viernes, 24 de octubre de 2008

Está claro qué el propósito del Gobierno, más que favorecer a los aportantes a las AFJP, es apropiarse de sus fondos para manejarlos a su antojo.

El peor escenario para el gobierno kirchnerista de cara a las elecciones legislativas de 2009 pasaría por la profundización de un proceso de desaceleración económica, que pueda derivar en recesión o estanflación, sumado a la unificación de la oposición. Sin quererlo, con el anuncio de la polémica reforma del sistema jubilatoria, el oficialismo ha activado los mecanismos que conducen a ese infierno tan temido.

Primero, porque el Poder Ejecutivo no midió las consecuencias que el anuncio de su propuesta previsional provocaría en el mercado financiero y en la psicología de los inversores. Si el fin del proyecto oficial era proteger los ahorros de los afiliados a las AFJP, como se dijo, debería advertir el Gobierno que en sólo dos días logró que esos ahorros probablemente cayeran más de lo que disminuyeron en todo el último año, merced al desplome de acciones y bonos del Estado argentino. Bonos que, vale la pena recordarlo, el Estado obligó a las AFJP a tener en sus carteras.

En segundo lugar, porque el país tenía hasta la semana última una muy buena oportunidad para repatriar capitales de argentinos en el exterior, castigados por las peripecias de la incertidumbre financiera internacional. Sin embargo, tras el anuncio presidencial sobre la estatización del sistema jubilatorio, esa oportunidad parece mucho más lejana. A tal punto que en los últimos días de esta semana los costos para traer dólares del exterior disminuyeron sensiblemente con respecto a los máximos niveles alcanzados semanas atrás.

El calvario del Gobierno no se agota en lo económico. Hay señales de que, pese a sus primeras vacilaciones, las principales fuerzas opositoras se unirán en contra del proyecto kirchnerista.

Al igual que frente al proyectado incremento de las retenciones a las exportaciones agrícolas en su momento, todo hace prever que la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica de Elisa Carrió y el macrismo tenderán a unificar su voto en contra de la propuesta oficial.

No se trataría, por cierto, de una decisión sencilla. Muchos dirigentes del radicalismo y de la Coalición Cívica han rechazado y rechazan todavía el sistema de capitalización de las AFJP. No obstante, en las últimas horas, parecieron convencerse de que el remedio propuesto por los Kirchner será peor que la enfermedad. Es lo mismo que ocurre con parte de la sociedad, que pese a despotricar habitualmente contra esas administradoras de fondos privadas, no parece dispuesta a confiar más en el Estado.

A la oposición no peronista que se reivindica a sí misma como progresista siempre le ha costado ubicarse frente al actual gobierno cada vez que éste toma una decisión ligada a un supuesto decálogo progresista. No sería éste el mismo caso.

Un reconocido analista de la opinión pública, Eduardo Fidanza, evalúa que ?una cosa es el rechazo de la gente a las AFJP y otra cosa es que esté dispuesta a respaldar el proyecto del Gobierno?.

Este fenómeno, que les resulta tan difícil de entender a los Kirchner, obedece ni más ni menos que a la creciente declinación de la confianza en nuestros actuales gobernantes.
El pulso políticoEse infierno tan temido

Por Fernando Laborda

lanacion.com | Política | Viernes 24 de octubre de 2008

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