miércoles, 9 de mayo de 2012
"Es un incumplidor serial", afirmó Randazzo
Por Mariano Obarrio | LA NACION
La mira está puesta en las elecciones presidenciales de 2015. El gobierno de Cristina Kirchner eligió dos blancos para una misma política: uno es el extrapartidario Mauricio Macri, de Pro; el otro, de sus propias filas, es Daniel Scioli. La lógica que determina esta estrategia de demolición a dos puntas reside en que la Casa Rosada visualiza a ambos como los dos únicos candidatos en condiciones ciertas de suceder a la Presidenta, que no le responden.
Además, Macri expresa una filosofía política de centroderecha, una categoría que demoniza la Casa Rosada. Y en esa vertiente los ultrakirchneristas ubican también a Scioli. El encargado de atacar al jefe del gobierno porteño ayer fue el ministro del Interior, Florencio Randazzo. "Macri es un incumplidor serial de la ley y sus declaraciones son lamentables", dijo el ministro.
La última señal de ataque la había dado Cristina Kirchner, el jueves pasado, cuando instó a Macri a pagar un mayor canon por la basura que la Ciudad deposita en el Ceamse, en la provincia de Buenos Aires. La Ciudad le transfiere unos $ 400 millones por año a ese organismo, que es bonaerense y porteño.
El gobierno de Scioli se montó al ataque presidencial, pese a que ésta también bendice a sus laderos, periódicamente, para que apremien al gobernador, otra amenaza en la sucesión al cristinismo. De eso se encargan el vicegobernador Gabriel Mariotto y La Cámpora.
Según confiaron a LA NACION en la Casa Rosada, Cristina Kirchner sabe que Macri decidió enfrentarla para polarizar el electorado, habida cuenta de que la oposición quedó desdibujada y descuenta que podría capitalizar a la franja de descontentos con el cristinismo. No es el caso de Scioli.
"Cristina y los ministros van por Macri. Le van a embarrar la cancha para que llegue al 2015 con la Ciudad en mal estado y él debilitado para las presidenciales", confió un funcionario que conoce la estrategia oficial. "Lo único que aparece en la oposición de centroderecha es Macri: lo van a limar. También a Scioli, aunque con algo más de disimulo", agregó.
La estrategia de acorralamiento a Macri incluye la basura, la salud, la educación y la vivienda, caballitos de batalla kirchneristas que remiten a las políticas sociales. También lo atacarán por el traspaso no resuelto de los subtes, de la Nación a la Ciudad, y por el incumplimiento del programa Basura Cero, como ayer lo subrayó Randazzo. Además, en Balcarce 50 admiten que la Nación no ayudará económicamente al distrito porteño para avanzar en la obra pública.
Macri denunció ayer eso: que Cristina Kirchner traba y asfixia a la Ciudad para someterla y que no tenga autonomía.
En el Congreso, Randazzo dijo que Macri no cumple con la ley de traspaso de los subtes ni con el acta acuerdo de transferencia firmada con la Nación. "El jefe de gobierno tiene que cumplir con la ley y hacerse cargo de los problemas", dijo el ministro.
Además de retaceos de recursos para la obra pública, el kirchnerismo presentó un proyecto de ley en el Congreso para quitarle al Banco Ciudad $ 6000 millones de depósitos judiciales. En noviembre, le sacó los subsidios al alumbrado público y otros servicios que pagaba el distrito. Mantiene además una sorda disputa por los cortes en la Villa 31 y le retiró la Policía Federal de los hospitales, escuelas y oficinas porteñas.
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