martes, 22 de mayo de 2012

El peronismo crítico empezó a dar batalla

Buscan un candidato a Presidente. Sondean a Daniel Scioli y a Mauricio Macri, pero todavía no los convence. No descartan apoyar a un eventual "tapado" (¿Sergio Massa?, ¿Juan Manuel Urtubey?) siempre que sea capaz de darle pelea al oficialismo. Hasta tanto el dilema se resuelva, el peronismo no kirchnerista intenta reconstruir sus fuerzas con el fin de cotizarse al mejor postor en el momento oportuno. El grupo se bautizó como Frente Unidad Peronista (FUP) y nació como espacio opositor para intentar meter cuña en el oficialismo y birlarle su componente peronista. Lo integran dirigentes de distintas corrientes, todos ellos unidos por el espanto al Gobierno: los diputados nacionales Alfredo Atanasof, Carlos Brown, Graciela Camaño, Francisco de Narváez, Gustavo Ferrari, Natalia Gambaro, Alberto Roberti y Claudia Rucci. A ellos se suma el único intendente que sobrevivió al vendaval electoral del kirchnerismo, Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas. El elenco lo completa una decena de diputados y senadores provinciales bonaerenses. Su presentación formal en sociedad fue ayer en un acto en Malvinas Argentinas en el que hubo unos 1500 militantes de la primera sección electoral bonaerense. Sin embargo, este grupo ya hizo su debut el miércoles pasado, al desplegar en la Legislatura bonaerense el más puro estilo peronista para pergeñar, junto con el resto de la oposición, el fracaso del gobernador Daniel Scioli en sancionar la ley de revalúo inmobiliario. La impotencia del gobernador en reunir en quórum fue festejada como un triunfo por los peronistas disidentes. "Nuestra identidad es ser oposición. Mientras Daniel siga respondiéndole a Cristina [Kirchner], no hay posibilidad alguna de acuerdo", enfatizan. Su obsesión, ahora, es sumar adeptos de donde sea, aunque saben que no será fácil. No sólo por el estigma de la derrota que cargan desde la paliza electoral que les propinó el kirchnerismo el año pasado, sino por las represalias del Gobierno a quienes osen sacar los pies del plato. "La sucesión del kirchnerismo provendrá del peronismo. No será ni de la UCR, ni del FAP, ni de una alianza entre ambos: no tienen hambre de poder como tiene el peronismo", aseveran en el grupo. Sin embargo, como buenos peronistas que son, admiten la necesidad de un liderazgo que los conduzca; hoy no lo tienen. De Scioli desconfían; si bien mantienen con él una buena relación -con el nexo de Pepe Scioli, quien se habría acercado otra vez a su hermano-, los disidentes quieren la certeza de que Scioli romperá con el kirchnerismo. "No creo que «tenga uñas de guitarrero» para enfrentarse a Cristina", deslizan. También miran con recelo a Macri, líder de Pro y jefe del gobierno porteño. El más desconfiado es el intendente Cariglino. Ninguno quiere saber nada de una eventual candidatura de Gabriela Michetti en la provincia, una hipótesis que cada tanto lanza el macrismo ortodoxo. "Todo bien con Gabriela, pero el candidato en la provincia tiene que ser peronista", insisten. De Narváez ya se anotó otra vez para esa partida y comenzó a recorrer el territorio como si estuviera en campaña. "Seguramente Alicia Kirchner, que mide bien, jugará en provincia. Tenemos que estar preparados", dicen los "colorados". Sin embargo, nadie en el FUP le aseguró lealtad; el peronismo, fiel a su estirpe, sólo se alineará cuando el liderazgo surja incontrastable.

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