martes, 3 de julio de 2012
¿Podrá China salvar al mundo?
Por Jorge Oviedo | LA NACION
Europa parece no lograr salir de un escenario mayoritariamente recesivo y los Estados Unidos crecen poco. ¿De dónde saldrá el crecimiento que se necesita para que el mundo no vuelva a la Gran Recesión de 2008 y 2009? Una solución posible es que China aumente su consumo interno y así mantenga sus altos niveles de demanda de materias primas, lo que beneficiaría mucho a los países productores, como la Argentina.
¿Es posible? Sí, en teoría. Pero hay opiniones diversas acerca de una maniobra así. En primer lugar, porque ya la usaron en 2008 y 2009. Los chinos lograron mantener el crecimiento, pero hay quienes creen que se acumularon muchos desequilibrios e inconsistencias. ¿Como en la Argentina?
Los más pesimistas creen que los malos créditos dados para sostener la actividad pueden llevar a una crisis financiera. Los más moderados dicen que eso se evitará, pero que China necesita crecer fuertemente para evitar esa crisis de malos créditos y también la acumulación de tensiones sociales. El riesgo es disparar la inflación. ¿Otra similitud con la Argentina?
El problema es que China quiere, por supuesto, salvar su crecimiento económico y su estabilidad social, y al resto del planeta le vendría bien, de paso, que también lo rescatara.
¿Podrá? Tiene una economía grande y un mercado interno potencial enorme, pero ¿alcanza con eso?
Uno de los problemas es que los chinos no son propensos al gasto. Más bien, son increíblemente ahorrativos. El prestigioso economista argentino Guillermo Calvo, director del Instituto de Asuntos Internacionales de la Universidad de Columbia, tiene algunas precisiones.
"Los chinos ahorran el 50% del producto bruto, es una barbaridad; la gente ahorra tanto porque tiene terror a hacerse viejo, ya que la población cuenta con muy poco apoyo a pesar de que es un país comunista. Ahorran un montón por el terror a qué les va a pasar cuando ya no puedan trabajar."
Desde noviembre, China ha bajado dos veces los requerimientos de reservas a su sistema bancario, lo cual le deja más dinero disponible para prestar. El Banco Mundial calcula que las exportaciones del gigante de Asia pueden tener este año las menores tasas de crecimiento desde 2008, el año de la Gran Recesión.
Si los privados chinos no consumen e invierten más, puede hacerlo el Estado y así estimular la actividad. Pero vuelven a surgir las dudas, porque ya se hizo en 2008, y los resultados no fueron del todo buenos. Los más alarmistas dicen que se agravó el riesgo de una crisis financiera.
John Chambers, director ejecutivo y Chairman del Comité de Calificación de Riesgos Soberanos de Standard & Poor's, reconoce: "Los chinos, durante la recesión global, implementaron un gran estímulo fiscal a través de los gobiernos locales y sus plataformas de inversión. Esto fue financiado por bancos locales, entre otras cosas, lo que incrementó el crédito doméstico en un 30% del PBI, lo que es enorme".
Calvo asegura: "Les dieron crédito a las diferentes provincias y lo gastaron haciendo a veces ciudades que no se ocupan, proyectos que no sirven para nada, pero no pueden mejorar la salud. Cuando ellos redirigen la demanda hacia dentro, la oferta es muy inelástica, directamente le ponen presión a la poca oferta que hay, y eso les produce inflación". Y precisa: "La inflación para ellos es una mala palabra porque la han vivido: en los años 40 han tenido una inflación muy alta. Al pobre tipo que ahorró en los bancos a tasas de interés miserables, un poco de inflación le come todo. Ahí revienta el país, políticamente. A eso le tienen miedo. Además que ya vieron la película con la perestroika. Le tienen terror a la inflación; apenas la ven subir un poco, la paran, entonces no tienen mucho lugar para manejarse con la demanda interna".
Chambers cree que "dado el estado de desarrollo de China, hay todavía mucha obra pública que otorga una tasa positiva de ganancia; no todos son elefantes blancos. Si continúan creciendo a altas tasas de un dígito en términos reales, se puede costear el tener algunos malos préstamos. Creemos que el sistema financiero será capaz de absorber las futuras pérdidas".
En eso Calvo y Chambers coinciden. China necesita seguir creciendo bastante. Para evitar toda clase de problemas, desde los sociales hasta los financieros.
"El problema es que tienen una red de comercialización interna pésima. Yo lo pienso como una manzana podrida que tiene una cáscara muy sana. Ahí en la cáscara es donde han estado produciendo. Adentro no tienen nada, es una economía totalmente primitiva. Ellos consideran que tasas de crecimiento de menos del 6% les traen serios problemas políticos internos. Han bajado un poco, pero todavía están arriba. Ese es el signo de pregunta serio. Si China no mantiene el sistema, entramos en una vuelta donde nosotros, en el Sur, vamos a sufrir. No es seguro por el momento, pero está medio en la cuerda floja", dice Calvo.
Chambers concede que "una segunda recesión global sería muy difícil de sobrellevar", aunque aclara: "Creo, sin embargo, que tienen margen para maniobrar ciertamente en el sector externo, así también como en el fiscal".
Calvo explica: "Mirando de acá para adelante, las chances de seguir creciendo, para ellos depende mucho de la comercialización con nosotros y, obviamente, para nosotros también, entonces por ahí se arma la cadena. La cuestión es si esta recesión en el norte y noroeste del mundo no va a bajar la tasa de crecimiento a niveles que les cree ya problemas serios".
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