
Al contrario de lo que sucede en Occidente, donde un cuerpo bronceado es sinónimo –a veces equivocado– de salud y sensualidad, en las playas de Asia muchas mujeres usan manga larga, exhiben descomunales sombreros y se refugian debajo de las sombrillas. Y no es distinto en las ciudades, donde en pleno verano es común ver mujeres cubiertas con ropa oscura de pies a cabeza y defendiéndose del sol con sombrillas dotadas de protección UV.
La otra cara de la cultura del sol
El afán por la piel blanca mueve mercados millonarios
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