La provoca una bacteria que, una vez dentro de las plantas, ocasiona su gradual destrucción de manera tal que la única forma de combatirla consiste en la prevención. El mencionado microorganismo se aloja en un pequeño insecto, que a su vez se hospeda con preferencia en el mirto, un arbusto ornamental de presencia habitual en calles y plazas públicas, así como en jardines particulares, circunstancias que tornan difíciles las condiciones para la lucha contra el flagelo.
A partir de 2004, la plaga se hizo presente en plantaciones cítricas del centro y sur de Brasil, y en 2005, en el estado de Florida, en los Estados Unidos. Previamente había producido cuantiosos daños en Sudáfrica, Indonesia, Filipinas y Arabia Saudita entre otros países. Estos hechos han dado lugar a que se constituyera en la Secretaría de Agricultura un Programa de Prevención de HLB, a cargo de Senasa, del INTA y otros organismos tanto públicos como privados. Asimismo, se prohibió la reproducción, el cultivo y la comercialización del mirto.
La plaga ataca a todos los cítricos, vale decir a los limoneros, naranjos, mandarinos y pomelos, plantaciones radicadas principalmente en el Nordeste, que cubren principalmente las provincias de Corrientes, Misiones, Chaco, Santa Fe y Entre Rios; en el Noroeste, en Tucumán, Salta y Jujuy, y más al sur, en el nordeste bonaerense.
En esta variedad de citrus, la producción estrella está radicada en Tucumán, gran productor y exportador de limones bajo la forma de frutas enfriadas y de jugos de fruta, que ocupan el primer lugar en el comercio internacional. Se dedican a la citricultura 5300 productores asistidos por 500 plantas de empaque de los frutos y 16 fábricas de jugos, esencias y residuos para la alimentación animal en un complejo de alto valor agregado y fuente de trabajo para 120.000 personas. Nuestro país es el séptimo productor mundial de citrus, cuyo destino es, por un lado, satisfacer el consumo interno, con 22 kilos por habitante y por año, y, por otro, la exportación de frutas y jugos, que alcanzó el año pasado a los 900 millones de dólares.
La prevención del ingreso de esta temible plaga requiere una acción colectiva liderada por el Estado, pero de gran participación privada, tanto de los productores como de la sociedad en general, cuya vasta economía regional depende en buena medida de la producción citrícola.
Editorial IILa citricultura, en peligro
El arribo de una temible plaga a nuestras fronteras obliga a las autoridades a extremar los recaudos para la prevención
lanacion.com | Opinión | S?do 15 de agosto de 2009
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