Brian Weiss: cochero de almas
Es el creador de la terapia de vidas pasadas, basada en la reencarnación. Postula que numerosas enfermedades se explican y alivian cuando las personas “recuerdan” sus vidas anteriores. Incluso las de hace milenios, a las que sería posible regresar de la mano de la hipnosis
–Soy judío en esta vida, pero fui católico, fui un sacerdote católico, fui budista, fui hindú, y un poeta musulmán en otras vidas. Todos cambiamos de raza, de religión, de nacionalidad, de género. De todo, debemos aprender.
Después de una respetable carrera como psiquiatra convencional, se divorció del conocimiento científico y se internó en un camino distinto, que en poco tiempo le ofreció más fama y posiblemente también mejores ingresos: la terapia de vidas pasadas, el enfoque terapéutico según el cual el camino que recorren las almas en sus sucesivas reencarnaciones permite hallar el motivo profundo y real de muchas de las angustias que nos acompañan en nuestra actual existencia.
Autor de varios libros, Brian Weiss viaja por el mundo dando clases y seminarios. Y a pesar de que nació en Nueva York, una de las ciudades más fascinantes del planeta, desde 1974 vive en Miami. Semejante decisión, justifica, es simplemente porque allí el clima es más benévolo. Mientras comenta con tranquilidad que observando la Torre de los Ingleses, en Retiro, tuvo un déjà-vu y regresó a una vida pasada, repite –seguramente por vez número mil– cómo llegó el gran cambio a su vida.
–¿Regresión e hipnosis es lo mismo?
–No, la hipnosis es un proceso de concentración y la regresión es retroceder en el tiempo a través de los recuerdos. La hipnosis permite la regresión, es una puerta. Se puede volver más atrás en la vida actual y también llevar a la persona a otras vidas anteriores a ésta.
–¿La hipnosis no es dormir, estar inconsciente?
–No, es concentrarse, dirigir la atención hacia un punto, con el cuerpo relajado.
–Usted plantea que las almas reencarnan para aprender. ¿Esto es eterno?
–Sí. Nuestras almas son eternas. El cuerpo no. Es como comprar un auto. Cuando el auto de gasta, bajamos y subimos a otro. El alma, en cambio, es inmortal.
–¿Y no es peligroso hacer regresiones con pacientes psicóticos, o con ataques de pánico, o con cuadros muy inestables?
–No aplico este trabajo con pacientes psicóticos, a pesar de que algunos terapeutas están haciéndolo. Yo utilizo la hipnosis como herramienta para lograr la concentración, y a veces la gente que sufre Alzheimer, psicosis o demencias no lo logra. Pero sí lo uso para depresión, ataque de pánico o problemas físicos.
–¿Y qué porcentaje de personas son capaces de hacer regresiones?
–En Buenos Aires, hace algunos años, di una conferencia ante 700 personas y el 80% recordó una vida pasada.
–Y una vez que uno la recuerda, ¿la recuerda siempre en forma consciente?
–Más y mejor que un sueño.
–¿Y eso no desestabiliza psicológicamente? Quizás uno ya tiene muchos problemas en esta vida y vivir, además, arrastrando vidas anteriores…
–No, en realidad esta terapia ayuda a superarlo. Supongamos que alguien ha sentido temor a ahogarse desde que era chico. Y en la regresión recuerda que se ahogó en el siglo XVI. El síntoma, en general, desaparece. La terapia no crea los síntomas, los elimina. Parece algo similar al psicoanálisis: al recordar, uno entiende. Es una catarsis.
¿Cada cuánto se reencarna?
–Puede ser muy rápido o muy lento. Según la necesidad de lo que el alma tenga que aprender. Y con quién tiene que volver, con qué otras almas tiene que volver. Porque en realidad nos reencarnamos una y otra vez, y esto junto a muchas de las mismas almas. Por eso uno a veces siente que ya "conoce" a la gente de otra vida, y esto puede ser así.
–¿Alguna vez publicaron sus investigaciones en alguna revista científica?
–Fueron ofrecidas, pero rechazadas. Es una paradoja: ¿cómo hacemos que esto sea estudiado y analizado por pares si nunca lo aceptan? Yo solo, sin incluir a todos los miles de terapeutas que hacen este trabajo en el mundo, tengo varios miles de casos. Freud, que creó el psicoanálisis, lo hizo con ocho casos. Y fundó una escuela, pero llevó años y años en lograr aceptación. Hay dos niveles: uno es el terapéutico, y no cabe duda de que esto funciona –hay miles de casos documentados–. El otro es el nivel de la validación, que es muy difícil. Porque también se vincula con un enfoque filosófico. ¿Son vidas pasadas o quizá pueden ser vidas simultáneas, en dimensiones paralelas? Los físicos modernos saben más que los psiquiatras sobre esto.
–El alma va hacia el pasado. ¿Y también puede ir hacia el futuro?
–Muchos sueñan sobre el futuro. Los llamamos sueños precognitivos. Hay gente que ganó la lotería por soñar el número.Y los físicos dicen que sí, que uno puede hacerlo porque el tiempo gira, hace una curva; casi lo contrario de lo que uno podría creer a primera vista.
–¿Cree en la vida extraterrestre?
–Yo creo que sí. Hablé con Carl Sagan, y dijo que estadísticamente tenía que ser así.
–¿Qué idea tiene del karma?
–El karma no es un castigo. Tiene que ver con el aprendizaje. Es un concepto similar a aquel que dice que uno cosecha lo que sembró. Todas nuestras acciones tienen resultados y somos responsables por nuestras acciones.
–¿Y cuando ve niños muertos de hambre piensa que cumplen con su karma?
–Quizá sí, quizá no. No se sabe. Quizá se están ofreciendo como voluntarios para volver a nacer y enseñar sobre el amor, para que otras personas puedan aprender a ser compasivos, a compartir. Quizá son almas muy sabias, que saben que van a vivir corto tiempo y luego volver hacia el otro lado…
–¿Qué es "el otro lado"?
–El cielo, el paraíso. Como quiera usted llamarlo. Son dimensiones superiores.
–Según esta teoría, entonces, no existen ni el bien ni el mal, ni las buenas ni las malas acciones…
–En lugar de mal yo hablaría de ignorancia. De gente que no entiende que somos seres espirituales y que estamos acá, en la escuela, aprendiendo. Y esta gente fracasa una y otra vez.
–Desde esta postura, Hitler, entonces, no era malo, sino ignorante...
–Sí...
–¿Usted les dijo esto mismo a las víctimas del Holocausto?
–Sí. Porque muchas de ellas ya han vuelto a nacer y las encuentro constantemente.
–¿Y cómo se sienten?
–Maldad es simplemente una palabra. Hitler fue terrible, lo mismo pasó con Stalin u otros. ¿Qué importa cómo los llamemos? Sus almas tienen que aprender todavía. Un niño de tercer grado, ¿es malo porque no sabe sumar, restar, multiplicar y dividir o es ignorante porque no llegó al nivel de aprendizaje? La gente siempre fue violenta; ésa es una de las lecciones importantes que tenemos que aprender. Pero Hitler tiene mucho por hacer. Es su karma. No tiene solamente que compensar a estas personas, sino también a sus familiares. El va a sufrir durante miles de vidas. Y eso es peor que el infierno.
Brian Weiss, nacido en Nueva York en 1944, es autor de los best sellers Muchas vidas, muchos maestros; Lazos de amor; A través del tiempo; El mensaje de los sabios; Meditación; Espejos del tiempo, Eliminar el estrés. Su último libro, publicado recientemente, se titula Muchos cuerpos, una misma alma.
Se graduó en las universidades de Columbia y Yale, y es director honorario del Departamento de Psiquiatría de Hospital Mount Sinai en Miami, EE.UU. Está casado con Carol, tiene dos hijos y es abuelo de dos niños pequeños.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario