A diferencia de los despidos masivos que están registrándose en otros países, en la Argentina el Gobierno se ha ocupado de subvencionar parte del salario de 77.888 empleados de empresas en crisis (53.609 de plantas con más de 100 obreros), ha creado un fideicomiso para rescatar la papelera Massuh, ha financiado a General Motors y Mercedes-Benz y ha buscado compradores para las autopartistas Paraná Metal y Mahle Rosario. Lo que la administración de Cristina Kirchner no puede hacer es frenar las cesantías de los trabajadores no registrados, que como en cualquier otra crisis superan a las de los que están en blanco.
El presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas (AAL), Guillermo Pajoni, reconoce que en esa entidad y en su propio estudio "se ve que los despidos en el sector informal se están produciendo con mayor intensidad desde abril". Pajoni afirma que en la economía en negro no se registran despidos masivos sino "hormiga". En algunos casos se paga la indemnización correspondiente; en otros, se abona sólo una parte, pero hay trabajadores que se quedan sin nada en la calle, según el presidente de la AAL.
Lo que no hay son estadísticas que contabilicen la destrucción de puestos de trabajo en negro. Lo que existe es la cifra de empleo informal, que según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) se redujo en el cuarto trimestre de 2008 (del 38% del total de asalariados al 36,4%) en relación con el período (ver Pág. 2).
"Uno ve que la crisis internacional empieza a hacerse sentir en la Argentina y además la crisis es usada como excusa para despedir", comenta Pajoni. "Se ve mucho despido en construcción, sector en el que el trabajo en negro es casi la regla. También hay en pequeñas empresas. Por ejemplo, las ligadas al sector automotor y al metalúrgico. En general es gente sin mucha antigüedad en su trabajo", observa el presidente de la AAL.
"Es dable esperar que crezcan los despidos del sector informal", opina Jorge Colina, economista del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). "La economía en negro funciona como flexibilización del mercado de trabajo. Es posible que el nivel total de empleo no varíe, que caiga el de empleo en blanco y aumente el no registrado. El Gobierno toma medidas puntuales, pero es muy intensa la expulsión del mercado de trabajo", observa el también investigador de la Escuela de Economía de la Universidad Católica Argentina (UCA), que en un reciente informe pronostica que el empleo en negro subiría a fin de año al 40%, el nivel que había en 2007.
Claudio Lozano, economista de la CTA y diputado de Proyecto Sur, observa que "el Gobierno se ha concentrado en evitar los despidos masivos en grandes empresas, pero no hay un tratamiento para el segmento de pymes, donde hay despidos hormiga". Lozano considera "una verdad de Perogrullo" que se acelere el despido de trabajadores en negro en tiempos de crisis, dado que no implica costo alguno (aunque el cesanteado puede iniciar un juicio). "Si las empresas grandes tienen situaciones complejas, las pymes tienen dificultades mayores porque sin crecimiento económico no pueden sobrevivir. Entre octubre y mayo, contamos en la CTA unos 200.000 despidos y la mayoría son en negro."
El vicepresidente de la AAL, Luis Enrique Ramírez, también detectó mayor cantidad de despidos de trabajadores informales a partir de marzo, en comparación con lo sucedido en los últimos cuatro años. "No hay un alud de gente que viene a nuestros estudios, como en otras crisis, pero hay más reclamos. No todos los días cierra una empresa, pero hay un ajuste que afecta sobre todo a los empleados en situación irregular."
En los estudios de abogados también se nota el aumento de las cesantías de quienes eran empleados no registrados. "Quizá se han duplicado las consultas", comenta Fernando Ardanza, del estudio Ardanza Herbón. El laboralista Gustavo Decurgez, de Decurgez y Míguez, coincide con la CGT en que hay despidos "por goteo". También señala que "rige un blanqueo laboral, pero las empresas prefieren sacarse gente de encima e ir a juicio porque saben que después arreglan".
Los despedidos de la economía en negro se las tienen que arreglar sin seguro de desempleo. "La situación del desempleado es terrible -observa el presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas (AAL), Guillermo Pajoni-. Se ha naturalizado mucho lo del desempleado, pero para él quedarse en la casa es como la muerte, vive con desasosiego y angustia el desamparo. Se transforma en cartonero, changarín y, en el peor de los casos, en ladrón."
La vida tras el despido depende del origen económico de cada trabajador. "Los operarios industriales y los empleados de comercio suelen carecer de ahorros -señala el vicepresidente de la AAL, Luis Enrique Ramírez-. Muchos recurren a la ayuda familiar. Tienen que ajustar sus gastos."
El laboralista Gustavo Decurgez describe un perfil repetido del trabajador en negro: en general no tiene más de diez años de antigüedad, suele ganar entre 1000 y 2500 pesos mensuales, su edad es de 20 a 30 años y se emplea en trabajos de mala calidad. Otros cobran hasta $ 5000, una parte en blanco y otra, en negro. Algunos empleados de ciertos sectores, como el hotelero, no inician juicios contra sus ex patrones por temor a que una acción les juegue en contra a la hora de conseguir otro puesto.
Más despidos de empleados en negro
El Gobierno protege el empleo en blanco, pero no puede frenar el aumento de cesantías en el sector informal
lanacion.com | Economía | Jueves 18 de junio de 2009
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