lunes, 13 de febrero de 2012

Todo el poder en manos de un solo hombre

Por Joaquín Morales Solá | LA NACION
Lo llaman " el virrey ". Es secretario de Estado, pero tiene más poder que todos los ministros juntos. La economía argentina no se mueve si él no la mueve. Está en condiciones de disponer de la vida de los argentinos enfermos. Sólo él decide qué empresarios ganarán y cuánto ganarán. No quiere aumentos salariales sin su consentimiento. Decidió que la Argentina vivirá o morirá con lo suyo, pero sólo con lo suyo. De espaldas a cualquier mundo. Ha puesto en revisión las políticas, las órdenes y los hombres de Néstor Kirchner. Se llama Guillermo Moreno.

Están destruyendo el legado de Néstor Kirchner, se oyó decir a un viejo kirchnerista. Moreno acusa a Amado Boudou ante sus interlocutores. El vicepresidente le está dando la razón con los turbios manejos que se conocen sobre la propiedad de la empresa Ciccone Calcográfica. Y con su sugestivo silencio. En este caso, la balacera verbal golpea en el despacho presidencial. Néstor Kirchner nunca hubiera elegido a Boudou como vicepresidente. Moreno alude también con los peores términos a la ministra de Industria, Débora Georgi.

Sus párrafos más alarmantes se los dedica, sin embargo, al ministro de Planificación, Julio De Vido. Hay que revisar. Por ese ministerio ha pasado mucha plata en los últimos años , amenaza. De Vido tiene una gestión larga, polémica y cuestionada, pero todo lo que hizo fue ordenado o autorizado por el ex presidente muerto. Esto terminará en Kirchner , se sobresalta aquel kirchnerista. Dicen que De Vido suele mirar con cierta envidia a Aníbal Fernández; éste estará bajo la protección del Senado hasta el año 2017.

Muchos empresarios creen que la economía argentina se bloqueará dentro de pocos meses. Moreno está dejando sin insumos importados a la industria nacional. La producción argentina es muy dependiente de las importaciones. La industria automotriz sólo fabrica aquí el 30 por ciento de su producción. La matriz de esa industria está muy integrada con Brasil; esa fue la condición que pusieron en su momento las empresas automotrices para radicarse aquí y venderle autos a Brasil. Por cada punto de crecimiento de la industria argentina en general, la importación de insumos sube entre 3 y 4 puntos. Sólo un 11 por ciento de las importaciones totales es para bienes de consumo. La brecha entre las exportaciones y las importaciones no se ampliará por la sola caída de las importaciones. También caerán las exportaciones.

Las farmacias reconocen que hay unos 200 remedios que están faltando. Son fabricados aquí, pero requieren de drogas que se importan del exterior. Hay escasez creciente de medicamentos oncológicos y psiquiátricos. Esos tratamientos no se pueden cortar. Las drogas importadas deben pedirse con un año de anticipación, porque se hacen para una empresa en particular. Ninguna droga se vende al mejor postor. La escasez de remedios crea, a su vez, una psicosis social, que eleva el nivel de demanda. No tendrán problemas , les dijo Moreno a algunos fabricantes de medicamentos. Nada más. Discrecionalidad pura. No hubo una sola resolución que avalara la promesa del funcionario.

No giren, no paguen , les ordena Moreno a las empresas extranjeras. Una empresa española y otra portuguesa tienen el mismo problema. Les negarán el permiso para importar si no lo hacen a cambio de exportaciones. Las dos fábricas necesitan de los insumos importados para poder exportar los productos terminados. La discusión es interminable. El funcionario preferido de Cristina Kirchner mandó a una empresa automotriz que no hiciera un giro de dólares al exterior. Se trata de pago a proveedores, explicó la empresa. No lo haga , le replicó Moreno.

Una institución bancaria estatal estuvo a punto de caer en default, no por falta de dinero, sino por una orden del secretario de Comercio. La entidad se salvó por la decisión de su presidente de no cumplir con la orden. Una de las compañías telefónicas no puede terminar un proyecto para ampliar su red de telefonía celular. Moreno no la deja comprar dólares para adquirir imprescindibles insumos en el exterior. La Secretaría de Comunicaciones intima a la telefónica para que termine su proyecto, pero Moreno la conmina a no hacerse de dólares. Un grupo de políticos estaba reflexionando sobre estos asuntos cuando llegó uno con la noticia de que Moreno había prohibido la entrada al país de la revista española Hola . El debate se convirtió en una fiesta de taberna. Nada puede ser serio.

¿Cómo puede ser que una economía que produce 450 mil millones de dólares esté pendiente de un hombre? , se pregunta un diplomático extranjero, fatigado por las quejas de sus empresas. Es así. Moreno decide si entra una camisa o un pantalón. Un auto o un camión. Un par de zapatos o un medicamento. También decide cuánto costarán. Muchos países tienen reglas para las importaciones y la Argentina kirchnerista se cansó de denunciar el proteccionismo de otros países. Tienen reglas. Esa es la diferencia. La Argentina es ahora uno de los países más proteccionistas del mundo, pero sin reglas.

¿Qué resulta de esa diferencia? Un banco francés ofreció créditos para proyectos empresarios, pero el valor mínimo del crédito debía ser de 30 millones de dólares. No encontró un solo proyecto de ese valor, módico por donde se lo mire. Unas 130 empresas portuguesas vinieron hace pocos meses para explorar posibilidades de inversión, porque en Europa el consumo se encogerá durante mucho tiempo. Ninguna decidió invertir un dólar en la Argentina. Fuentes del sistema financiero señalan que hay unos 50 mil millones de dólares de argentinos en cajas de seguridad. Nadie quiere arriesgar ese dinero en inversiones o en depósitos bancarios. La arbitrariedad es un exceso de poder que ahuyenta la confianza de cualquier origen.

El legado de Kirchner. No sólo De Vido está bajo el fusil del militarista Moreno. También YPF y la familia Eskenazi han caído en sus garras. Las reservas argentinas de hidrocarburos cayeron en la última década (y eso es cierto) como consecuencia de una política populista que congeló tarifas y espantó a los inversores. El Gobierno habla del tema como si hubiera recibido una mala herencia. ¿Herencia? En mayo se cumplirán 9 años de administración kirchnerista. YPF hizo importantes inversiones desde 2010, pero eso no podría compensar la falta de condiciones para la inversión que prevaleció durante casi una década.

Nadie sabe qué pasó con la familia Eskenazi. Sus miembros están en YPF porque Néstor Kirchner pidió en su momento socios argentinos que fueran sus interlocutores (es decir, que manejaran la empresa). Se rumoreó que el conflicto se debió a la decisión de argentinos y españoles de cobrar sus ganancias y girarlas al exterior. Resulta que los dividendos de YPF significan sólo el 8 por ciento del volumen anual de dinero que controla la empresa. Es más probable que el Gobierno esté buscando un culpable para el déficit energético y la caída vertical de los subsidios al consumo de servicios públicos. En el barrio de Devoto, en la Capital, algunos vecinos recibieron las facturas de gas sin subsidios, pero, además, con un adicional de unos 400 pesos para financiar las importaciones de combustible.

Moreno se pavonea en Olivos. Se frenó la salida de capitales y cayeron las importaciones, dice. Así son sus victorias. Duran unos días o unas semanas. Después quedará tierra arrasada. La Presidenta mira la economía con la lógica de la política: busca los culpables y no las causas. Moreno encaja, perfecto, en ese método. Algunos empresarios, pocos, proponen hacer una propuesta antes de que se derrumbe la producción argentina. El resto mira al Gabinete para imitarlo. Los ministros decidieron balconear la fiesta de Moreno hasta que, aseguran, encuentre la pared con la que chocará, irremediablemente

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