martes, 7 de agosto de 2007

Menos deseos, mas felicidad.

Arthur Schopenhauer decía "Mientras se esté sometido al caos de los deseos, con sus permanentes esperanzas y temores, no será posible alcanzar nunca un estado de felicidad o paz duradero", y tiene razón, nosotros imponemos en el mundo lo que creemos, pensamos y sentimos y, luchamos para conseguirlo.
Todos en algún momento emprendemos la búsqueda del estímulo, argumenta Desmond Morris. Cada uno de nosotros tiene necesidades primarias, que sí no son satisfechas, morimos, y si nuestras necesidades puramente humanas, tales como la Seguridad Personal, la Intimidad, el Placer, el Reconocimiento, la Identificación, la Filiación, el Arraigo y, las pasiones como el ansia de Poder, de Vanidad, de conocer la Verdad, de Amor y Fraternidad, y la pasión por la Creatividad, no estan lo suficientemente satisfechas, entonces "enfermamos" y, la consecuencia es la Neurosis, que el entorno nos impone conductas que pueden estar manifestadas en una forma o defecto socialmente modelado, y que de cierta forma sea subsanado.
Lo que un hombre, dice Erich Fromm, puede haber perdido en riqueza y en sentimiento auténtico de felicidad, por las condiciones sociales en las que está inmerso y que estan impuestas por las reglas sociales, puede estar compensado por la seguridad de hallarse adaptado al resto de la humanidad o al grupo que pertenezca, en realidad este "defecto", puede haber sido convertido en virtud por la cultura y, puede así de esta manera procurarle un sentimiento más intenso de éxito. Nos comportamos de la manera como los demás lo esperan de nosotros, la autenticidad de nuestros actos dependerá de la aprobación social. Y esto parece ser, el destino de cada hombre en sociedad.
En una breve revisión de los inicios de la filosofía, se descubre el interés por la preocupación del conocimiento, interrogándonos sobre los aspectos fundamentales de la existencia y la experiencia. La filosofía intenta ver que tan lejos es capaz de llevarnos la razón, preguntándose sobre la naturaleza de la percepción, la experiencia y el entendimiento humano, es decir, la esencia última de todo aquello que existe, (Ontología) y cómo después de todo, podemos conocer, (Epistemología)
Es la razón lo que permite distinguir la filosofía de la religión y el arte. A su vez la ciencia, el arte y la filosofía, no son mas que distintas formas de abordar una realidad, el misterio del universo y del ser humano. Toda persona con un mínimo de curiosidad intelectual se sentirá atraída por cualquiera de estas tres actividades, de una u otra forma.
Desde hace mas de dos mil años, en los inicios de la filosofía en la antigua Grecia se pretendió comprender el mundo con el uso de la razón, no de la religión, se les enseñaba a otros a valerse de su propia capacidad de razonamiento, de pensar por si mismos y discrepar de las mismas enseñanzas establecidas, lo cual resultó ser un valioso instrumento en el proceso del conocimiento y el entendimiento.

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