miércoles, 5 de marzo de 2008
Los fabricantes de Estados Unidos facturan fortunas desde que los nuevos millonarios de Asia consideran el mueble americano como símbolo de lujo
Los americanos ricos construyen teatros en los patios del fondo de sus casas y los británicos se asocian a clubes de autos exclusivos; pero los nuevos potentados de China, Rusia, la India y los Emiratos Arabes adoptaron un insólito símbolo de status: los muebles americanos. Aunque los fabricantes tuvieron ventas deprimentes en High Point Market, Carolina del Norte -la exposición de la industria del mueble más grande del mundo-, los proveedores se concentraron en este punto para venderle al creciente mercado extranjero.
Quienes están en la industria coinciden en que los compradores de alto nivel adquisitivo de los nuevos mercados buscan estos muebles con el mismo afán con que los ricos de antes compraban porcelana de Limoges o autos deportivos italianos. La tendencia de combinar estilos con diseños de marca y finas artesanías tradicionales creó una idea de elegancia entre los extranjeros que mueren por las sillas de ébano y tapizadas a mano.
"Es gente que quiere destacar su nuevo status. En Japón, China y la India los prefieren porque evidencia que tienen casas lo suficientemente grandes como para poder albergarlos", sostiene Jerry Epperson, analista del mercado americano para Mann, Armistead & Epperson. Por su parte, Radha Chadha, consultor de marca en Hong Kong y coautor de un libro relacionado con este tema, El culto del lujo en Asia , afirma: "Una cartera Louis Vuitton puede tenerla alguien en cualquier parte del mundo, pero sólo un archimillonario tiene acceso a un mueble americano de lujo". Hoy hasta países famosos por sus muebles, como Noruega e Italia, compran piezas americanas: la exportación de muebles de madera de Carolina del Norte a Noruega, entre enero y julio de 2007, subió un 500% respecto del mismo período del año anterior y las exportaciones del mismo período a Italia aumentaron un 700 por ciento.
Las piezas que tienen más salida son las diseñadas por Oscar de la Renta y Kelly Hoppen, pero las preferencias varían con las diferentes culturas. Mientras los clientes de Dubai y otras partes de Medio Oriente tienden a elegir piezas grandes, mucho oro y brillo, los nuevos ricos chinos tienen gustos más refinados, y los indios, afirma Laura Holland, vocera de Hickory Chair, "no entienden las terminaciones antiguas, pero igual prefieren el estilo tradicional". Los hombres y las mujeres de Rusia se inclinan por las piezas contemporáneas de diseñadores como Alexa Hampton o Thomas O Brien; aman el negro, las ricas terminaciones y el fileteado en oro de sillas, mesas y ebanistería.
No sólo los fabricantes están preocupados por esta nueva tendencia. Los decoradores también se preguntan cómo conseguir trabajo. En una conferencia que diera durante la exposición de High Point, Lloyd Princeton, asesor de gestiones de diseñadores, arquitectos y fabricantes urgió a los asistentes a pensar en diferentes clientes potenciales: "Tienen que ser más expansivos con respecto a de dónde puede venir el dinero; existe una tremenda riqueza en otras regiones, incluyendo Medio Oriente, China, Rusia y Sudáfrica, donde se gasta con fluidez".
Por Julie Scelfo
The New York Times
Traducción: Beatriz Baruzzi
Fuente: La Nación
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