Cautela entre los economistas

En líneas generales, las metas y medidas esbozadas por el designado ministro de Economía, Martín Lousteau, provocan consideraciones positivas por parte de los economistas. Sin embargo, aún se esperan mayores definiciones de lo que podría ser el plan del funcionario para lograr que se sostenga el crecimiento económico. Las medidas planteadas, se advierte por otra parte, podrían tener éxito, pero en determinadas condiciones.

Según Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), la oferta a los bonistas de cambiar deuda por inversiones en la economía real podría ser vista como de inferior calidad al canje ya realizado, si no hay seguridad de tener rendimientos. Todo depende, evaluó, de qué destino se dé a las inversiones. "Si se da un menú razonablemente amplio, es una posibilidad", sostuvo, aunque agregó que aun en ese caso debería lograrse la aceptación de una buena parte de los bonistas. Con respecto al tema energético, Bour consideró que no debe ponerse la mirada sólo en la oferta, sino también en la demanda, que hoy "está volando porque los precios están mal puestos", dice, en referencia a la política de tarifas.

En cuanto a la idea sobre el tipo de cambio y una eventual canasta de monedas, el economista evaluó que se trata de una estrategia para desactivar la idea de una devaluación adicional.

Según el economista Marcelo Lascano, esa idea es buena y se lograría suavizar el efecto de las oscilaciones de valor que sufra el dólar. También evaluó como válida la opción de canjear deuda por inversión. En cuanto a la meta de una tasa de inversión del 25% del producto bruto, advirtió que es necesario distinguir a qué se va a destinar dinero y, en ese sentido, estimó que las áreas de infraestructura y de energía son fundamentales.

Juan Massot, analista de la Universidad del Salvador, estimó que será necesario generar nuevas áreas de negocios para la inversión, y consideró que el instrumento de una canasta de monedas para referenciar la cotización del peso tendría algún efecto, pero leve, sobre la inflación, y sólo sería útil si fuera parte de un paquete mucho más amplio de medidas.

Fuente: La Nación.