Kirchner cubre todo con el manto de las ideologías. Incluso, le da lo mismo pelearse con los dueños de los grandes medios que con un cronista preguntón. Pero no todos los negocios encubiertos salen fácilmente ahora del Congreso. La oposición en el Senado, todo el no kirchnerismo, dejó sin quórum la última sesión de la Cámara; la reunión se cayó. ¿Por qué? En el proyecto de ley para aumentar el IVA a los teléfonos celulares y computadores, diputados oficialistas habían modificado leve e imperceptiblemente un ítem. Esa modificación beneficiaba a una empresa que fabrica aparatos de aire acondicionado y creaba virtualmente un monopolio. ¿Qué tendrán que ver los celulares y las computadoras con el aire acondicionado?
No sabíamos que estábamos ante una maniobra así , se disculparon luego los senadores oficialistas. ¿Habrán perdido los anteojos los senadores kirchneristas? ¿O están acostumbrados a no leer nunca lo que votan? El proyecto original, sin la modificación de los diputados, había sido pedido especialmente por Cristina Kirchner para devolverle favores a Fabiana Ríos, gobernadora de la provincia beneficiada por la medida, Tierra del Fuego. Nadie pudo responder si la modificación introducida por los diputados fue también un reclamo de los Kirchner o si se trató de negocios personales.
Aquella fue una dura advertencia de los opositores. Por fin, habían conseguido malograr una reunión del Senado. Otro mensaje fue el acuerdo de todos los bloques no kirchneristas, incluido el peronismo disidente, para frenar el proyecto de ley de radiodifusión. Sólo faltó la izquierda de Pino Solanas y de Claudio Lozano, pero éstos se opusieron por sus propias razones a ese proyecto. El problema de los gobernantes es que los legisladores propios empiezan a vacilar: ¿conviene complicarse con la consumación del capricho personal de un matrimonio derrotado en la política y en las urnas? Esta pregunta es la que se hacen muchos diputados y senadores que eran, hasta hace diez días, disciplinados kirchneristas.
La oposición avanza en otras geografías. Julio Cobos no sólo intercambia mensajes con Eduardo Duhalde sobre una futura gestión presidencial del actual vicepresidente; también está arreglando las cuestiones internas dentro del radicalismo. El tiempo escasea. Cobos detesta perder las horas en internas partidarias. ¿De qué le servirían al vicepresidente los generosos pactos españoles que le propone Duhalde si los radicales anduvieran de trifulca en trifulca?
No será Raúl Baglini, candidato de Cobos, el próximo presidente del radicalismo. Cobos llegó a un acuerdo para que ese cargo lo desempeñen el actual presidente, Gerardo Morales, o el senador Sanz. Es probable que Morales y Sanz permuten sus actuales cargos, pero sólo si fracasara la reelección del actual presidente radical. En este caso, Morales podría ser el próximo titular del bloque de senadores radicales, y Sanz el presidente del radicalismo.
El acuerdo protegió también a Oscar Aguad como presidente del bloque de diputados radicales; Aguad venía siendo cuestionado por una interna que promovía a Ricardo Alfonsín en ese estratégico lugar del radicalismo. Sanz y Aguad son los más prestigiosos legisladores del radicalismo.
Scioli no tiene paz. Kirchner le dijo a alguien que le susurró a alguien cercano al gobernador que sería mejor que éste emigrara a la Cámara baja y dejara la poltrona de La Plata. Kirchner nunca se lo pidió a Scioli ni le mandó un mensaje directo, pero existieron esos correveidiles sin nombres. El gobernador despidió en el acto a su ministro de Asuntos Agrarios, Emilio Monzó, como una manera de amigarse con Kirchner. Monzó era comprensivo con los ruralistas. También hay que enfrentarse con los endiablados ruralistas para amigarse con Kirchner. Estoy jaqueado por los cuatro costados , se confesó Scioli ante un interlocutor íntimo. Duhalde le aconsejó que resucite los patacones para salir de la asfixia financiera a la que lo someten los Kirchner. Scioli estudia esa decisión.
¿Tenía necesidad Kirchner de atropellar contra Scioli, que nunca le hizo nada? No. Los días inconcebibles de ahora son así. Kirchner abre siempre otro combate y crea un enemigo nuevo hasta cuando duerme desde el momento en que vio de golpe el fin.
Ideologías, castigos y negocios
Por Joaquín Morales Solá
lanacion.com | Opinión | Domingo 6 de setiembre de 2009
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