Se trata de una medida inédita para un gobierno y un curioso ejercicio para los ministros, que ahora no sólo deberán aprobar los sondeos de opinión sino que tendrán que rendir cuentas al jefe de Estado con resultados concretos según los objetivos políticos establecidos para cada cartera.
La medida se inscribe en el intento del presidente francés de transformar el país inculcando la cultura del resultado y pasando, en la gestión pública, "de una política de anuncios a una de resultados". "Los ministros -había anunciado Sarkozy en mayo- tendrán objetivos que permitirán evaluar sus resultados."
"La política es un sector como los otros, que tiene que rendir cuentas a los ciudadanos", explicó el vocero del gobierno, Laurent Waquiez, al anunciar la medida. Este ejercicio, según Waquiez, permitirá "rendir cuentas sobre lo que cambia concretamente" y "evaluar a cada ministro".
Para ayudarlo en la tarea, el ejecutivo francés contrató los servicios de la consultora internacional Mars & Co, donde afirman que "todos los objetivos políticos de Sarkozy pueden cifrarse".
La consultora estableció 30 criterios de evaluación propios para cada uno de los 15 ministros y el alto comisario para la Solidaridad sobre la base de los objetivos de misión que fijó Sarkozy para cada cartera durante el verano, según reveló el diario Le Monde .
De esta manera, la ministra de Educación Superior, Valérie Pécresse, será evaluada en función de la cantidad de universidades que se adhirieron a la reforma universitaria; la titular de Cultura, Christine Albanel, por la evolución de las visitas a los museos los días que son gratis, y el responsable de Educación, Xavier Darcos, por la cantidad de horas extras realizadas por los maestros.
Faire du chiffre (´alcanzar las mejores cifras ) es la consigna para todos los ministros cuando los objetivos son tangibles, una política que ya había instaurado Sarkozy cuando era ministro del Interior.
Tras la evaluación, cada uno de los ministros será convocado por el premier, François Fillon. Ya se sabe que algunos no aprobarán la evaluación, aunque ésta no sea el único criterio a la hora de renovar gabinete. Será el caso, por ejemplo, del ministro de Inmigración y de Identidad Nacional, Brice Hortefeux, a quien se le encargó expulsar en 2007 a 25.000 inmigrantes ilegales. El responsable de la cuestionada cartera sólo alcanzó la cifra de 21.000.
La ministra para la Vivienda, Christine Boutin, también está en una situación delicada, ya que no cumplió los objetivos designados de lanzar las obras para construir viviendas sociales.
Iniciativa sin precedente en Francia
Deberán cumplir con ciertos objetivos
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