miércoles, 9 de septiembre de 2009

"La frustración, la violencia y el delito son los frutos de la desigualdad"

-Usted dice que es la desigualdad, y no la pobreza, lo que genera el delito. Entonces, ¿en un país en el que fuéramos todos pobres se acabaría el problema de la inseguridad?

-Bueno, a grandes rasgos, es así. En contextos tradicionalmente pobres, la miseria no genera delitos, ya que no hay una gran distancia entre lo que una persona desea y lo que posee. No podrían aspirar a otra forma de vida sencillamente porque no la conocerían, además de que no habría a quien robarle. Desde ya que la inequidad no es la única variable que produce violencia social, pero sí es la más influyente. Pero cuidado: se trata de la inequidad dentro del contexto de una democracia occidental, que, en teoría, propone un mismo ideal de vida para todos, pero que, en la práctica, permite sólo a unos pocos aspirar a esas oportunidades.

-¿Por qué ha crecido tanto la violencia de los delincuentes?

-Tenemos que recordar que los jóvenes que hoy delinquen crecieron en la década del 90. Vivieron privaciones en la infancia mientras observaban el ascenso de otros grupos sociales. En el acto delictivo, están presentes el resentimiento contra la cultura convencional y el deseo de alcanzar estándares de consumo y de reconocimiento. El clientelismo también hizo lo suyo, porque el hecho de darles planes sociales a algunos y a otros no en la villa contribuyó a aumentar el resentimiento. Por eso, no cualquier plan social sirve para contener la criminalidad.

-¿Y cómo sabe que es la inequidad, y no otra variable, la que más influye sobre la producción de violencia social?

-En mi estudio, tomo, en 2004, países con bajos índices de desigualdad, y allí vemos que Finlandia o Suiza, los más equitativos, son también los más seguros. Y al revés: en El Salvador o en Venezuela, en donde hay mayor inequidad, también hay mayor violencia social.

-¿Y en la Argentina cómo estamos?

-Con la recuperación económica, entre 2001 y 2005, la brecha de desigualdad se acotó un poco y la tasa de criminalidad descendió. Ahora, después de 2007, la inequidad volvió a aumentar y, con ella, presumimos que lo hizo la inseguridad. Pero la falta de estadísticas confiables complica, efectivamente, el diagnóstico y la elaboración de políticas públicas

-¿Qué soluciones les propuso a los senadores?

-Entre las propuestas, incluí un Instituto de Asignación de Empleos dirigido a los sectores más vulnerables. Y, también, un ingreso básico ciudadano, promulgado mediante una ley nacional, que garantice mínimamente la vida. Eso acabaría con el clientelismo.

-Le aviso que va a cosechar críticas y le anticipo su contenido: si hay un ingreso universal, la gente no va a querer trabajar.

-Ese es un prejuicio. La gente no sólo trabaja por dinero, sino porque hace a su identidad, para socializar, para sentirse útil. Es una medida que se está aplicando con éxito en países tan disímiles como Alaska, Brasil, Canadá, Holanda o Sudáfrica. También me parece muy importante que la escuela incluya una educación para la vida. Que enseñe el valor de la no violencia en la resolución de conflictos y el de la templanza: esa cualidad que nos convence de no comprar placeres al precio de dolores, como es el caso del consumo de drogas.
Los intelectuales / Roxana Kreimer"La violencia social y el delito son frutos de la desigualdad"

La inequidad provoca frustración, dice la experta

lanacion.com | Cultura | Mi?oles 9 de setiembre de 2009

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