viernes, 10 de agosto de 2007
Recetas congeladas
Ramiro Espir y Pedro Suárez, dos amigos mendocinos, facturaron $ 200.000 en los primeros 18 meses de operaciones de una empresa que abastece con 23 variantes de alimentos supercongelados a restaurantes, hoteles, bares, hospitales y estaciones de servicio.
Mediante un sistema innovador, las mejores recetas argentinas, con alimentos sanos y naturales, se almacenan en freezers en lapsos mayores a un año para ser preparados en 5 minutos cuando se lo desee. Así, el cliente puede ganar en tiempo y calidad.
Al final del caótico 2002, Espir renunció a su cargo de gerente de sucursal en Banco Río, motivado por iniciar un proyecto personal. Luego de analizar diferentes posibilidades se reunió con su amigo Suárez, y de esa charla surgió Tangourmet. Suárez le propuso que aplicaran el proceso de supercongelado a los platos preparados por su madre, Cristina Garcés, quien tiene en Mendoza la empresa de catering más reconocida de Cuyo.
Así prepararon una línea clásica con pizzas, tartas, brochettes y crêpes, y otra gourmet, con platos como cordero al Malbec, filet en su jugo, lasagna mixta, ragoût de hongos o salteado de salmón, entre otros. Según Espir, la proliferación de la comida rápida ha generado un incremento de obesidad, problemas cardíacos, hipertensión, colesterol, diabetes y otras enfermedades que están relacionadas con la baja calidad de la alimentación. Por ese motivo, y por el poco tiempo disponible, dice que hay una necesidad acuciante de platos sanos que puedan ser preparados en pocos minutos.
Primera etapa
Gracias a los elogios que recibieron en la primera etapa de prueba, vislumbraron que no sólo vendían un producto de alta calidad: también brindaban un servicio. "Porque nuestros clientes lograban un mayor y mejor control de stock de insumos, materias primas y productos terminados, menores mermas en la producción, optimización de mano de obra, tiempos de atención y de cocina", resume el emprendedor.
La inversión inicial fue de $ 90.000, la mayor parte destinada a la investigación y desarrollo. Pero cuando llegó el momento de equiparse y de invertir en estructura para abastecer la demanda creciente, se quedaron sin dinero. "Tuvimos que vender nuestros autos y otros bienes, e invertir todo en la empresa", recuerda Espir.
Al principio se ocupaban de cada detalle: compra de insumos, producción, comercialización, distribución y cobranzas. "Llegamos a distribuir los productos en taxi, a gran velocidad, y en cajas térmicas para no romper la cadena de frío."
Nuevos inversores
El salto llegó cuando contaron con el asesoramiento de la consultora Argenconsult. Se presentaron en la selección para el primer Foro de Capital de Riesgo en la Argentina, con el fin de conseguir fondos, y quedaron seleccionados entre los diez primeros sobre un total de más de cien. Allí conocieron a Agustín Badano, del programa Nexo Emprendedor. "El destino volvía a cruzarme con Banco Río; desarrollamos en conjunto el plan de negocios que les ofreceríamos a los inversores que nos presentaría el banco." Así conocieron al actual director de comercialización, José Romeo, y a los inversores Félix Racca y Ron W. Brittian, hoy nuevos socios. "Este año, ya con siete empleados, esperamos multiplicar varias veces el monto facturado", estima el emprendedor.
Montarán una planta en Luján de Cuyo para abastecer el mercado local, y luego intentarán ganar mercados externos, empezando por Chile y los Estados Unidos.
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