viernes, 10 de agosto de 2007
Personal teacher
Cada vez es más frecuente que directivos, eficientes en su tarea específica, fallen en sus competencias de liderazgo, es decir en sus características personales como la comunicación, lograr la confianza de su equipo o saber reconocer aciertos y errores de su gente. Para estas situaciones, el Coaching puede resultar una solución práctica y relativamente barata si se tiene en cuenta los resultados que podrá generar en términos humanos.
Un "coach" es un consultor que actúa como mentor del ejecutivo para ayudarlo a que vea por si mismo una mejor manera de abordar situaciones complejas de la vida empresaria que pueden perjudicar su desempeño.
Como es difícil que una persona reconozca que pueda necesitar este tipo de ayudas, el Coaching se considera una opción cuando los ejecutivos reciben en sus evaluaciones una alerta amarilla. "Las compañías detectan que hay personas que tienen mucho potencial pero con alguna competencia que falta desarrollar para ser mejores gerentes", comenta Roberto Sandivo, Director Regional de Newfield, una consultora especializada en Coaching a empresarios.
Las personas que pasan por este proceso suelen ser Jefes, Gerentes y Directores de entre 35 y 50 años, con estudios universitarios y de posgrado, pero se destacan por encontrarse en una etapa profesional de crecimiento con expectativas a ocupar cargos de Dirección y Gerencias Generales.
El proceso tiene varias etapas. La primera es una reunión entre el ejecutivo y un "Coach Coordinador" para conocer a la persona y entender cómo actúa. Luego, el consultor asigna un tutor personalizado para el participante. Pero si el "alumno" no está cómodo, puede pedir otra persona.
En un segundo encuentro, el tutor releva las cuestiones personales y profesionales de su "alumno" para "ponerse en su lugar y entender por qué se desenvuelve de determinada forma". También explora su ubicación en la empresa, con quiénes trabaja, su formación, su entorno personal y qué espera de su trabajo. Y en función del diagnóstico se pactan una serie de entrevistas.
La práctica
Cristina Oneto, Directora de Recursos Humanos de la consultora Horwath Canepa aún recuerda cuando, en apenas 3 años, se triplicó la cantidad de gente de su equipo de trabajo. "Era algo complejo en cuanto al control y al reporte y mi visión era diferenciadora entre los viejos miembros y los nuevos colaboradores. Debimos trabajar muy intensamente el tema de la confianza en el coaching", recuerda hoy.
A partir de aquí, el "coach" ayuda al profesional en un proceso reflexivo de sí mismo para que pueda ver los problemas con una mirada distinta a la que él tiene. El "coach" indaga, pregunta e interpreta como percibe esta persona los temas y bajo qué situaciones en común entra en conflicto, o si se da siempre con personas a su cargo, o con pares, con varones o mujeres, etcétera.
La idea es que la persona vaya cambiando gradualmente su forma de actuar, y cuando esto sucedió se elabora un plan imaginando como sería la situación futura donde suele tener conflicto y de qué manera actuaría ahora, ya que se supone que entendió cómo manejar su problema.
Luego de que la persona experimentó en la realidad la situación, se analiza su mirada sobre lo ocurrido para hacer una retroalimentación. Y en algunos casos es posible que el coach presencie la situación. El proceso puede durar dos meses y el valor del servicio no se vincula con la dificultad del problema sino con el tiempo que el coach dedica a la persona. Habitualmente el costo total llega a los 5.000 pesos.
Sanvido, reconoce que "como los asuntos por los cuales se ne cesita un proceso de Coaching están relacionados con cuestiones humanas y de la personalidad es muy posible que el resultado del proceso también pueda notarse en situaciones de la vida fuera de la empresa".
Gustavo Prévide, ejecutivo de Petrobras, admite que luego de pasar por las manos del coach logró que su gente pueda trabajar más motivada y mejorar el clima organizacional. Pero, además, reconoce logros en su vida personal: "logré una mejor relación con las personas en general y esto se extendió a una mejor calidad de vida y de comunicación con mi familia".
El "coach" no es un consejero sabio: El ejecutivo tiene que darse cuenta por sí mismo de sus puntos débiles, analizar como corregirlos y no debe esperar un consejo específico y directo, "En el Coaching no vale el consejo", afirma Sandivo y agrega que "es un proceso que implica desaprender lo aprendido".
Los ejecutivos de empresas grandes no son los únicos que pueden necesitar ayuda. "Los dueños de pymes no tienen el mismo entorno y respaldo de las multinacionales para tomar decisiones en diversos temas ni pueden contratar un consultor para cada situación; por eso, recurren cada vez más a un coach para mejorar su forma de tomar decisiones", explicó Sanvido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario