto de operaciones que facilitan los vínculos más o menos estables entre la empresa y los mercados internacionales a lo largo de un proceso de creciente implicación y proyección internacional.

Traducido: existen varias vías o padrones de internacionalización.

Si bien la exportación aparece como el camino típico, tener representantes en el exterior, invertir afuera o recibir inversión extranjera, o elaborar un producto con piezas fabricadas y adquiridas en otros sitios del mundo son otras opciones válidas.

Según Dante Sica, director de Abeceb.com, la empresa debe entender la internacionalización como "un proceso de compromiso creciente de aprendizaje, basado en la acumulación de conocimientos y en el aumento de recursos comprometidos en los mercados exteriores, estableciendo un cambio estructural hacia la producción intensiva en tecnología y conocimiento, lo que permitirá expandir sus redes productivas".

Estamos aquí frente a procesos productivos culturales, más que físicos. Es decir, se produce pensando en estrategias de competidores internacionales y no sólo porque uno es experto en lo que hace. "El proceso de internacionalización implica adoptar una decisión estratégica que conduce a la creación de competitividad global de estas empresas", dice Sica.
Tendencia
Los códigos de la internacionalización, la nueva cultura empresarial que surge de la mano de la globalización
LANACION.com | Comercio exterior | Martes 27 de noviembre de 2007

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