viernes, 10 de agosto de 2007

El gurú de management

Considerado el líder empresario del siglo XX por las revistas de negocios de Estados Unidos, Jack Welch nació en 1935 en Peabody, Massachusetts, en una familia de irlandeses católicos, un padre maquinista y una madre ama de casa. Estudió ingeniería química en la universidad de Massachusetts Amherst e hizo un posgrado en la de Illinois.

Una vez terminados sus estudios, en 1960, comenzó a trabajar en GE, de donde casi se va al año siguiente porque odiaba la burocracia del grupo. Cuando asumió como presidente, en 1981, GE empleaba a 411.000 personas. En 1985 quedaron 299.000. La compañía aumentó su valor en US$ 400.000 millones en las dos décadas de su liderazgo, más que todo el tamaño de la economía argentina actual.

Llegó a ganar US$ 94 millones por año en GE. Su plan de retiro de la corporación le reditúa 8 millones anuales. Con un bypass desde hace once años, se divierte con el golf, pero dedica la mayor parte de su tiempo a dar conferencias de management por el mundo.

"Cada vez que hicimos dinero en la Argentina hubo una devaluación", dijo el viernes en su disertación en la feria Expo Management. "Si no puedo hacer negocios me iré a otro lado."

A lo largo de su actual carrera como gurú de management, Welch ha dejado un decálogo para el liderazgo empresario:



Sólo hay una vía: la vía correcta. Es la que establece el tono de la organización.



Esté abierto a lo mejor que cualquier persona, en cualquier lugar, tiene para ofrecer. Transfiera el aprendizaje a lo largo de su organización.



Ponga a las personas correctas en los puestos correctos. Es más importante que desarrollar una estrategia.



Una atmósfera informal es una ventaja competitiva.



Asegúrese de que toda persona cuente y de que todos sepan que cuentan.



La autoconfianza legítima es una ganadora. La verdadera prueba de autoconfianza es la valentía de abrirse.



Los negocios tienen que ser divertidos. Las celebraciones energizan una organización.



Nunca subestime al otro.



Entienda dónde se agrega valor realmente y ponga a los mejores allí.



Sepa cuándo entrometerse y cuándo alejarse. Es puro instinto.


Entre las frases célebres que Welch pronunció en sus diversas conferencias figuran algunas como "las diferencias entre liderazgo y gestión son farfullas académicas", "no aceptes un trabajo porque es lo que tu madre quiere" o "las empresas que triunfan son lo único que sostienen nuestras sociedades; los gobiernos no crean nada".

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